Ah, nuestras queridas mascotas. Esos fieles seres que nos acompañan allá donde vamos y que nos cubren el cuerpo de lametones, eternamente entusiasmados con nuestra presencia. Qué sería de nosotros sin ellos, sin su ingenuidad, sin la entrega, incondicional, de su amor. Y aunque a veces a uno le da por hacerse esta pregunta, sobre todo a los que tienen animal que los quiera, seguramente que la cuestión opuesta, el qué sería de los demás sin mi mascota, les rondará menos, por no decir nunca, por la cabeza.
Pues bien, creo que a un pasajero de Delta sí que le rondó. Y mucho. Y no solo más arriba del cuello, sino por todas y cada una de las partes de su cuerpo, en especial las piernas, brazos y rostro, cuando tuvo que soportar los ataques de un perro que iba como pasajero en cabina y no era guía.
Como ahora resulta que todos andamos un poco de los nervios, para aliviar nuestra condición, se nos deja volar, creo que se requiere previa autorización médica, con nuestra mascota. Lo que no tengo muy claro es si el gatito de Bengala, la serpiente Pepa, o la avestruz Choni también pueden volar por el morro y, lo que es más importante, sin el morro amordazado. Me imagino que estará contraindicado por el doctor, ya que los ósculos y el calor del lengüetazo animal son parte esencial de la terapia de recuperación y con bozal no se siente lo mismo.
No podía estar más de acuerdo. Sentir, se siente más, sobre todo si es otro el que lo siente.
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miércoles, 5 de julio de 2017
lunes, 12 de junio de 2017
Y Julio César era...
Los efluvios trumpianos de una puesta en escena de Julio César de The Public Theater (Teatro Público del Festival de Shakespeare de Nueva York)
no han gustado nada a sus patrocinadores, Delta y el Bank of America. Tanto es así que han retirado su apoyo económico. "De mal gusto", la ha calificado las aerolíneas y "provocadora y ofensiva", según la entidad financiera. Por lo visto el parecido es asombroso: Julio César es rubio, se pierde por las corbatas largas, y su esposa, una mujer vestida a la última, habla con acento eslavo.
Al hijo del perjudicado, Donald Trump Jr., se puede decir que la obrita tampoco es que le haya vuelto loco, porque eso de que a César se lo carguen, atención, spoiler, un puñado de mujeres bravías y los miembros de algunos sectores marginales de la sociedad le debe parecer de lo más inverosímil por no decir una ruindad.
Supongo que Delta y Bank of America habrán echado sus cálculos y habrán llegado a la conclusión de que les salía mejor ponerse de parte del sector que ha apoyado al presidente que del otro. Después de tanto puñetazo aéreo no me extraña que quieran andarse con pies de plomo y no tener que vérselas ahora con tanta daga ropera.
Al hijo del perjudicado, Donald Trump Jr., se puede decir que la obrita tampoco es que le haya vuelto loco, porque eso de que a César se lo carguen, atención, spoiler, un puñado de mujeres bravías y los miembros de algunos sectores marginales de la sociedad le debe parecer de lo más inverosímil por no decir una ruindad.
Supongo que Delta y Bank of America habrán echado sus cálculos y habrán llegado a la conclusión de que les salía mejor ponerse de parte del sector que ha apoyado al presidente que del otro. Después de tanto puñetazo aéreo no me extraña que quieran andarse con pies de plomo y no tener que vérselas ahora con tanta daga ropera.
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