martes, 4 de diciembre de 2018

Los tíos somos muy ...

Ryū ko niban

Hace unos días leí en que el humorista David Suárez se había metido en Tinder y, retocándose un poco, había logrado hacerse pasar por una joven. El experimento le ha proporcionado unos cuantos superlikes en menos que canta un gallo y unas cuantas alabanzas a su dotación frontal. Según él, este ensayo demuestra que "los tíos somos muy primarios".

Hace ya años, del 2004-2007, Chris Hansen elevó a la enésima potencia esta afirmación con su programa de telerrealidad To catch a predator. (Cazar a un depredador). Así funcionaba. Una supuesta víctima, una joven compinchada, actuaba de señuelo para atraer depredadores sexuales. El contacto inicial se hacía a través de internet. Cuando el depredador acudía a la cita con la joven, Hansen les abría la puerta. Era entonces cuando los depredadores se daban cuenta de que habían caído en una trampa. Algunos huían. A los que se quedaban y hablaban con Hansen, se les grababa con cámaras ocultas. Tras unos minutos Hansen les descubría que su declaración saldría a las ondas y si querían añadir algo más. Algunos incluso estrecharon la mano de Hansen, y hubo uno que admitió ser un seguidor de su programa. Lo que este nativo, creo recordar que de Nueva Jersey, no podía imaginarse, era que lo seguiría tan de cerca.

MSNBC, la cadena que albergaba el programa, nunca dejó de recibir críticas por la metodología que se empleaba en el programa. Sensacionalismo, era la acusación más común. Pero el puñetazo que le dio la puntilla fue el suicidio de uno de los depredadores.

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