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domingo, 25 de septiembre de 2022

Compostorizar o no, esa es la cuestión.

Y ahora que nos acercamos a octubre, mes del horror que muchos celebraremos metiéndonos para el cuerpo un Nosferatu, una de compostorizar el cuerpo humano, tendencia funeraria sostenible que a uno lo devuelve a la naturaleza en forma de abono.  Y ha cogido tanta tracción que, el gobernador de California, Gavin Newsom, ya ha firmado una ley que permite esta práctica. 

loc.gov

Aunque California no es el primer estado que se abre a esta nueva tendencia ecológica. Washington fue el primero en legalizarla en el 2019. Colorado y Oregón la admitieron en el 2021 y Vermont acaba de autorizarla hace unos pocos meses. Por supuesto, esta medida no ha agradado a todos, entre ellos a la Conferencia Católica del estado de Nueva York, que considera que al cuerpo se le debe un respeto y no se le puede dar el mismo uso que "a unas verduras o a unas cáscaras de huevo".   

De momento, no hay compostorización para mascotas, aunque todo se andará. 

domingo, 22 de diciembre de 2019

Del perro nada. La pastilla es para mí.

[Oh, don't hurt me! cried Tom.  I only want to look at you; you are so handsome
Y abrimos esta semana con espíritu navideño, rompiendo una lanza en favor de Bernie Sanders y la cobertura de salud universal. Con anterioridad he hablado del problema, gravísimo, que tiene este país con la insulina. El problema son tres industrias farmacéuticas que, parece ser, tienen que responder con precios desorbitados porque "la cadena de suministro es muy compleja".

Antes, en el 2017, la insulina estaba más callada y fueron los antibióticos los que se pusieron de moda. Pero han vuelto a saltar a las páginas porque la gente no va al médico a que les recete antibióticos porque son caros o bien porque están convencidos de que no se los van a recetar. A veces esta negativa es por un motivo contundente, ya que se piensa que los antibióticos acaban con todo cuando no es así. Pero hay casos en los que realmente se necesita tirar de ellos, y el enfermo no busca asistencia médica porque, simplemente, no puede permitírsela.

Los antibióticos alternativa pueden adquirirse en las grandes superficies o por Internet y son propios de tiendas de mascotas, porque son los que les damos a nuestras mascotas cuando se ponen malitos. Y  no, no son aptos para el consumo humano.

Happy Hanukkah o Fiesta de las Luces que empieza hoy!

martes, 30 de abril de 2019

La luna gatuna

Y hoy nos vamos del agua al espacio con Celestis, una compañía que lleva mandando las cenizas de los difuntos al espacio desde 1997. En el 2014, decidió poner en órbita, supongo que basándose en las aventuras espaciales de la perrita Laika, el mono Albert II y de otros primates, a las mascotas. De momento solo un par de canes pero todo se andará. Y no es barato. La lista de precios no baja de los 5000 dólares. Algunos amos están tan empeñados en convertir a sus queridos animales en polvo estelar que se han puesto a hacer campañas en internet para que les subvencionen el lanzamiento. Y la gente es solidaria. Seguramente se habrán lanzado a apoyarla pensando en la debilidad de los gatos por las alturas. Quizás pronto le llegue el turno a la cabra.
  
Radium King, Miss Beauchler [cat]

lunes, 30 de julio de 2018

Cama para dos


Precisamente era en julio del año pasado cuando hablaba de los beneficios y dolencias que traía subirnos a Rocky, la serpiente Pepa y la avestruz Choni, nuestras inseparables mascotas, al avión.   

Con la noticia de hoy los mascoteros vuelven a estar de enhorabuena. Eso sí, de momento solo algunos propietarios caninos se están beneficiando de las delicias de su acompañante bajándolo de las nubes para ponerlo en la losa laboral. Y es que desde 2014 hasta la fecha de hoy, y gracias a los empeños de Amazon desde su cuartel general en Seattle y a los de la organización Pet Sitters International que en 1999 se sacó de la manga la celebración anual Take Your Dog to Work Day (Llévate el Perro al Trabajo), el porcentaje de compañeros peludos en la oficina ha pegado un subidón de un 4%.
  
Las alergias caninas o el miedo al animal poco importan cuando lo que está en juego es proporcionar felicidad a la mayoría. ¿Y qué mejor manera que sacar al bípedo y al cuadrúpedo de su hábitat replicándolo en el ámbito laboral? Y ya que estamos, ¿a quién le apetecería volver a casa cuando la pareja, si es que la hay, tiene a su colega animal, en la oficina, y nosotros al nuestro? No me extrañaría nada que en breve las empresas dieran incentivos, cama, almohada y peluche, para animar a sus trabajadores a que establezcan morada en dependencias empresariales. El perro en la cama, por descontado.      

miércoles, 5 de julio de 2017

Rocky se sube conmigo

Ah, nuestras queridas mascotas. Esos fieles seres que nos acompañan allá donde vamos y que nos cubren el cuerpo de lametones, eternamente entusiasmados con nuestra presencia. Qué sería de nosotros sin ellos, sin su ingenuidad, sin la entrega, incondicional, de su amor. Y aunque a veces a uno le da por hacerse esta pregunta, sobre todo a los que tienen animal que los quiera, seguramente que la cuestión opuesta, el qué sería de los demás sin mi mascota, les rondará menos, por no decir nunca, por la cabeza.

Pues bien, creo que a un pasajero de Delta sí que le rondó. Y mucho. Y no solo más arriba del cuello, sino por todas y cada una de las partes de su cuerpo, en especial las piernas, brazos y rostro, cuando tuvo que soportar los ataques de un perro que iba como pasajero en cabina y no era guía.

Como ahora resulta que todos andamos un poco de los nervios, para aliviar nuestra condición, se nos deja volar, creo que se requiere previa autorización médica, con nuestra mascota. Lo que no tengo muy claro es si el gatito de Bengala, la serpiente Pepa, o la avestruz Choni también pueden volar por el morro y, lo que es más importante, sin el morro amordazado. Me imagino que estará contraindicado por el doctor, ya que los ósculos y el calor del lengüetazo animal son parte esencial de la terapia de recuperación y con bozal no se siente lo mismo.

No podía estar más de acuerdo. Sentir, se siente más, sobre todo si es otro el que lo siente.

martes, 1 de noviembre de 2016

Fifi que estás en los cielos

Antes, cuando se nos moría la tortuga, la tirábamos a la basura o como mucho, si vivíamos cerca de un descampado, le hacíamos al animal su pequeña fosa, despidiéndolo con unos humildes honores. La simpleza de la ceremonia, ¿era indicativa de que nos importaba un bledo nuestra tortuga?

Pero los tiempos han cambiando y no cabe duda de que han sabido adaptarse a las necesidades del mercado, tocando la fibra sensible de casi todos los bolsillos. La de pudientes, la de los quiero y no puedo y la de los que verdaderamente no pueden, pero les da lo mismo y se gastan la paga semanal en algo que les resulte reconfortante.

Reconfortante para el espíritu, que no para el bolsillo, es asegurarse de que los que se quedan en este valle de lágrimas honran al finado en su tránsito a un mundo mejor. Y esta cortesía también los incluye a ellos, a nuestros queridos animales.

Hace unos días que el estado de Nueva York aprobó una ley (solo afecta a los cementerios regulados por el estado) por la cual se permite que el animal sea enterrado con el amo siempre y cuando la mascota sea incinerada, probablemente por motivos de salubridad.

El enterramiento de la mascota no es nuevo en Estados Unidos. Ya en 1896, precisamente en el estado de Nueva York, se inauguró el primer cementerio solo para ellos.

El pago a la fidelidad animal no solo se hace en vida. ¿Quién no se habrá sonreído o tal vez tirado de los pelos al saber que Trouble, un bichón maltés, heredaba la friolera de doce millones de dólares?

Es en la mala hora donde se ven las verdaderas intenciones, y, por lo visto, las de muchos americanos es bendecir a sus mascotas, porque Fifi es una más en casa, con una ruta dorada que, por motivos obvios el animal es incapaz de apreciar, pero que aliviará el peso en el corazón del amo.

El último adiós es de rigor. Para suavizar la despedida, los dueños no reparan en gastos. Fifi merece un funeral por todo lo alto. Galletitas gourmet, indumentaria de encargo, juguetes, correas a la última, camas, almohadones, mantas con una fotografía impresa del animal, velones en forma de hueso, un CD personalizado con sus canciones preferidas y cualquier otro enser que pudiera hacer las delicias del difunto animal. Y para el doliente, un bucle del caniche, el poema de la despedida enmarcado y una impresión en arcilla de las patas.

No sé si ya se hace, conociendo el temperamento emprendedor del americano seguramente que ya se haya puesto en marcha, pero me parece que es en la especialización donde reside la clave del éxito: ¿habrá caído alguien en la cuenta de que Fifi era hija de patriarcas hebreos y que el cerdo ni probarlo? ¿O acaso era irlandesa y se pirraba por la Guinness?
 
No cabe duda de que la aprobación de esta ley va a hacer llamear para la eternidad la sonrisa de muchos, porque, como sabemos, este negocio nunca quiebra, es más, a tenor de lo visto, no importa lo mucho que se excave. Va al alza.