miércoles, 30 de agosto de 2017

Un ojo de la cara

El George Washington Bridge, puente colgante sobre el río Hudson que une Nueva Jersey con Manhattan, es una maravilla de ingeniería. Othmar Hermann Ammann, ingeniero y Cass Gilbert, arquitecto, fueron los encargados de esta mole. 

La construcción comenzó en 1927 y abrió sus puertas en 1931. Cuenta con catorce carriles, ocho en el nivel superior por el que deben transitar los camiones y seis destinados a los turismos. El nivel inferior se inauguró años más tarde, en 1962. 

Varias veces he pasado por este puente y la verdad, da igual a la hora que vaya uno, el tráfico siempre es de órdago. Como también lo es el peaje que uno tiene que pagar si quiere pasar a Manhattan. 15 dólares para los turismos. Se ve la pegatina anunciadora con el precio cuando uno ya está llegando a la ventanilla de cobro. Lo malo es cuando se viaja en otro tipo de vehículo, digamos un furgón con remolque. Para saber los precios hay que consultar la lista con las tarifas en internet antes de echarse a la carretera porque, como sabemos, con remolque no se puede dar marcha atrás. 

Con sus más de 103 millones de vehículos al año, al George Washington Bridge no le quita nadie el ser el puente con mayor tránsito rodado del mundo. Lo que no me queda tan claro es si sus peajes para vehículos con más de tres ejes, nosotros llevábamos cuatro, también lo convierten en uno de los más caros. 84 dólares costó la entrada. Y no se admite el pago con tarjeta. En contantes y sonantes o con el E-Z Pass, un sistema de cobro electrónico que reduce el costo del peaje. Eso sí. Nunca se paga por salir y las vistas desde la cabina de un camión son inmejorables. Digo yo que lo mismo cascan por cubrir con los ojos esos 1450 metros. 

Y sí. Había ruta alternativa. Por otro puente que, ya que estamos, mencionaremos en otra entrega. 

Aquí, una de vistas desde el George Washington en camión.  

lunes, 28 de agosto de 2017

¿Y dónde nos metemos?

Con un sueldo anual de cien mil dólares, en ciudades como San Francisco, Nueva York o Boston, a uno le llega para vivir. Pero cuando ya se anda en pareja y no digamos con hijos, la cosa cambia. Y mucho.

Los gastos se disparan. Sin ir más lejos, el otro día vi una barra de pan, la famosa baguette, por 4 dólares. Un café, por dos cincuenta, y, a veces, en algunos lugares cobran un extra por la leche de soja.

Los seguros médicos tampoco es que sean una ganga. Todo depende del plan al que se acoja uno o, mejor dicho, pueda permitirse. Visitar al médico y al dentista puede resultar en un verdadero quebradero de cabeza si no se tiene cobertura, pero incluso con cobertura de por medio, los bolsillos quedan temblando.

Los estudios de los niños, sobre todo cuando se les quiere mandar a la universidad, es otro de esas limas.

Y la casa, en una entrada de hace unos meses ya lo mencionaba, el alquiler es otro de esos glotones que devoran buena parte del sueldo. Se dice que para poder ahorrar algo no se debe emplear en el alquiler más de un 25-35% de lo que se gana, pero estas cifras en ciudades como las que he mencionado anteriormente, son inalcanzables, a menos que se comparta piso. Los caseros de estas ciudades desde luego que han tenido buen ojo. Saben dónde quieren vivir los nuevos ricos, muchos de ellos muchachitos sin corbatas del mundo punto com a los que se les permite trabajar desde casa para que sigan diseñando juegos y creando otro tipo de encargos.

El precio de la habitación varía, pero fácilmente se puede pagar mil dólares al mes por compartir baño. Si se busca la soledad, a pagarla. Un estudio en Brooklyn para un artista sale por cerca de 3000 dólares al mes la broma. A mayor número de habitaciones, más se paga, claro. La zona en la que se encuentre el inmueble dictará el alquiler.

Los nuevos burgueses son los que dictan lo que nos va a costar vivir. Brooklyn, en Nueva York, ya está más que gentrificada, esto es, los ricos han puesto contra las cuerdas a los menos favorecidos, los cuales ya no pueden permitirse vivir en la zona elegida y son expulsados al extrarradio o a otras zonas más deprimidas.


En cuanto una avanzadilla de burgueses pone el ojo en algún terrenito, la toma es segura. Así pasó en Asbury Park, Nueva Jersey. En Boston este fenómeno lleva ya un tiempo. Recuerdo que, hace años, vivía en una zona bastante hispana, Jamaica Plain. Ahora es diferente. No digo que de la gentrificación no venga nada bueno, lógicamente se prefiere una vista agradable para los ojos que bolsas de pobreza, pero con la gentrificación han venido los barrios escaparate. Se mira pero no se toca. Los precios han subido, los caseros no hacen mejoras en las casas aunque se estén cayendo a cachos porque saben que se las quitan de las manos al precio que ellos estipulen, al fin y al cabo la gente se mata por vivir allí. Otro ejemplo es South Boston, conocido como el Southie. Hace años era un reducto irlandés al que solo los más valientes se aventuraban, y ahora alquilar un piso de una habitación sale por unos dos mil dólares. Aún quedan ejemplos de vivienda social en esta zona, aquí se los llama projects, pero en cuanto la opinión pública mire para otro lado los tiran abajo. East Boston me parece que es la zona más amenazada en estos momentos. Mayoritariamente hispana, la gentrificación ya le ha echado el guante y los caseros, con el olor del dinero impregnado en la pituitaria, se buscan las mañas para echar a los pobres pagadores que tienen dentro y remplazarlos con los potentados.

A Patti Smith, la madrina del punk, tampoco es que le guste mucho esto de la gentrificación y reconoce que Nueva York no es lugar para pobres ni para bohemios. Palabra de Patti.

domingo, 27 de agosto de 2017

Dime de qué religión eres y te diré lo que vivirás


He leído que James J. Hamula, uno de los dirigentes de la comunidad mormona, ha sido excomulgado, y me ha venido a la cabeza que los miembros de esta comunidad religiosa, junto con los adventistas del Séptimo Día, superan en unos diez años la esperanza de vida del estadounidense que no pertenece a ninguna de estas dos religiones. 

Quizás la clave de su resistencia se deba a que las dos se alejan del tabaco, el alcohol y las carnes, para favorecer el ejercicio y una dieta vegetariana, que los adventistas adornan con gran cantidad de frutos secos y los mormones con el ayuno una vez al mes y descongestionar así las arterias. 

Tal vez su longevidad también pueda deberse a factores económicos, ya que los estudios se han llevado a cabo en poblaciones mormonas y adventistas de California con cierto desahogo, circunstancia, que, no cabe duda, contribuye a que se lleve una vida más despreocupada. También parece que el poder de una fe resistente alarga vidas. Pero, sobre todo, el saberse útil mediante la práctica, el voluntariado es muy frecuente, y el apoyo de los miembros de la comunidad parecen ser factores decisivos en la consecución de una vida más sana y duradera.  

Esperemos que Hamula, si quiere vivir muchos años, aunque la comunidad le haya abandonado, al menos no se olvide de seguir los buenos hábitos alimenticios.

viernes, 25 de agosto de 2017

Kit de inglés 55: where the rubber meets the road

Esta expresión que literalmente se traduce por donde el caucho se encuentra con la carretera se podría traducir por nuestro la hora de la verdad o momento en el que la teoría se pone en práctica y su pronunciación sería algo parecido a lo que aquí dejo. Guer de ráber miiits de róud. Y aquí la auténtica en la inmejorable voz de Meat Loaf  (minuto 1:27).

Parece que surgió en la década de los 40 con unos anuncios de Firestone pero fue en la siguiente cuando se extendió su uso.

Aquí dejo la frase en voz de Spike Neuberger, (1:39 y siguientes), un cantante bastante menos conocido.

I´ll meet you down where the rubber meets the road ( Nos vemos en el momento de la verdad). 

miércoles, 23 de agosto de 2017

Diseña por nuestro bien

No es que Frederick Law Olmsted hiciera su recorrido solo por Massachusetts, pero el retorno al estado me han traído su persona a la memoria.

Olmsted (1822-1903) fue un arquitecto paisajista. Mejor dicho, fue el arquitecto paisajista estadounidense. Para nombrar las contribuciones en las que participó necesitaríamos tirar de folio, pero ya con solo nombrar Central Park, la Exposición Universal de Chicago de 1983, los terrenos del Capitolio o el Emerald Necklace, una red de parques conectados entre sí en Boston, nos podemos hacer una idea de la magnitud y repercusión de su obra.



Aunque nació en Connecticut y era experto en tierras californianas, fue en Massachusetts donde sus proyectos tuvieron mayor acogida. Olmsted no llegó a la idea de que, para que el género humano conservara su bondad, la belleza pastoral de la naturaleza debía ser compartida e integrada de manera natural en la vida de todos los hombres y mujeres, independientemente de su condición económica o social, esclavos incluidos, de buenas a primeras. Para descubrirlo tuvo que seguir una carrera en periodismo, sazonada con una buena dosis de investigación en la economía procedente de la esclavitud. De sus observaciones salieron tres libros con las contribuciones que publicó en el New York Times sobre sus viajes por el sur de Estados Unidos y que suponen un importante documento social sobre la época previa a la Guerra de Secesión. También de un viaje que hizo a Inglaterra años antes, en 1850, para embeberse de la obra del diseñador Joseph Paxton, especialmente de su Birkenhead Park, el primer parque en el mundo que fuera subvencionado con fondos públicos, es deudor. 

Muy recomendado desempolvar sus libros. 

martes, 22 de agosto de 2017

Hoy no, Satán


Si a los paseos marítimos de Nueva Jersey se les conoce por algo es por ser, en su mayoría, horteras. Una fila de atracciones de feria, (hacer saltar a la rana de su nenúfar, pasar la pelota de baloncesto por el aro o pinchar un globo con una escopeta) se intercalan con puestos de fannel cake, una especie de churro refritísimo y aburruñadísimo, pizza y tiendas que venden fudge (una mezcla de azúcar, mantequilla y leche), salt water taffies, unos caramelos masticables hidrogenados, y unas manzanas caramelizadas descomunales con una selección que atrapa todos los gustos.

En el paseo marítimo también hay salones recreativos, muy útiles para refugiarse de las tradicionales lluvias neojerseítas, en los que se ve a los críos, y no tan críos, jugando con maquinitas de los años 80, manejando garfios para situar sobre maletines cargados de premios o recogiendo ristras de tickets tan largas, que, para canjear por premios, el muchacho tras el mostrador tiene que pesar en una balanza.

Y un parque de atracciones. Apto para todo tipo de estómago. Y digo lo de estómago porque algunas de las atracciones, mejor dicho casi todas, te ponen el estómago en la boca. La típica montaña rusa, el pulpo o un brazo de acero con una plataforma redonda en la que se sientan los lanzados y que casi alcanza una perpendicularidad con la tierra que mantiene a los que miramos desde abajo atónitos de espanto.

En esta última visita también he descubierto otra atracción. La captación cristiana. Jóvenes, no tendrán más de veinte años, que se echan al paseo entablado para lograr clientela, por lo general tan jóvenes como ellos. Y parece que está funcionando porque en la iluminación artificial de la noche, en las espaldas de algunas camisetas se podía leer el mismo mensaje ahuyentando al Diablo: "Not Today, Satan" (Hoy no, Satán), una frase sacada del contexto homosexual pero de la que se han apropiado los conservadores.

Aún con estas nuevas o renovadas atracciones, el paseo marítimo sigue manteniendo su encanto.

lunes, 21 de agosto de 2017

Contemplaciones religiosas


A Ocean Grove, una zona que depende de la administración municipal de Neptune, se la conoce por ser un bastión metodista. Veranear aquí, (la playa está a unos seis minutos andando), puede dejarle a uno el bolsillo temblando. Hacerse un hueco en una de las famosas tiendas de campaña, hay 114, en las que los animales, las latas de cerveza (se puede beber en vaso) y las barbacoas están prohibidos, (hasta hace poco también lo estaban los aires acondicionados a menos que hubiera prescripción facultativa de por medio), saldrá por más de 6000 dólares. Eso sí, cubre el periodo del 15 de mayo al 15 de septiembre, ya que luego se desmontan. Esta Ciudad de las tiendas comenzó en 1869 con las reuniones religiosas y, desde entonces, da pingües beneficios.

Los inquilinos no tienen porqué ser metodistas, pero de alguna manera tienen que mostrar su apoyo espiritual a la causa. Para asegurarse de que sucede así, se entrevista a los posibles candidatos y, aunque muchos aprueban y pasan a la lista de espera, esta es tan larga, que algunos han esperado más de diecinueve años para alojarse bajo la lona. Eso sí, las tiendas son una maravilla, especialmente de noche, cuando la impresionante cruz metodista del Gran Auditorio las ilumina. El Gran Auditorio (The Great Auditorium) no pasa desapercibido. Con una capacidad para 10000 asistentes en su tiempo, ahora reducida a unos 6000, es una bella fortaleza de madera levantada en 1894 que alberga uno de los órganos de mayor tamaño en los Estados Unidos. Para que nos hagamos una idea, Leonard Bernstein una vez comparó la acústica del edificio con la del Carnegie Hall. El lugar en el que se asienta una estatua de Ellwood H. Stokes, el Padre de Ocean Grove, justo frente al Gran Auditorio, ha convertido a este rincón en una de las calles más bellas de América.

Durante el verano, los domingos es día de culto y se celebra en varias dependencias. Bien se puede optar por el Gran Auditorio o, si se prefiere, al rumor de las olas en el Pavilion Praise, al abrazo del paseo marítimo. El resto de la semana no queda desangelado y también se ofrecen celebraciones religiosas. No cabe duda de que en este lugar tan privilegiado uno puede y debe andarse con contemplaciones.

viernes, 18 de agosto de 2017

Kit de inglés 54: to get down to brass tacks

La frase de la semana es get down to brass tacks. Esta expresión la podríamos traducir por ir al meollo de la cuestión, y literalmente por ir a las tachuelas de latón. Como siempre, aquí dejo una pronunciación chapucera que espero sirva de ayuda. (Tu guet daun tu bras taks). Y aquí la buena con una magnífica explicación.

El origen de la expresión es incierto, aunque, como siempre, se barajan distintas teorías. Una deriva del mundo de la tapicería y los muebles. To get down to brass tacks consistía en la elección de una tela, medirla y cortarla.

Otra se basa en efectos rítmicos de la frase y no parte de los Estados Unidos, sino del cockney, la jerga rimada del mundo del hampa londinense. Por lo visto brass tacks equivale a facts, (hechos).

Parece que la primera hipótesis tiene más tirón, señalando a Texas el foco del que saliera la expresión allá por el siglo XIX.

Una frase: Trump and Putin Get Down to Brass Tacks (Trump y Putin van al meollo de la cuestión).

jueves, 17 de agosto de 2017

Animales con casco al estilo de la Primera Guerra Mundial


Hoy, una de Biología.

Anoche, de regreso a casa, justo al comienzo de la Tenth Avenue en Belmar, la avenida que Springsteen y la E Street Band hicieran famosa en Born To Run un 25 de agosto de 1975, me acordé de los cangrejos cacerola que viven en el Shark River, a la derecha de la avenida. Estos quelicerados a los que también se conoce como cangrejos bayoneta, cangrejos herradura o tanquecitos de mar entre otros nombres, se parecen más a las arañas que a los cangrejos, y son muy abundantes en las costas de Nueva Jersey.

El verano pasado tuve la suerte de ver sus enormes caparazones sobre la arena, una especie de cascos con un asombroso parecido a los que se usaron en la Primera Guerra Mundial. Tienen la particularidad de que el cobre, en lugar del hierro, corre por sus venas. Su resistencia a las bacterias les hace ser muy apreciados en la industria farmacéutica. Aquí dejo una entrada con una detallada explicación.

Y no, en el coche no sonaba Springsteen con su Banda, sino Cream, que tampoco está mal.

miércoles, 16 de agosto de 2017

¿Quién carga la Seat Trans?

Hoy, una de melancolía. Hace treinta años, cuando aún no existían las aplicaciones que poner bajo un altavoz para que nos soplaran la vida y milagros del que estaba sonando, uno tenía que acudir a mentes más sabias o bien dejar morir la curiosidad.

Como no me descargo aplicaciones y en su momento no acudí a los que más sabían, la tercera vía, la del olvido, parecía inevitable. Afortunadamente del aparador de los olvidos he podido rescatar una sintonía usada en un anuncio televisivo en España. El anuncio en cuestión es de 1986. Algunos o muchos lo recordarán. La Seat Trans. Aunque la letra y la voz fueron adaptadas para promocionar la venta de dicho vehículo, la música seguía siendo reconocible.

Tennessee Ernie Ford (1919-1991) fue el que popularizó 16 Tons (16 Toneladas) un título muy adecuado para vender la fortaleza de la furgoneta, aunque estas 16 Toneladas las cantó por primera vez Merle Travis en 1947 para narrar los trabajos y las adversidades de un minero de carbón en Kentucky que se ve obligado a empeñar su existencia comprando en el economato de la compañía minera para la que trabaja. Esta canción podríamos considerarla como un himno del trabajador. Y una curiosidad. En 1974 la banda de Ernie Ford fue el primer grupo musical estadounidense de estilo pop que viajó a la Unión Soviética.


Tennessee, gracias a su profunda voz de barítono, se manejaba como pez en el agua en el country, pop, gospel o la música para cowboys. En 1956 llegó a contar con su propio programa de televisión, The Ford Show, llamado así por el patrocinador del programa, el fabricante de coches.  

Aquí dejo a este magnífico. 

lunes, 14 de agosto de 2017

La madre de todas las rutas en televisión

Aunque la madre de todas las rutas, término que acuñó Steinbeck para referirse a la Ruta 66, unas 2400 millas de carretera que conectan Chicago con Los Ángeles y se alargan hasta Santa Mónica no pasa por Ohio, eso no impidió que algunos episodios de la serie televisiva Ruta 66 se filmaran aquí. De hecho Kinsman, el pueblecito en el que nació Clarence Darrow y que mencionábamos en la entrada de ayer, aparece en uno de ellos. Cleveland se lleva los cinco restantes que se filmaron en Ohio.

Esta serie televisiva que salió en 1960 y se clausuró cuatro años más tarde aunque con un intento en los 90 de reavivarla pero que no cuajó, copiaba vilmente el estilo de una de mis series favoritas, The Twilight Zone, una creación de ese genio que era Rod Serling. Del beatnik por excelencia, Jack Kerouac, tomaron su manifiesto En el camino. Stirling Silliphant, el guionista de tantos éxitos comerciales, como El Coloso en llamas, y creador del drama policial Naked City, se robó a sí mismo, especialmente de un episodio titulado Four Sweet Corners en esta serie. Y digo que se plagió a sí mismo porque fue el creador de la serie junto a Herbert B. Leonard.  

Rodada en blanco y negro, narra las aventuras de dos hombres. Buz, (más tarde reemplazado por Lincoln), y Martin, a bordo de un Corvette. Martin se acaba de graduar de la prestigiosa universidad de Yale mientras que Buz había sido un empleado de su padre, un banquero arruinado. La incorporación de Lincoln trae un personaje más sombrío, el veterano de la guerra de Vietnam. En cada episodio aparecen situaciones y personajes distintos. Por cierto, que por esta serie desfilaron multitud de caras conocidas, desde Boris Karloff pasando por Peter Lorre o Lee Marvin, por citar algunos. 

Aquí dejo la sintonía

domingo, 13 de agosto de 2017

Apearlos del caballo

Ahora que voy a retomar la tiza y que la manzana de la discordia, la estatua ecuestre del general Lee en Charlottesville, comida por el óxido, se vuelve negra de horror, me ha venido a la cabeza Clarence Darrow. 

Hace tiempo, cuando vivía en Pensilvania, tuve la suerte de ver su casa, solo se puede ver por fuera ya que tiene moradores. Es una casa muy bonita. Es grande y blanca, de estilo victoriano, y tiene dos plantas octogonales. En ella se crió Clarence Darrow (1857-1938). Un ohionés nacido en Kinsman, un pueblecito fronterizo con Pensilvania. A Darrow, además de ser conocido por su agnosticismo, también se le conoce por sus dotes de orador, aunque se dice que una vez salió escaldado de una de sus batallas dialécticas con el orondo Chesterton, el Apóstol del sentido común, que era un defensor acérrimo de la presencia divina. A Darrow también se le conoce por ser el abogado defensor del caso Scopes Trial.

Clarence Darrow
El Scopes Trial, (El Juicio de Scopes, también llamado el Juicio del Mono), se encargó de poner en tela de juicio el fundamentalismo cristiano y permitir que en los colegios se enseñara la evolución. Heredarás el Viento es el título que se dio a la película que recogía el caso y que salió en 1960. Spencer Tracy figuraba en el reparto. De las aulas de Charlottesville también ha salido la iniciativa de retirar al deslustrado Lee, que lleva en la silla desde 1924, y que, por lo que parece, bajarlo, va a costar sangre. Por cierto, que aún queda, también en terreno público, otra estatua ecuestre de otro general confederado, el general Thomas Stonewall Jackson. Apearlos del caballo, ¿costará otro arranque fundamentalista? 

jueves, 10 de agosto de 2017

Kit de inglés 53: ¿Cuál es la palabra inglesa que hace más gracia?

Según un sondeo de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, la palabra que más suelta la risa de los angloparlantes es booty. Los resultados han aparecido en la revista Behavior Research Methods. Booty en español es botín, pero claro, booty tiene más acepciones y botín no es la provocadora. 


La culpable es la forma que se usa en Estados Unidos para referirse a la parte posterior, sobre todo femenina, y que en español equivale a trasero.



En el estudio participaron 821 individuos a los que se les pedía evaluar 211 palabras en una escala de 1 al 5, siendo 1 la puntuación más baja. Otras competidoras que quedaron a poca distancia fueron tit, boobyhooter, todas ellas sinónimas, y como no podía ser menos, también relacionadas con la anatomía de las féminas. Esta vez en la parte superior.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Adiós

Hace unas semanas que vi un video en Youtube en el que Carol Kaye, probablemente uno de los mejores bajos eléctricos de nuestra era, le daba una clase magistral a Gene Simmons, el vocalista del grupo Kiss. Carol Kaye pertenecía al grupo denominado The Wrecking Crew. Así es como se conocía a estos músicos de estudio, profesionales a los que se contrataba para participar en las grabaciones de discos, que, durante los 60 y 70, trabajaron en Los Ángeles sin parar.

La lista con las grabaciones en las que participaron es larguísima. En un año bien podían hacer más de quinientas sesiones. Surfin' U.S.A, Be My Baby, Everybody Loves Somebody o I Got You Babe son algunas de las canciones en las que dejaron su magnífico sello.

Glen Campbell también fue componente de The Wrecking Crew. A él lo descubrí antes que a Kaye, pero no por su labor como guitarrista, a Campbell se le tenía por un mago de la guitarra, sino a través del incomparable Jimmy Webb, el compositor de MacArthur Park, no es esta una de sus mejores piezas, pero seguramente es de las más conocidas. Y es que Campbell, además de ser un guitarrista sensacional, también fue cantante. Y de los buenos. Su voz era limpia, una pura vibración de tonos nostálgicos adecuada para el country ligero. Su fuerte era todo, aunque me parece que era en las baladas donde la belleza de su voz y su técnica ejemplar nos deslumbraba. Campbell se nos fue ayer, pero su magia perdura. Aquí lo dejo con una canción de mi Top 10, Wichita Lineman, de Jimmy Webb.  


lunes, 7 de agosto de 2017

Patria USA

Phil Ochs, el gran cantautor protesta estadounidense, decía que "abandonar América era como perder 9 kilos y echarse una novia nueva". Ochs lo decía con la rabia que le daba ver a las injusticias exhibiendo sin pudor su natural desagradable por tierras americanas, no solo por las estadounidenses.

Años antes James Baldwin (1924-1987), ensayista y activista, considerado uno de los mejores escritores estadounidenses, también guardaba un sentimiento similar, admitiendo que "su amor por los Estados Unidos sobrepasaba cualquier afecto que pudiera sentir hacia otro país". Baldwin también concedía que ese reconocimiento le daba plenos poderes para criticar a la madre patria hasta su último aliento. Y eso es lo que Baldwin hizo con insuperable maestría.

Para recoger las faltas del amado país, y de paso, reconocer las propias, Baldwin optó por la extraterritorialidad. A los veinticuatro, cansado de escribir artículos y comentarios sobre la situación de los hombres y mujeres de color y de las cortas miras de la madrastrona (Baldwin era afroamericano a lo que había que añadir su bisexualidad), decidió instalarse en Francia. La sexualidad, la familia (su madre nunca le reveló quién era su padre biológico, y la relación con su padrastro, que quería que fuera predicador como él, era tensa), admitir la ineludible influencia blanca (Baldwin sentía debilidad por Dickens y Harriet Beecher Stowe, la creadora de La cabaña del tío Tom), y los conflictos raciales son los temas que perseguirán al pensador hasta el final de sus días. Pero sobre todo, lo que más le motivaba a seguir adelante era ser "un hombre honesto y un buen escritor".


Aquí dejo al maestro, a los ojos del desencanto cuestionándose la moralidad de la Patria.

domingo, 6 de agosto de 2017

¡Espera, no lo tires!

Lleva ya desde 1993 remontando pero el año pasado dio el do de pecho. Me refiero al vinilo. Sí. Los discos se están volviendo a poner de moda.


No sé si esta retromanía tendrá que ver con la nostalgia, el gusto por lo tangible y la curiosidad de los que no se criaron entre resinas plastificadas, seguramente se trate de un popurrí, pero, desde luego, hay algo innegable: la calidad del sonido. Porque, seamos sinceros, la voz de Frank Sinatra no suena igual en disco que en mp3, por muchos saltos que pegue la aguja, donde al pobre parece que le han dado un puñetazo en los carrillos.

Ante esta nueva demanda, las tiendas de discos están volviendo a reabrir sus puertas y también las fábricas. Eso sí, los que quieran empezar su colección que vayan preparando como siempre el bolsillo. Demostrado: La aguja afina el oído.

jueves, 3 de agosto de 2017

Kit de inglés 52: to rubberneck

Ahora que estamos metidos de lleno en las agonías del tráfico vacacional, y que los accidentes, esperemos que solo se queden en besos en los parachoques, parecen recrearse en la temporada estival, traigo una palabra que suele aparecer con bastante frecuencia en el mundo de la carretera. To rubberneck. La acción de disminuir la velocidad y estirar el cuello como si fuese de goma para ver lo que sucede con curiosidad morbosa. En una palabra: fisgonear y, de paso, crear atasco.

La palabra se compone de dos partes, rubber y neck, (goma y cuello). En cuanto al origen parece que data de 1892 y que precisamente se usaba en el contexto turístico, supongo que para referirse a los hábitos de los visitantes por meter las narices en todo lo que pillaran.

Una pronunciación aproximada sería algo así como rábernek y la buena es esta.

Aquí va la frase.

We rubberneck on the road (En la carretera nos ponemos a mirar a ver lo que pasa).


Y aqué dejo a Elvis rubbernecking (segundos 14-15).

miércoles, 2 de agosto de 2017

Saludos desde Boston y algunas recomendaciones útiles

Esta semana me temo que los posts serán bastante breves. Escribo desde Boston, mejor dicho, desde la biblioteca de la ciudad de Quincy, una ciudad al sur en zona playera. Y sí, se llama Quincy por el presidente, Quincy Adams. Quincy será mi nuevo hogar a partir de la segunda quincena de agosto.

Si cualquier mudanza implica un trauma, las que tienen a Massachusetts como destino final son especialmente dolorosas. Sobre todo los meses de agosto y septiembre, cuando miles de estudiantes universitarios, y futuros profesores de instituto, decidimos echarnos a la carretera con la U Haul, la furgoneta de mudanzas que uno alquila y conduce, a taponar las autovías del deseado estado.

Encontrar un lugar medianamente limpio y en condiciones donde no te sajen es otra odisea. Las codiciadas zonas de Cambridge, besadas por los harvaritas, intocables. El extrarradio tampoco es que sea accesible, sobre todo las zonas más yupificadas, Jamaica Plain y South Boston, por ejemplo, están inundadas de pipiolos en la veintena con sueldos gastronómicos.

Para los austeros por obligación, como yo, menos mal que aún nos quedan zonas no tan exploradas, aunque ya se notan las pisadas del dinero de las jóvenes tecnologías. Hasta que nos echen.

Una vez que se encuentra algo adecuado al presupuesto, se pide el primer y el último mes, una fianza y los honorarios del agente inmobiliario que ha intervenido en la transacción, si este existiera.

Con un poco de suerte, ese paso se lo ahorra uno, aunque requiere mucha paciencia encontrar un alquiler sin intermediario. Recomiendo Craigslist para estos hallazgos.

Saludos,
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