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lunes, 24 de febrero de 2020

¿Vuelta a Kennedy?

[William Jennings Bryan, Democratic party presidential candidate, three-quarter length view standing on stage next to American flag]
Según las encuestas parece que la victoria de Sanders, de producirse el 29 de febrero en Carolina del Sur, será más ajustada. Razones principales: los territorios sureños suelen ser más moderados electoralmente hablando. Además, en Carolina del Sur, Biden también cuenta con el efecto Obama.

A tener en cuenta: 63, 5% de votantes blancos, un 26, 5% de electores africanoamericanos y un 5, 79% de población hispana o latina. Sanders está movilizando el voto latino, pero Biden cuenta con mayor apoyo entre la población afroamericana, aunque según un estudio de NBC News y el Wall Street Journal, el margen se está reduciendo a nivel nacional.

Ya veremos si el Medicare para todos convence y si la propuesta de Sanders de hacer que los que ganen más de diez milloncejos de dólares al año paguen un 50% les da grima a los surcarolinos. Por cierto que, en 1963, los que ganaban más de 100000 dólares (unos 770000 dólares en 2015), le dejaban a Hacienda un 91% del salario y las empresas un 52%. Poco antes de su asesinato, Kennedy, asistido por el economista keynesiano Walter Heller, propuso reducir estas tasas. Johnson consiguió aprobar esta reducción. El 91% pasó a un 70% y el 52% se quedó en un 48%.

Desde el 2017, las grandes empresas teóricamente pagan en impuestos un 21%. Y digo teóricamente porque 379 lograron una rebajita en la tributación del 2018 y se quedaron en un 11,3% y otras, más piratillas, consiguieron quedarse con todo.

Kennedy, ¿aprobaría el plan Sanders?   

sábado, 21 de enero de 2017

Gracias, Putin.

Ayer Trump, durante su discurso de investidura, creó la sombra de la duda entre sus seguidores.

Nada más comenzar. Apenas fueron unos segundos, pero las ovaciones, arrancadas, se sintieron temblonas, desconcertadas.

Y es que, a pesar de haberse leído de pe a pa los discursos presidenciales de Kennedy y Reagan, Trump coló, (no sabemos si con la intención de mantener viva la llama de la discordia y la polémica, tal vez se tratara de un lapsus calami), un caza el gazapo, que, a muchos, me atrevo a asegurar, les puso los pelos de punta. Estaban ante lo más temible, un reconocimiento solapado, el reconocimiento. ¿Un va por ti, Putin, en el cogote?

A diferencia de las frases introductorias de Kennedy o las de Reagan que cerraban la lista de agradecimientos con un fellow Americans, (compatriotas), Reagan añadió un efectivo my fellow citizens of this great nation (compatriotas de esta gran nación), Trump descolocó a los suyos añadiendo una, mejor dicho, dos puntillas : fellow Americans and people of the world, thank you (compatriotas y gentes del mundo, gracias).

¿Cómo que gentes del mundo? ¿Qué pintan ahí los pueblos del mundo? ¿Acaso no había sido gracias a ellos, a sus fieles, que había llegado a lo más alto? Ya estaba mal que a los otros les hubiera dado voz en un discurso solo para ellos, made in America for the Americans, pero que encima les diera las gracias...

Menos mal que, con cada párrafo, con frases que los aseguraba que "lucharía por ellos hasta el último aliento", Trump fue capaz de enmendar el daño y lograr una completa restauración de su espíritu, porque, como es bien sabido, la traca final es la que queda.

In Trump We Trust.