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domingo, 18 de agosto de 2024

Kit de inglés 398: a wing and a prayer

Esta semana nos vamos a Broadway con a wing and a prayer, literalmente "un ala y una oración" y que podríamos traducir por pocas posiblidades de éxito.

Pronunciación libre: "gúing and a préyer". Y la buena aquí, con la fantástica serie televisiva de los años 80 del siglo pasado, El gran héroe americano

Esta expresión surge de la letra de la canción que lleva el mismo nombre y que también sirvió para dar título a la película bélica Alas y una plegaria, de 1943. El autor de dicha letra fue Harold Adamson. Otras letras de las que puede presumir las encontramos en las películas Tú y yo o en La vuelta al mundo en 80 días, que compuso junto a Víctor Young. En la serie televisiva Te quiero, Lucy también participó como letrista junto a Eliot Daniel. Y una pieza musical de su factura: "When Love Goes Wrong", de Los caballeros las prefieren rubias

viernes, 26 de julio de 2024

Kit de inglés 395: did a number on

George Bellows, artista, Dempsey fuera del cuadrilátero

Y esta semana, con el ambientazo político que tenemos, un término que surge de manera escrita en los años 40 del siglo XX, aunque parece que ya se usaba en los años veinte. Did a number on, literalmente "hice un número en", y que podríamos traducir por engañar. Parece ser que esta forma sale de otra, probablemente de finales del siglo XIX, y que escapa de la arena pugilística

Pronunciación suave: "did e námba on". Y la buena aquí, con The Stylistics, el fantástico grupo pensilvano de los años 70 del siglo pasado.

Frase: They did a number on me.

Me destrozaron o me engañaron.

viernes, 12 de julio de 2024

Kit de inglés 394: acid test

Para celebrar la Convención Nacional Republicana que dará comienzo dentro de dos días en Milwaukee, en el estado de Wisconsin, un término de alta acidez y que vio la luz, por primera vez, de manera escrita, en noviembre de 1845 en este mismo estado, gracias al periódico The Columbia Reporter. Se trata de acid test, literalmente "test de ácido", y que podríamos traducir por prueba de fuego.

Pronunciación agriada: "ásid test". Y aquí con el medio gallego de los Grateful Dead, Jerry García. 

Esta frase parece que sale en el siglo XVIII del mundo de los buscadores de oro. Por lo visto se contaba con el ácido nítrico para determinar si el metal era auténtico o no. 

 Esta era la frase que aparecía en el periódico:

Twenty-four years of service demonstrates his ability to stand the acid test.

Veinticuatro años de servicio demuestran su capacidad para soportar pruebas constantes.

En la década de los años 60 del pasado siglo, gracias a los viajes alucinógenos que montaban Ken Kesey y sus Merry Pranksters en sus fiestas sanfranciscanas, el ácido fue sinónimo de LSD, dietilamida de ácido lisérgico. La palabra test, prueba, no sabemos a qué hacía referencia. 

jueves, 29 de febrero de 2024

Kit de inglés 380: It's the pits.

Esta semana nos vamos con una de olorosos, aunque no estamos hablando precisamente de manzanilla, sino de axilas, con It's the pits. Literalmente "son las fosas", y que podríamos traducir por es lo peor o es horrible

Pronunciación sobaquera: "its depíts". Y la buena aquí, con el bueno buenísmo de Sammy Hagar.  

Esta forma surge en los años 50 y arranca de los olorosos sobacos de los estudiantes universatarios. Aquí, otra expresión más tardía, es de los años 70, muy común entre los universitarios y, también, harto ventilada. 

lunes, 19 de febrero de 2024

Harlem Cultural Festival o Woodstock negro.

Muchos hemos oído hablar de Woodstock, el festival de música de 1969 que tuvo lugar en una granja a 65 kilómetros de Woodstock, en el estado de Nueva York. Sin embargo, ya son menos los que saben que, con anterioridad, hubo otro Woodstock. Y que era afroamericano.

El festival en cuestión tuvo lugar en Harlem, a unos 170 kilómetros de Woodstock. Hasta allí se desplazaron desconocidos como Nina Simone, (allí la artista también recitó el poema Are You Ready?, un poema que incita a despertar el nacionalismo negro), Stevie Wonder, Mahalia Jackson, Gladys Knight y los Pips, Sly y la familia Stone o Tito Puente. 

Durante seis domingos, del 29 de junio de 1969 al 24 de agosto del mismo año, se iluminaron los focos. Lógicamente, el evento no tuvo tanta publicidad porque fue hacia la granja de Max Yasgur hacia donde fueron los periodistas. Las jornadas musicales, celebradas bajo el nombre de Harlem Cultural Festival, las organizó el cantante y actor Tony Lawrence, que ya llevaba desde 1964 intentando montar el festival pero, sin apenas patrocinadores y sin organizadores hijos de papá, el asunto iba a paso de caracol. 

Para los que quieran saber más sobre el tema, documental del 2021, Summer of Soul (...or, When the Revolution Could Not Be Televised), dirigido por  Ahmir "Questlove" Thompson, músico de Filadelfia. Lawrence llamó al productor y director Hal Tulchin para que grabara los conciertos. Cuarenta horas de grabación que estuvieron cogiendo polvo en una caja unos cincuenta años.  

sábado, 14 de octubre de 2023

Kit de inglés 364: different strokes for different folks.

Esta semana nos vamos con la frase different strokes for different folks. Literalmente "distintos golpes para distintos hombres", y que podríamos traducir por hay gustos como colores o cada maestrillo tiene su librillo

Pronunciación mamporrera: "díferent sssstróuks for díferent fóuks". Y la buena aquí, con Alvin Cash.

Esta frase sale en los años 60 del siglo XX. Muhammed Ali fue el que la popularizó. "I got different strokes for different folks." Esto es lo que dijo el astro: distintos golpes y técnicas para cada púgil. Por cierto que, el propio Cash, le dedicó un álbum al boxeador.

lunes, 13 de febrero de 2023

Gracias por intentarlo.

El 26 de noviembre de 1969, el filósofo y artista conceptual estadounidense, 
James Lee Byars, puso en marcha su The World Question Center, Centro Mundial de Preguntas, un programa televisivo retransmitido desde Bélgica.  

loc.gov
En poco más de una hora, el presentador, tocado con un sombrero de copa y arropado por un círculo de hombres y mujeres que, como él, van ataviados con lo que parecen unas sábanas de satén, el vestuario también es de su factura, se pone en contacto, a través de llamadas telefónicas que le entregan miembros de su equipo, con decenas de personalidades relevantes de la época. Byars solo tiene un interés. Descubrir la mayor preocupación (de corte intelectual) que runrunea en estas privilegiadas mentes. 

Así, nos enteramos de que al escritor de ciencia ficción, Arthur C. Clarke, le preocupa el impacto de la tecnología en la comunicación humana. Y que a John Cage, el compositor, lo que le preocupan son las divisiones sociales, la brecha que separa a los que tienen lo suficiente para vivir de los que no. "Lo que tenemos que hacer", nos dice Cage, "es cambiar el mundo para que la gente pueda tener lo que necesita a nivel material y así su propia mentalidad cambie". ¿Facilísimo, no? Sobre todo ahora que las guerras, la covid-19 y el cambio climático disparan el hambre en el mundo.

El video aquí. Y su transcripción

lunes, 30 de enero de 2023

Guy y Beck.


loc.gov

Hace unas semanas no dejó Jeff Beck, el magnífico guitarrista inglés, y hoy quiero recordar a Buddy Guy, un imprescindible del mundo del blues y uno de sus maestros. Aquí, los dos grandes juntos.    

miércoles, 23 de noviembre de 2022

¿Up Where We Belong y Codeína son de?

Noviembre es el Mes de la Herencia de los Nativos Americanos, unas "574 naciones tribales reconocidas por el gobierno federal que gobiernan unos 100 millones de acres de tierra indígena en todo Estados Unidos".  Para celebrarlo, una artista, cantante, compositora, activista social y artista visual, poco conocida fuera de Canadá y de Estados Unidos. Se trata de Buffy Sainte-Marie. 

Cortesía USDA ARS.
Nacida en 1941 en la reserva cree de Piapot, en Canadá, a los dos años el gobierno canadiense se la quita a sus padres para entregarla en adopción a una familia de Mssachusetts. Con este bagaje vital, no es de extrañar que las letras de Sainte-Marie a muchos les suenen respondonas y haya quedado un tanto aislada del circuito musical. 

En su música enseguida sentimos los latidos de los pueblos indígenas. Su voz es un constante temblor con el que intensifica la emotividad de sus magníficas piezas. Aquí dejo una de mis favoritas, Cod'ine, Codeína, que la mismísima Janis Joplin, entre otros, subió al escenario en 1965. Con esta otra, Up Where We Belong, de la película Oficial y caballero y por la que Sainte-Marie se llevó un óscar, conseguimos sacar a esta artesana un poco del anonimato. 

viernes, 22 de julio de 2022

Kit de inglés 303: to jive.

www.loc.gov/

Esta semana nos vamos con un baile afroamericano de finales de los años 20 del siglo pasado que el músico, Cab Calloway, sacó del anonimato en 1934. El jive. Literalmente "bailar el jive" y que, en sentido figurado, podríamos traducir por vacilar a alguien, quedarse con alguientomar el pelo o engañar.

Pronunciación para principiantes: "tu jáif". Y la buena aquí, con los profesores de baile.  

Frase: Don't jive yourself.   

No te engañes.

viernes, 17 de junio de 2022

Kit de inglés 298: Down the drain.

Cortesía de USDA ARS

Y como la semana ha ido de aguas, otra entrega acuática. Hoy, nos vamos por el desagüe o cañería abajo. Literalmente "bajo el desagüe", y que podríamos traducir por irse a la ruinaechar a perder o tirar.

Pronunciación bajo el agua. "Dáun dedréin". Y la oxigenada aquí, con Allan Sherman, cómico y compositor de parodias musicales en los años 50 y 60, y su impresionante coro. 

El uso metafórico de esta forma coloquial se registra en los años 20 del siglo XX. Y la frase para que veamos esta forma en acción:

They are pouring money down the drain.

Están tirando el dinero.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

No más días perdidos.

Benjamin Franklin, que leyó a Cervantes, tuvo a bien hacer suyo el dicho del español: "la diligencia es madre de la buena ventura, y la pereza la contraria jamás llegó al término que pide un buen deseo". 

Hoy, otros dos grandes, en este caso de la música, nos recuerdan lo mismo al alimón en Wasted DaysDías echados a perder. Intérpretes el indianés John Mellencamp y el Jefe neojerseíta, Bruce Springsteen.

lunes, 16 de agosto de 2021

Nanci Griffith, elegancia y evocación.

El cardenal Burke tiene la Covid-19. Está con respirador. Hoy pudiéramos hablar de aquellos que se niegan a creer en la efectividad de la Ciencia y a arruinar su credibilidad, y de paso, la vida de otros, apoyando en algunos medios teorías conspiratorias. La elegida del cardenal: las vacunas llevan un microchip que nos colocan bajo la piel, con el que, el Gran Estado, controla nuestros movimientos. 

Muchas veces me he preguntado cómo es posible que personas de la inteligencia del cardenal puedan creerse estas barbaridades, aunque otras veces me da por pensar que nada de creérselas, sino que lo hacen alentados por el ora et labora. Me explico. Hay que seguir agitando esa jaula repleta de serpientes para que su labor no decaiga.

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Pero no es del cardenal ni de los negacionistas de quien quiero hablar, sino de una grande de la música que, desconozco si estaría vacunada, nos dejó hace unos días. Nanci Griffith. A esta hija de Texas, tierra que ha dado grandes de la música, Phil Ochs o B.W. Stevenson entre ellos, se la reconocía por sus contribuciones en la música folk y country. Fuera de las fronteras estadounidenses, Griffith quizás fuera más conocida en Irlanda. Su voz, amplia y cristalina, y su habilidad para contar historias hacían una delicia escucharla. Aquí la dejo con Love at the Five and Dime. Mi traducción: Amor en la tienda de la esquina, sin duda, un canto a la elegancia y a la evocación. 

martes, 9 de febrero de 2021

El tren, ¿a dónde nos lleva?

Y en el Mes de la Herencia Afroamericana traigo a un cantante y letrista que nos dejara hace unos días. El maravilloso Jim Weatherly. Este hijo de Misisipí decidió dedicarse al mundo de la farándula en lugar de convertirse en estrella del fútbol americano.  

Weatherly no era afroamericano, pero una de sus canciones que saliera primero con su voz, alcanzó fama mundial gracias a los fabulosos Gladys Knight & The Pips. La canción en cuestión que, por cierto, cantara antes que ellos la mamá de la malhadada Whitney Houston, Cissy Houston, era ni más ni menos que Midnight Train To Georgia (Tren de medianoche a Georgia), según la revista Rolling Stone, en el top de las 500 mejores canciones de todos los tiempos. 

En un principio, Weatherly la grabó con el título Midnight plane to Houston, (Vuelo de medianoche a Houston). El título salió de una conversación telefónica con uno de los Ángeles de Charlie, Farah Fawcett, mientras esta hacía las maletas para coger un avión que la llevara hasta Houston, Tejas, donde residía su familia. Cissy Houston, apellido y ciudad aquí coinciden, dijo que su familia era de Georgia, y que nunca había cogido un avión para ir a Tejas. Weatherly no tuvo inconveniente en que se cambiara el título, cambio, por cierto, más que atinado. Un tren siempre es mucho más evocador que un avión, y es preferible un estado con nombre de mujer que una ciudad petrolera...

Weatherly era un auténtico conocedor de su arte. Las canciones deben destilar honestidad y huir de la falsa sinceridad. Esta fue una de las joyas que nos dejó a los escritores y que, sin duda, debería figurar en nuestro kit de imprescindibles.

Celebremos la generosidad del maestro con Gladys Knight & The Pips

jueves, 10 de septiembre de 2020

Los celos de La Guerra y el Tratado.

 Y hoy, entre tanto magreo político, una maravilla para desintoxicarnos. El matrimonio musical The War and Treaty (La Guerra y el Tratado). Como suele suceder, a los buenos artistas no se les da mucho bombo y platillo porque hay que vender.   

Él, Michael Trotter Jr., combatió en la guerra de Iraq. Los críticos dicen que su fantástica voz, envolvente y seductora, recuerda a la del maladado Gerald Levert. Y aunque los dos comenzaron cantando en el coro de su iglesia, Tanya (Blount) Trotter, lleva más años en el frente musical. De hecho, mucho antes de conocer a su compañero sentimental y musical, Tanya Trotter, en 1993, ya había participado en la banda sonora de la segunda parte de Sister Act, en España Una monja de cuidado.       

Juntos, lógicamente tamizado con su toque personalísimo, nos convocan a los maestros: los Ray Charles, Aretha Franklin, Nina Simone o Johnny Cash, figuras que la humanidad, si quiere continuar teniendo alma, corazón y calidad, debería esforzarse por retener. 

Aquí, un trozo de corazón digno de preservarse. "Jealousy" (Celos), de su segundo álbum, una pieza tintada de country, rock y de mucha alma.  

martes, 30 de junio de 2020

Se libró del Club de los 27.

[Spanish booth group at Army Relief Bazaar, Albany, N.Y.]
Aunque el mundo no está para muchas celebraciones, hoy traemos música. La del brillantísimo y malhadado Lowell George, que, me he dado cuenta leyendo su biografía, tal día como hoy, un 29 de junio, pero de 1979, aquí aún es 29, perdería la vida a manos de las drogas y atracones de comida. Siete años le libraron a George de entrar a formar parte en el Club de los 27.

George era uno de esos genios imposibles de encasillar lo que, probablemente, le dificultara alcanzar el reconocimiento que merecía. Niño prodigio, comenzó tocando la armónica, aunque sabía tocar cualquier instrumento que se le pusiera por delante. George era maestro de la guitarra con slide, pequeño círculo, normalmente metálico, que se desliza por las cuerdas del instrumento para darle un determinado sabor. Y George captaba, con especial pericia, el blues, la música country, el rock, la música folk y el jazz en una sola canción. Solo hay que escucharlo en Willin', una canción de 1971 con su grupo Little Feat, probablemente su canción estrella, para darnos cuenta de su talento. Una fantástica voz y unas letras, casi siempre suyas, igualmente sensacionales, muy visuales y a veces con cierto toque zappatiano, una especie de lúdico absurdo, acompañan su extraordinaria habilidad con la guitarra. Por cierto que, la inimitable Linda Ronstadt, sacará años después su versión de Willin',  y la verdad es que no sé por cuál decidirme.

George era admirador de la música minoritaria, de esa música de calidad que apenas tendrá difusión en el mercado. De Latinoamérica, por ejemplo, le intrigaba el arpa paraguaya. De vuelta a casa, el jazz fusión del guitarrista Larry Coryell, por ejemplo, también reclamaba su atención.

Aquí más información sobre las maravillas de este casi olvidado artista.     

miércoles, 13 de mayo de 2020

Kathy McCord.

Dusolina Giannini, 1902-
Dusolina Giannini
Hoy, miércoles, el día jorobado, término que salió del mundo administrativo estadounidense, una entrada sobre una extraordinaria cantante y compositora para suavizar la indigestión de la semana.

Kathy McCord fue una de esas maravillas musicales que, desgraciadamente, nunca lograron el merecido reconocimiento que se les debía. Quizás la mala gestión de un mánager, poca difusión de la casa de discos o tal vez la imperturbable y antojadiza naturaleza de la suerte se la negaron. Porque a Kathy McCord no le faltaba nada. Uno pudiera pensar que fueron la ausencia de belleza y juventud las que le dieron la espalda, pero no era el caso. Tampoco le faltaba simpatía, y, según su hermano Billy Vera, también cantante, iba sobrada de una cualidad que está muy de moda: la empatía.

McCord, además de ser una fantástica compositora, tenía una voz maravillosa, cristalina, a lo Karen Carpenter. El estilo de Dusty Springfield, Joni Mitchell o Aretha Franklin coloreaban el suyo, aunque tampoco desdeñaba los ecos de la música de Frankie Lymon o Fats Domino, y, por supuesto, los esperados Bob Dylan y los Beatles también le sirvieron de inspiración. Años después, se hace difícil no reconocer su estela en el poeta Jeff Buckley.

Tal era su devoción que se pasó cinco años en Woodstock, conviviendo con artistas como Levon Helm y Richard Manuel, del grupo the Band, igualmente atraídos por las posibilidades musicales del famoso festival. De hecho, durante un tiempo McCord fue novia de Michael Lang, uno de sus fundadores.     

Desgraciadamente solo hizo dos álbumes. El primero lo grabó con diecisiete años en 1969. Y no fue hasta el 2010 cuando, gracias a su hermano, McCord pudo ver, aunque solo fuera por poco tiempo, un resurgir en el interés por su música. Su último álbum, titulado New Jersey to Woodstock (Nueva Jersey a Woodstock), es un recopilatorio que, además del primer álbum, incluye dos canciones que grabó en 1968, aparecidas con la discográfica Rainy Day Records. Dieciséis pistas más, las que grabó entre 1972 y 1979, su época en Woodstock, forman el segundo CD de esta joya. 

Aquí la dejo desde Nueva Jersey, con su etéreo Love Flow.

lunes, 20 de enero de 2020

Screamin' Jay Hawkins pondría el grito en el cielo

Estoy convencida de que si Screamin' Jay Hawkins viera lo que sale de Ohio, en concreto de su Cleveland, a los que han elegido a los nuevos miembros del The Rock & Roll Hall of Fame les pegaría un grito de cuidado.

A bad outlook for harmony

Este año la Institución ha declarado que, The Notorious B.I.G., un rapero que, desgraciadamente, fue asesinado en 1997, y la portentosa Whitney Houston, que, como todos sabemos, le pegaba más que nada al rock, pertenecen a la santa casa. Su entrada ha dado portazo a otras figuras que, claramente, sí se dedican a esto del rock, como son la magnífica Pat Benatar, Judas Priest o Thin Lizzy también nominadas este año. Boston, con un primer álbum que lleva pegando en las ondas estadounidenses más de cuarenta años, o un Iron Maiden, por ejemplo, se encuentran entre los grupos que se lo merecen y ni siquiera se les permite la ilusión de estar ahí porque nunca han olido la nominación. Aquí dejo la lista con los miembros. Nótese que muchos de ellos, Madonna o Leonard Cohen, por citar algunos, tampoco deberían estar. 

La ceremonia de reconocimiento del honorcito será el 2 de mayo y se podrá ver en la plataforma HBO. Por lo visto, la Casa de los famosos del Rock & Roll, además de no ser capaz de distinguir entre rock y pop, tampoco es que deba andar muy bien de dineros. Steve Miller ya se quejó cuando le permitieron la entrada a tan prestigioso club. Solo dan dos entradas por barba. Una para el agasajado y un acompañante. Si quería ir con hijos y suegra, a pagar. Y claro, tendrán que sentarse con el homenajeado, no va a mandarlos al gallinero. Que se queden a su vera sale al orden de unos 3000 dólares por mentón.

Según Pete Pardo, el haber metido en este panteón a dos estrellas que desaparecieron en circunstancias trágicas, va a enganchar a bastante personal al que no le importará pagar una suculenta cantidad por ver a otras estrellas del cántico rendirles homenaje.

Screamin' Jay Hawkins, maestro del shock rock, tampoco está en el Hall. Y sus gritos bien que lo merecen.

martes, 10 de diciembre de 2019

Canciones para entrar a vivirlas ya

Hoy me ha llegado información de Go All the Way, (Recorrer todo el camino)un libro escrito por Paul Myers y S W Lauden. El título está sacado del álbum Raspberries, primer álbum de la banda que lleva el mismo nombre. No he leído el libro, pero los autores hacen un recorrido del power pop, un término acuñado por Pete Townshend del grupo The Who en 1967, para describir la música que su banda estaba creando. Como suele pasar, la denominación de origen no se queda en manos del inventor, sino que su onda expansiva toca otros cuerpos. 


No sé si el malhadado David Berman hubiera podido colarse en esta subcategoría del pop. Lo que sí es cierto es que, el huidizo y problemático artista, algunos dicen que sus letras, a veces plagadas de humor de corte abstracto son capaces de rivalizar con las de Dylan, era un poeta al que tampoco le faltaba destreza con la guitarra. Su voz, si acaso, era la más limitada de sus habilidades, aunque estaba perfectamente equipada para expresar lo que quería contarnos. Sobre todo, su infelicidad. 

Berman siempre abjuró de su padre, para él un mal padre al que comparaba con el mismísimo diablo. Un hombre dedicado a apoyar las armas y que, por lo visto, hacía y sigue haciendo bastante presión en el Congreso para que no se abandonen.

El arte de David Berman me recuerda mucho al de Daniel Johnston. Su talento son canciones para entrar a vivirlas ya que nos dejan el mismo gusto a soledad y tristeza atormentada que las que nos dejara Johnston. Aquí la prueba.  

lunes, 16 de septiembre de 2019

El diablo Daniel...

Hoy un recordatorio por Daniel Johnston, cantautor poco conocido en España y que nos dejó hace unos días. Kurt Cobain lo consideraba un genio y otros artistas, como Tom Waits, cantaron sus piezas. Johnston era un hombre especial. Sufría de esquizofrenia y otros males mentales que desgraciadamente tenía que controlar con una fuerte medicación. Hay un documental, The Devil and Daniel Johnston, el Diablo y Daniel Johnston, el título sale de una historia escrita por Stephen Vincent Benét titulada The Devil and Daniel Webster (El diablo y Daniel Webster) y que se publicó en 1936, en el que se documenta su día a día con la enfermedad. 

Las letras de este maestro son exquisitas y delicadas. Son versos desnudos, primarios, capaces de resumir un sentimiento con solo una frase. Don't be sad, I know you will. No estés triste, sé que lo estarás, nos dice en True love (Amor verdadero). En Walking the cow (Paseando la vaca) nos confiesa:

Tried to point my finger
But the wind was blowing me around
In circles 

Circles  

Intenté apuntar con el dedo
Pero el viento me llevaba
En círculos
Círculos



Al igual que sus letras, su música también es maravillosamente primitiva, y nos deja un gusto a soledad y tristeza en el corazón que no se pueden borrar. Aquí la prueba. El dibujo de la portada del disco también es suyo.