domingo, 30 de octubre de 2016

Atrumpados

Atrumpados. Parece el título de una película de miedo de tinte cómico pero no lo es.

Paul Ryan, el presidente de la Cámara de Representantes no puede ver a Trump, pero su ideología está por encima de cualquier odio o rencilla que pueda albergar su corazón.

Ryan se ha propuesto quitarse del medio al tándem Pelosi-Hillary. Y se ha propuesto emprender esta tarea, porque, seguramente, no confía mucho en su líder. Como siempre, el tema de los dineros, en especial los impuestos y el Obamacare, es la piedra que sustenta sus esperanzas para movilizar al electorado contra las medidas demócratas.

Como la captación de votos es tremendamente visual, Ryan ha arengado a los suyos para que compren esos preciados minutos de publicidad televisiva. Siguiendo sus directrices, ya se han echado a la calle, dispuestos a conservar el eterno punto muerto que incapacita al presidente a tomar decisiones. En Trey Hollingsworth, jovencísimo empresario que se presenta por Indiana, Ryan ha encontrado a su mejor discípulo. Bueno, mejor dicho en papuchi, pues es él el que está soltando la mosca financiando los anuncios de su hijo Trey a través de un Super PAC o Comité de acción política.

Algunos consideran que esta reticencia a cooperar es antiamericana y que roza la traición, independientemente de la ideología del presidente electo. Otros la apoyan, indicando que la presencia de un posible punto muerto por algo está. Para limitar el poder y obligar a debatir.

Totalmente de acuerdo. Ahora bien, que estamos y estaremos atrumpados es innegable.

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