Los costos médicos en este país deberían alcanzar el nivel de vergüenza nacional, pero el saque es el saque. Esta vez parece que las aseguradoras y las farmacéuticas se están ensañando con los diabéticos tipo 1. Hale. El que quiera insulina que la pague. A doce dólares con noventa y dos estaba
el mililitro en
2013, y desde entonces, se ha vuelto a duplicar. Algunos, para poder seguir viviendo, han tenido que mudarse a otros estados con opciones más
generosas porque, entre la francesa Sanofi, la danesa Novo Nordisk y la estadounidense Eli Lilly y Compañía, Juan Palomo. Las farmacias que despachan la insulina y otros medicamentos tampoco es que pierdan comba en esto de llevarse tajada. Unas cuantas negociaciones con las farmacéuticas y el gerente de la farmacia sale con las alforjas a reventar.
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