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jueves, 29 de febrero de 2024

Kit de inglés 380: It's the pits.

Esta semana nos vamos con una de olorosos, aunque no estamos hablando precisamente de manzanilla, sino de axilas, con It's the pits. Literalmente "son las fosas", y que podríamos traducir por es lo peor o es horrible

Pronunciación sobaquera: "its depíts". Y la buena aquí, con el bueno buenísmo de Sammy Hagar.  

Esta forma surge en los años 50 y arranca de los olorosos sobacos de los estudiantes universatarios. Aquí, otra expresión más tardía, es de los años 70, muy común entre los universitarios y, también, harto ventilada. 

viernes, 26 de mayo de 2023

Kit de inglés 346: BORGs

Como abrimos la semana con tecnología, una de BORGs. Aunque estos no son alienígenas de Star Trek, la serie de televisión, sino que son líquidos de producción estudiantil que habitan los campus universitarios.

BORG es un acrónimo de blackout rage gallons, literalmente "galones de ira para apagón", y que podríamos traducir por consumo de alcohol controlado. Suele ser un compuesto de agua, vodka y cafeína.

Pronunciación etílica: "blác áut réich gálons", y la buena aquí.

Keith Weller.  Cortesía USDA ARS

Este concepto de "aguar" las bebidas alcohólicas, especialmente con el vodka, parece que salta del TikToca-miento. Para evitar que algún degenerado meta algo en la bebida del convidado, el estudiante se ha convertido en su propio alquimista y va con su garrafón, casi cuatro litros de fabricación propia, a fiesta que se tercie. Las cantidades de alcohol, lógicamente, varían de estudiante a estudiante. Lo normal es meter entre 450 y 750 mililitros de alcohol al mejunje. A tener en cuenta que, esos 750 mililitros, es toda la botella de vodka.   

En la Universidad de Amherst, en Massachusetts, algunos alumnos ya han probado los horrores de esta combinación. La elección se presenta difícil. Sucumbir a la presión de los coleguitas, ¿por qué no te lo acabas?, o decidir que se es diferente y optar por ir con el garrafón sin graduación.

martes, 23 de mayo de 2023

"Chat te dije" que vino para quedarse.

Peggy Greb/Cortesía USDA ARS

Hace unos días el Washington Post nos confirmaba el susto. En el 2010, en la Universidad de Maryland, la proporción de alumnos universitarios matriculados en las artes y las humanidades con respecto a los alumnos matriculados en las Ciencias de la Computación y Tecnología Informática era de 4 a 1. Hoy, esta universidad tiene 2400 alumnos estudiando artes y humanidades y unos 3300 apuntados en esas Ciencias y Tecnología. Esta vuelta a la tortilla, según el Washington Post, no es solo cosa de Maryland. 

Preguntas, muchas. Aquí va una. Los alumnos que no consigan una chagptización óptima, ¿qué hacemos con ellos? Porque, lógicamente, con la demanda de estas Ciencias y tecnologías habrá una criba que obligará a muchos a reinventarse. De momento, siguen en auge las enfermerías y las económicas y empresariales.  

A pensar... Y rápido. 

martes, 18 de junio de 2019

¿Quiénes se llevan la peor parte?

Las evaluaciones del alumno aún están calientes cuando nos enteramos de que, en una escala en la que se valora al profesor de 0 a 10, el profesor sale mejor parado que la profesora. Solo cuando el baremo se reduce a 6 puntos, disminuyen las diferencias. Los estudios también muestran que los alumnos masculinos son más exigentes con las mujeres. 

Desde mi experiencia personal son los profes simpáticos y afables los mejor valorados. No importa que sus clases sean simplonas. Los profesores exigentes y profesionales, especialmente las mujeres, son los que se llevan la peor parte. 

lunes, 27 de marzo de 2017

A ver dónde se mete


Es costumbre que el presidente de los Estados Unidos dé tres discursos anuales para la ceremonia de graduación de los estudiantes. Uno tiene que ser en una institución privada, otro en una academia militar y el otro, efectivamente, en una institución pública.

Trump tiene cubierto el flanco privado con Liberty University, una universidad cristiana de Virginia. De su presidente, Jerry Falwell Jr., obtuvo el año pasado un apoyo incondicional. Dar con una academia militar, lógicamente, tampoco debería quitarle el sueño. Lo que no veo tan claro es que se anime a pisar un ente público. Quizás el pensamiento le cause mareos o tal vez, en su diplomacia, prefiera evitarse abucheos. Me da que este año, (y los que le quedan), una tradición menos.  

lunes, 5 de diciembre de 2016

¿Cómo lo quiere picante o poco hecho?

A RateMyProfessors.com, una de las páginas webs más visitadas para evaluar la labor de los profesores universitarios, le ha salido otro competidor, y parece que está pisando fuerte.

RateMyProfessors.com se basa en un sistema numérico en el que se puntúa del 1 al 5 la calidad del profesor y la dificultad para aprobar la asignatura, siendo el 5, la calificación más alta. Un 5 en dificultad significaría que el profesor haría sudar al estudiante. Además, se puede enfatizar si el profesor o profesora evaluado está de buen ver, añadiendo un pimiento rojo (digo yo que será un chile). Vamos, que los gordos, feos o los viejos no se comerían un rosco en este apartado, aunque, esperemos que este método de puntuación, bien pudiera importarles un pimiento.
En este buzón se puede encontrar todo tipo de comentarios sobre el profesor en cuestión, pero, normalmente, las quejas y recomendaciones para evitar al indeseable son las que más abundan.

Pero Professor Watchlist ya es otra cosa, porque recoge el nivel de indeseabilidad del profesor basándose en su actuación ideológica en el aula. Su misión: "exponer y registrar a los profesores que discriminen a los estudiantes conservadores, fomenten valores antiamericanos y promuevan propaganda izquierdista en el aula". La página web que salió hace unos lunes al mercado pertenece a Turning Point USA, un grupo centrado en "educar e identificar a jóvenes que se encarguen de fomentar los principios de libertad de los mercados y la limitación gubernamental".

Su sistema no es numérico, sino que es un cuestionario en el que se pide al denunciante, entre otras cosas, que incluya el nombre del profesor, que explique cómo supo de este profesor y que describa lo que hizo. También se ofrece la oportunidad de incluir un video o una foto del profesor en cuestión, fastidiándola.

El artífice de este negocio es Charlie Kirk, un millennial de Illinois al que desde hace unos años, y eso que no creo que pase de los veintidós, se le ve en la tarjeta de sucesión a Trump. Según la joven promesa, Turning Point "es visible, muy agresiva".

Vaya, otra vez con la agresividad a cuestas y esas cositas tan feas que suelen acompañarla: racismo, sexismo, discriminación y el dichoso nativismo. La monetización y el estrellato hacia la fama a veces emite este fulgor.

Muchas universidades cuentan con mecanismos internos para decidir si los cargos presentados contra un profesor, casi siempre de carácter anónimo para evitar que la rabia del acusado se refleje en las notas del denunciante, merecen ser castigados. No obstante, es cierto que la plantilla universitaria suele ser de ideología demócrata y puede mostrarse parcial hacia el profesor o profesora imputado. Sin embargo, el caso de Oberlin College, una universidad de clara inclinación demócrata, ha demostrado que no tiene por qué ser así, despidiendo a una de sus profesoras.

Irremediablemente es prácticamente imposible disociar la ideología de la persona, por eso, para evitar este tipo de conflictos al profesor le quedarían dos opciones: admitir desde el principio sus inclinaciones políticas o tragárselas. Así solo quedaría en manos del estudiante decidir si va a elegir la experiencia del profesor izquierdista o prefiere la de otro. Eso sí, juego limpio. Nada de apañar imágenes ni de sacar frases de contexto cuando se suban las ofensas a la página para destrozar al liberal que a sabiendas se escogió porque eso solo crearía... miedo.

Evidentemente no se trata de convertir a los estudiantes, sino de ofrecerles armas que abracen distintos puntos de vista para combatir la desidia mental. Los problemas surgen cuando bien el profesor no ha declarado su ideario o no ha sabido mantenerlo a raya o cuando el estudiante es incapaz de discriminar entre lo que es una opinión personal de lo que es el análisis y la interpretación, lanzándose irremediablemente a los brazos de la ofensa.

Y ahora que lo pienso, ya que el pimiento, ese nativo americano está prometido, ¿no sería mejor que Kirk tirara de una hamburguesa cruda, medio hecha o chamuscada en su portal para evaluar al profesorado? 

Americanísimo, sin duda.