martes, 18 de octubre de 2016

La universidad, ¿el nuevo zoo?


Hace unos días que Mike VI nos dejó. Mike no era un banquero, ni tampoco una barcaza descuartizada. Mike era la mascota del equipo de fútbol americano de la Universidad Estatal de Luisiana en Baton Rouge y era un vivísimo tigre.

Las declaraciones de la universidad, manifestando su intención de buscar un reemplazo inmediato a dicho emblema, han suscitado protestas en todo el país, recogiéndose 125000 firmas contra su iniciativa.

La universidad ha prometido que adoptará un tigre que esté en cautividad, eso sí, siempre que se encuentre en territorio estadounidense. Supongo que, el tigretax, al estar financiado con los dineros de los contribuyentes, así lo requiere. Con los 15000 pies cuadrados que le han destinado, su césped, sus árboles y, cómo no, su piscina, esperan saciar el gusto refinado del sucesor.

De la salud tampoco deberá preocuparse el animal porque el seguro va incluido en el paquete de bienvenida. Incluso tendrá un tráiler a su disposición cada vez que decida, porque, no lo he mencionado, el tigre decide si le apetece o no estar presente en los juegos, ahí no se obliga a nadie, visionar las frecuentes victorias de su equipo.

El Tiger Stadium es un terreno muy difícil de abatir, tan difícil, que también es conocido por el apodo de Death Valley. Es enorme, tiene una capacidad que aloja a 102000 hinchas con pulmones del tamaño del estadio, lo que seguro desmoraliza al más intrépido.

Pero me parece que la presencia de Mike VI tampoco es que ayudara mucho a la concentración, sobre todo cuando es costumbre plantar el amuleto, eso sí, en su tigremóvil, en el túnel de salida del equipo visitante, obligando a sus miembros a sortear el aliento, cercano, del animal, que, con un poco de suerte, ya habría merendado. Supongo que un pato no les valdría de mascota.
Juego sucio, me parece este.

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