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domingo, 13 de octubre de 2024

¿Mejor el martes?

A menos de un mes para saber el costado que se llevará el timón del país, marchando una de historia electoral estadounidense.

¿Alguna vez nos hemos preguntado por qué las elecciones presidenciales siempre se celebran un martes de noviembre? Respuesta: religión y economía. 

El domingo era el día reservado al descanso y a la alabanza del Señor con lo que quedó descartado. El miércoles también se rechazó. Había que tener en cuenta que, en 1845, fecha en la que se unificó la votación presidencial a nivel federal (hasta entonces cada estado tenía su propia normativa), los miércoles solían ser día de mercado, lo que hubiera supuesto interrumpir las transacciones comerciales. Quedaban libres los lunes, martes, jueves, viernes y sábados. La lista volvió a reducirse eliminando lunes y jueves. Esto se debió a que, en 1845, muchos votantes vivían en zonas rurales y allí no había colegio electoral que valiera. Si el granjero querían emitir su voto, no le quedaba más remedio que subirse al carro y lanzarse al camino, traqueteo que, sin duda, podía llevar unas cuantas horas de viaje. Además, siempre podía haber imprevistos. Echarse a la carretera para encontrarse con las urnas selladas, hubiera sido una faena difícil de digerir. La lista volvió a cerrarse con otro barrido de orden religioso. Esta vez le tocó al sábado, día sagrado en el judaísmo rabínico. 

Finalmente se escogió el primer martes de noviembre, siempre y cuando no fuera el 1, fecha que coincidía con el Día de Todos los Santos. También existía una razón económica y es que cada primero de mes los comerciantes aprovechaban para poner al día sus libros de contabilidad. En caso de que el 1 de noviembre cayera en martes, la votación se pasaba al martes de la siguiente semana. Elegir el mes no supuso tantos quebraderos de cabeza. Noviembre era el mes ideal porque ya no era tiempo de cosecha y los rigores del frío aún no dominaban. La idea de hacer al primer martes de noviembre el día para celebrar las elecciones presidenciales salió del estado de Nueva York. 

Hoy por hoy el hecho de que la votación se lleve a cabo un martes ya no gusta tanto, especialmente porque la mayoría de los votantes ya no van en carromato a depositar el voto, (el sector agrario se ha quedado pequeño, apenas llega al dos por ciento), se puede votar por correo, y a muchos les toca trabajar los martes. Algunas voces han propuesto a que ese martes se haga festivo, pero, de momento, se queda como está.  

Unas cuantas curisosidades. 

Hasta la década de los 90 del siglo XIX, el voto no fue secreto, es más, se voceaba. Fue en esta época cuando se adoptó la denominada papeleta australiana, también llamada voto secreto. Se denomina australiana porque fue en Australia, en 1856, donde por primera vez se emitió el voto secreto. 

Las maquinitas de votar ya no se usan, dejaron de adquirirse en el 2010. Ls máquinas que venían con una palanca para emitir el voto no aparecieron hasta 1889. Jacob H. Myers fue su inventor. Myers dijo que su invención era necesaria para combatir la picaresca. 

Y la última. Parece ser que el presidente Washington mimaba a los posibles votantes con bebidas espirituosas. En 1758, para salir elegido en la Cámara de los Burgueses de Virginia, costeó ciento sesenta galones de licor que se sirvieron a 391 votantes. Un pastón el corre de mi cuenta: 50 libras.    

Aquí, información sobre el funcionamiento del Colegio Electoral.  

martes, 20 de agosto de 2024

¿ Pleno al bolo?

La semana pasada nos íbamos a echar una partidita a los bolos con up your alley y seguimos en la bolera para anotar unos cuantos puntos sobre su historia.

Lógicamente, los bolos no son de ahora. Según el arqueólogo-egiptólogo Sir Flinders Petrie, esta actividad comienza a moverse en Egipto hacia el 3200 antes de Cristo. En la tumba de un niño encontró, allá por los años 30 del siglo pasado, una colección de objetos, entre los cuales Sir Flinders Petrie determinó que, algunos de ellos, parecían ser útiles para la práctica de dicho juego.  

El Bowling Museum & Hall of Fame, Museo de los Bolos, en Tejas, también nos cuenta que un historiador alemán, William Pehle, reclamó los orígenes de dicho juego para Alemania, dando al año 300 después de Cristo el punto de partida, aunque no hay constancia de ello. Pero en 1366, en Inglaterra, ya sí que sabemos de su presencia. Parece ser que el rey Eduardo III prohibió este juego para mantener a sus tropas concentradas en la práctica del tiro con arco. Y con el rey Enrique VIII, ya existían distintas modalidades del juego. 

A América, los colonos ingleses, holandeses y alemanes se trajeron sus distintas modalidades y estilos. Por cierto que, la primera mención literaria de los bolos en el país, nos la trae su excelencia, el embajador Washington Irving, en su relato de 1818, Rip Van Winkle. Es el ruido que hacen los bolos al chocar lo que despierta al dormilón. 

Y es en Nueva York donde tenemos las primeras boleras americanas, cerradas y con distintas pistas. A finales de 1830 ya contamos con la primera. Y aparece en el hotel Knickerbocker. Tres pistas tenía. La superficie de la pista no estaba hecha de madera, sino de arcilla. En menos de veinte años, la ciudad de Nueva York ya cuenta con más de cuatrocientas boleras, de ahí que se haya ganado el apelativo de "capital norteamericana de los bolos".   

Y volvemos un momentito a Alemania, sí, para rescatar ni más ni menos que a Martín Lutero, el impulsor de la Reforma protestante, el cual era gran apasionado del juego. Tanto era así que, en 1511, colaboró en la formalización de sus reglas, imponiendo, definitivamente, nueve bolos en el reglamento. Quizás este número tuviera algún significado sagrado para Lutero.

 Al igual que en Alemania y en otros países de Europa, Estados Unidos siguió esta práctica de jugar con nueve bolos. Pero solo hasta los años 30 del siglo XIX, momento en el cual el número de bolos pasa de nueve a diez y con diez se ha quedado. En la actualidad solo las pistas de Texas alternan los nueve con los diez bolos. ¿A qué se debió el cambio? Por lo visto al absentismo laboral y al gusto de los devotos por dejarse los dineros en apuestas. 

Para animar al público a que apartara de sí esos vicios y se remangara, algunos estados prohibieron la actividad. El estado de Connecticut fue, mediante legislación de 1841, el primero en prohibirlo. Por cierto, para los amantes de los deportes. Recordemos que Connecticut es uno de los tres estados, los otros dos son Florida y Texas, en los que todavía se puede practicar jai alai. Otros estados también prohibieron el juego de bolos, pero como en su normativa solo se hacía referencia a la modalidad con nueve bolos, enseguida se la dio esquinazo añadiendo un pino más al juego.

En Estados Unidos, el reglamento vendría siglos después, en 1895, con el American Bowling Congress, Congreso Americano de Bolos. Como sospechamos, el congreso versión femenina, el Women's International Bowling Congress, Congreso Internacional de Bolos Femenino, es más tardío. Este tuvo lugar en 1917 en la ciudad de San Luis. 

Es a principios de los años 50, con la incorporación de maquinaria de la American Machine and Foundry Company, y gracias al efecto televisión, cuando la popularidad del deporte se dispara. Y una nota sobre la bola. La bola para derribar los bolos también ha sufrido cambios importantes a lo largo de su historia y ya no es el pedrusco del Neolítico. En un principio solía estar hecha de palo santo, una madera muy dura. En 1906, la Brunswick Corporation saca la bola de goma Mineralite. La goma se fue abandonando en los años 60 del siglo pasado y en la actualidad parece que es el poliéster, material con menor fricción, el que se ha adueñado de la pista. 

Noventa y cinco millones de jugadores en más de noventa países, aunque, en Estados Unidos, este pasatiempo-deporte está perdiendo tirón.

martes, 26 de marzo de 2024

El batallón de las Lincoln con Malpaso

La fantástica Gilda Radner ya nos lo dejó dicho: "siempre hay algo".  Aún así, aprovecho para anunciar que mi último libro, el Batallón de las Lincoln, una colección de relatos de mujeres estadounidenses, casi todas fueron voluntarias de la XV Brigada Internacional, la conocida como Brigada Abraham Lincoln, está disponible con la editorial Malpaso

En el caos de la Guerra Civil Española, el Batallón de las Lincoln reivindica la historia de un grupo de mujeres que desafiaron las normas sociales de la época, vinieron a España a luchar contra el fascismo, y pusieron sus vidas al servicio de una causa extranjera y de un país lejano. 

Un saludo, agradecida y seguimos.


domingo, 13 de agosto de 2023

Mokusatsu y Oppenheimer hoy, un 14 de agosto, 15 en Japón.


loc.gov

Ahora que estamos Chatgpteando, que Oppenheimer está haciendo el agosto, y que hoy es el Día de la Victoria, aprovecho para mencionar un artículo que hace unos días leí sobre la ambigüedad y los desastres que esta puede provocar. Las autoras de dicho artículo, Mª del Carmen Horno y Natalia López Cortés, mencionan

"lo que ocurrió tras la elaboración de la Declaración de Potsdam, en la que se recogían los términos de la rendición japonesa. Cuando se pidió al gobierno japonés que se pronunciara, el primer ministro (Kantaro Suzuki) utilizó la palabra mokusatsu, que significa ‘sin comentarios por el momento’. Sin embargo, fue interpretada con otro de sus significados (‘ignorar’). Así, lo que era una falta de respuesta se convirtió para los receptores del mensaje en un rechazo a la petición de los aliados. Las consecuencias de esta confusión originada en la ambigüedad fueron desastrosas: las declaraciones del primer ministro desencadenaron una serie de decisiones que acabaron llevando a la descarga de la bomba atómica". 

Personalmente no comparto que esta ignorancia desencadenara los funestos sucesos del 6 y 9 de agosto. Desgraciadamente el primer ministro, al decir lo que dijo y cómo lo dijo, estaba claro que no tenía intención de ceder. Pero me parece digno recordar que la ambigüedad, sin duda, puede ser un arma de doble filo.

miércoles, 17 de agosto de 2022

Siempre nos queda el New York Times.

 En 1945, nada de Twitter, pero en periódicos tan influyentes como el New York Times, uno siempre podía encontrar la ineptitud, contrastada, de personalidades e instituciones. En septiembre de ese año, la oveja negra fue el Departamento de guerra estadounidense. Aunque el envío de soldados a casa comenzara en mayo, con la capitulación alemana, los soldados no podían regresar a casa a la velocidad deseada. Cinco meses tardaron en evacuar a los 7 millones seiscientas mil personas que tenían fuera del territorio. Para agradar a la tropa, el gobierno estableció un sistema de puntos. Los que tuvieran más de 85 serían los primeros en la evacuación. El baremo para las mujeres era más bajo, siendo cincuenta la cifra que les daba prioridad.

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Poco después del informe del prestigioso periódico, treinta y dos barcos se mandaron a la zona del Pacífico, pero el problema persistió, ya que no había barcos suficientes. Para acallar a los protestones, al Departamento también se le ocurrió relajar el baremo, convirtiendo a los que tuvieran 50 o más puntos, en prioritarios. Lógicamente, el atasco no remitió, sino que empeoró. 

En Londres, los soldados se entrevistaron con Eleanor Roosevelt para pedirle ayuda. En las calles de Guam, Manila, Londres, París o Frankfurt levantaron pancartas pidiendo que los devolvieran a sus casas. Desde Estados Unidos, los familiares de los destacados en el extranjero también pusieron su granito de arena en la protesta, ahogando a sus políticos entre montañas de fotografías de los combatientes y miles de zapatitos para bebés, niños y niñas. 

Finalmente, en enero de 1946 llegaron los últimos. Sin la intervención del New York Times, seguramente la evacuación hubiera tardado pelín más. 

domingo, 14 de agosto de 2022

El Día de la Victoria.

Era el 15 de agosto de 1945 en Japón, aún el 14 en Estados Unidos, cuando Japón anunciaba su rendición incondicional en el Pacífico, dando término así a la Segunda Guerra Mundial. (En Europa se celebra la rendición de la Alemania nazi a principios de mayo). A este día después lo conoceríamos por Día de la Victoria. En Estados Unidos solo el estado de Rhode Island lo considera día festivo, marcándolo en el calendario el segundo lunes del mes de agosto.  

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Y por qué solo se conmemora en Rhode Island. Porque fue este estado, gracias a los esfuerzos del representante republicano, Richard Windsor, el primero que celebró dicha rendición, un 14 de agosto de 1948, porque, a este estado, se fueron a vivir muchos veteranos que participaron en la Segunda Guerra Mundial y por el contingente humano con el que contribuyó Rhode Island en la contienda. Unas 92000 personas. Uno de cada diez residentes.

El estado de Arkansas también respetaba esta festividad, pero, en 1975, le cambió el nombre al Día y, en lugar del Día de la Victoria, la celebración pasó a llamarse World War II Memorial Day (Día para recordar la Segunda Guerra Mundial). En los años 80 del siglo pasado, comenzó a barajarse la posibilidad de retirar la festividad, (a la población estadounidense de origen japonés pudiera resultarle ofensiva), pero, de momento, este año también se ha celebrado.  

Curiosidades:

El Día de la Victoria coincidió con el 61 cumpleaños de Truman. 

Truman declaró el día 2 de septiembre Día oficial de la Victoria en una ceremonia que tuvo lugar en el buque de guerra USS Missouri. Fue en 1946 cuando el presidente decidió que fuera el 14 de agosto, y no el 2 de septiembre, el Día de la Victoria. 

lunes, 11 de julio de 2022

Porque yo lo pago.

Hojeando el Harper's Index de mayo de este año, me entero de que, en 1970, meses después de que Armstrong, Aldrin y Collins, a bordo del Apolo 11 tocaran la luna, (Collins fue el único que no abandonó la nave), un 39% de los estadounidenses era de la opinión que, ir hasta allí, era tirar dinero, mientras que un 56% apoyaba la aventura. 

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Para darle gusto al 56% que dijo , los Estados Unidos se fue hasta Alemania para contratar, entre 1945 y 1959, a más de 1600 científicos, ingenieros, químicos y otros especialistas de afiliación nazi. El miedo a que la Unión Soviética se hiciera con recetas atómicas, biológicas y químicas que pudieran desestabilizar las aspiraciones estadounidenses y sacar a Estados Unidos de la competición por la carrera espacial sin duda fueron algunos de los detonantes. 

Operation Paperclip, Operación clip de papel. Así se llamó a la contratación, secreta, por supuesto, de estos portentosos cerebros. (Lo del clip por poner juntas las hojas con los informes que habían recibido una evaluación positiva). Esta operación estuvo funcionando unos meses, desde su concepción, con el nombre de Operación Cubierta, Operation Overcast, aunque todavía antes, en 1944, a los primeros intentos para cazar talentos se los conociera por Operación Alsacia). La Unión Soviética también haría lo mismo y, en 1946, lanzaría su Operación Osoaviakhim y que se trajo a más de 2200 especialistas alemanes. 

A este personal se le detenía e interrogaba para su depuración, aunque las pruebas de acceso estadounidenses no debían ser muy estrictas, porque, por lo visto uno de los captados, el doctor Kurt H. Debus, iba al trabajo en el JFK Space Center, del que era director, disfrazado con su uniforme nazi. Como recompensa a su perseverancia, la NASA hace entrega anual del distinguido galardón que lleva su nombre.     

Era en el túnel de Nordhausen, no muy lejos de Buchenwald, el campo de concentración, donde los prisioneros trabajaban levantando los V2, misiles balísticos hijos de las invenciones de científicos como Wernher von Brown, probablemente el más conocido en Estados Unidos, el general Dornberger o Arthur Rudolph, padre del cohete espacial Saturno. Rudolph fue uno de los pocos a los que se colocó entre la espada y la pared, ya que, en 1983, se le dio a elegir entre quedarse en los Estados Unidos y que se le juzgara por crímenes de guerra o regresar a Alemania. Naturalmente, permaneció en Estados Unidos.  

Probablemente fueran los esfuerzos del neurólogo Leopold Alexander, consejero en los Juicios de Núremberg, el que lograra el destierro de Rudolph, pero el miedo a hacer de Alemania un perenne enemigo, advertencias de John J. McCloy, subsecretario de Guerra y luego jefe de la misión diplomática con Alemania entre 1949 y 1952, entre otros cargos, y el interés por no ceder el poder espacial, guiado por el empuje del general de las Fuerzas Aéreas, Harry Armstrong, prácticamante se encargaron de hundir las esperanzas por hacer justicia del doctor Alexander. Armstrong, "el hombre que allanó el camino a los astronautas", se trajo, entre otros, al profesor Hubertus Stughold, primer profesor de Medicina Espacial. Extraordinario reconocimiento que compite con una reputación entredicha, ganada con experimentos en prisioneros de Dachau.   

Randolph Field, en Texas, fue su primer asentamiento. Luego se desperdigaron. A Wernher von Brown y a su equipo, por ejemplo, en 1950, al comienzo de la Guerra de Corea, se les traslada a Huntsville, la Ciudad del cohete, en Alabama, donde ya hicieron unas cuantas detonaciones con misiles nucleares. 

Y, con estos datos en cuenta, el 21 de Julio, a celebrar la llegada del hombre a la luna. Porque yo lo pago.      

lunes, 4 de julio de 2022

Haudenosaunee, Pueblos que construyen una casa grande.

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Y para este 4 de Julio, nos vamos a la génesis del gobierno estadounidense, a "los Pueblos que construyen una casa grande", los Haudenosaunee. También conocidos por Liga Iroquesa o Confederación Iroquesa. Benjamin Franklin, que se pasó un tiempo de embajador entre los iroqueses, observando su democracia participativa, en 1754 propuso a sus colegas de las colonias adoptar el Albany Plan of Union (Plan de Unión de Albany), un plan para actuar unidos bajo un solo gobierno, basándose en lo que había aprendido con la Liga. Las colonias rechazaron el control federal. Pero, en el Congreso Continental, se volvieron a mencionar las prácticas deliberadoras y democráticas de la Confederación Iroquesa. En 1775, John Hancock, presidente del Segundo Congreso Continental y al año siguiente también firmante de la Declaración de Independencia, escribió un discurso en el que destacaba que "las Seis Naciones son un pueblo sabio" y recomendaba que "nuestros hijos" siguieran su sabiduría. 

Y no solo las palabras sabias resonaron en los oídos rebeldes. Los súbditos ingleses también adoptaron símbolos de la Liga. El águila, mensajero del Creador y protector de la paz, atento desde lo alto del Árbol de la Paz, un pino blanco, es uno de ellos. El otro es un haz de cinco flechas, una por cada nación, y que aparecía en la Great Law of Peace, la Gran Ley de la Paz, la Constitución IroquesaLa sexta, la Tuscarora, se uniría más tarde, en 1722, de ahí que solo se representen cinco flechas. 

Feliz 4 y siguientes...

lunes, 30 de agosto de 2021

¿Quién fue la Primera Toga africanoamericana del Supremo?

Hoy, un nombre a conocer y es el de Thurgood Marshall que, el 30 de agosto de 1967, lo convierte en el primer juez africanoamericano del Tribunal Supremo. Y allí ejercería durante veinticuatro años. 


Por supuesto, sufrió en sus propias carnes los efectos de la segregación. En 1930 quiso matricularse en la Universidad de Derecho de Maryland, (University of Maryland School of Law), pero le denegaron la entrada, así que tuvo que estudiar en Howard University, universidad que sí admitía africanoamericanos, y de la que se graduó con honores en 1933. Años después, Marshall le sacaría los colores a la Universidad de Maryland con una demanda que ganaría el jurista. 

Marshall abrió su despacho en Maryland, estado del que era originario. Pronto se labró la reputación de ser un abogado que se partía el cobre por defender a los invisibles. Con una carrera brillante, en veinte años, veintinueve casos ganados de los treinta y dos que defendió, no es de extrañar que, en 1961, el por entonces presidente, John F. Kennedy, lo eligiera para integrar el Segundo Circuito, (de los trece que hay), de los Juzgados de Apelaciones de Estados Unidos. En 1965, Lyndon B. Johnson lo nombró fiscal general. Dos años más tarde, es miembro del Tribunal Supremo. 

Marshall, además de ser amigo del hombre insignificante, también defendía el derecho al aborto y se manifestaba en contra de la pena de muerte.  

lunes, 9 de agosto de 2021

Abolicionista o esclavista a golpe de piedra.

Hace unos días escuchaba Sailing to Philadelphia de Mark Knopfler. La pieza musical, inspirada en la monumental Mason & Dixon de Thomas Pynchon, nos cuenta las peripecias de los  topógrafos y astrónomos ingleses Jeremiah Mason y Charles Dixon en la América colonial. Mason y Dixon dieron por terminado su viaje al Nuevo Continente un 20 de octubre de 1767, después de haberse pasado cinco años delimitando las tierras que se porfiaban los Calvert de Maryland y los Penn de Pensilvania. Las dos familias llevaban ochenta años disputando las tierras, que, por supuesto, habían recibido de mano real. Unas 4000 millas cuadradas fronterizas en lid. Y los habitantes de estas zonas, sin saber a quién darle sus dineros. No era de extrañar entonces que en este limbo económico los conflictos bélicos fueran constantes. 

Library of Congress, Prints & Photographs Division. Frederick Tilberg. Mason-Dixon Line Marker, Zora, Adams County, PA. Reproduction number [HABS PA,1-ZORA.V,1--1] 

Unas 400 piedras traídas de Inglaterra con su correspondiente escudo de armas, aún es un misterio por qué se usó cantería de la metrópoli en lugar de la autóctona, ¿otra cuestión pecuniaria?, templó los nervios. El combinado inglés comenzó con un equipo de cinco y terminó con ciento quince personas, casi todas empleadas en el transporte de los instrumentos de medición. Uno de ellos, el primer telescopio cenital que se usó en América, lo fabricó John Bird en Londres. La minuta a cuenta de Thomas Penn. Este instrumento era tan frágil, que tenía que ir en colchón. Para moverse por aquella jungla, tuvieron que abrirse paso talando, a hacha, lógicamente, unos cuantos árboles. 

Parece ser que sus mediciones no fueron perfectas. El efecto de la gravedad. Las montañas, por ejemplo, engañaban la plomada, inclinándola o desviándola de la vertical correcta. Pero nadie se quejó de las demarcaciones porque venían de mano de profesionales. Tres mil quinientas dieciséis libras con 9 peniques, unas 500000 libras de nuestros días, fue lo que se les pagó. Y, aunque esta cifra pueda parecer astronómica, ninguno de los dos se hicieron ricos.  

Dixon falleció a los 45 en 1779. Ávido bebedor y de costumbres reprochables, al menos para su iglesia, se le expulsó de la comunidad cuáquera a la que pertenecía, aunque se supone que volvió a congraciarse con ella, ya que descansa en un cementerio de esta Sociedad de los Amigos. Se desconoce el lugar en el que reposa, pues era costumbre cuáquera el no identificar las tumbas. 

Mason no corrió mejor suerte. Años después de terminar la linea de demarcación volvió a Filadelfia. En el viaje se puso malo. Sabiendo que el final estaba cerca, escribió a su amigo Benjamin Franklin para que le encontrara un lugar donde enterrarlo ya que no quería "imponer los costos ni a su esposa ni a su familia". Franklin le encontró ese hueco, pero a fecha de hoy, tampoco se conoce su paradero.

Cuando ya se barruntaba la Guerra de Secesión, la línea que trazaran Mason y Dixon volvió a coger impulso con el llamado Compromiso de Misuri de 1820, un intento por mantener el equilibrio entre los estados abolicionistas y los esclavistas. Hay que tener en cuenta que Pensilvania era abolicionista y Maryland, esclavista. Con el estallido de la Guerra Civil en 1861, la demarcación de los ingleses aún se hizo más profunda, de ahí que el territorio que quedara al norte se identificara con la libertad y lo que estuviera al sur, con la esclavitud. 

Una linea invisible que cruza muchos patios, incluidos los de la actual Delaware. De hecho, aquí comenzó su trabajo, en un lugar llamado Middle Point, para el que quiera acercarse. Brown's Hill, en Virginia Occidental, la cierra. La pareja inglesa no pudo rematarla. Uno de sus guías mohicanos les dijo que era imposible continuar hacia el oeste. William Penn había firmado un tratado con la Confederación Iroquesa, las Seis Naciones, que les denegaba el paso. Faltaban 36 millas que, en 1774, puso David Rittenhouse, topógrafo de Filadelfia. Es de agradecer que Rittenhouse no quisiera hacerla suya y que conservara el nombre de estos dos científicos. 

jueves, 17 de octubre de 2019

¿Recuerdas el Maine?

Monumento a los fallecidos del Maine, inaugurado el 16 de septiembre de 1914. 

Vaya que si nos acordamos del desastre del Maine. Gracias a William Randolph Hearst, el magnate de la prensa, imposible olvidarlo. En 1911 el gobierno rescató del fondo del mar el acorazado para dar sepultura a los que perdieron la vida en el trágico suceso y, de paso, sacar los enseres de valor y un cachito del fondo del mar. En el reparto a Pittsburgh le tocó la pieza que se ve en la fotografía. El tubo lanzatorpedos y un ojo de buey. La presencia del monumento se debe a la persistencia del alcalde Charles Geyer, que también quería honrar la memoria de Friend William Jenkins, el único miembro del cuerpo naval de la zona de Pittsburgh que perdió la vida.

Al famoso cementerio de Arlington, lugar en el que descansa Kennedy, llegó el mástil. A Charleston llegó el cabrestante. En Oakland, California, tenemos una tronera, en el estado de Nueva York, el silbato, en Portland, un cañón, en Lewiston, Maine, un proyectil, en Massachusetts un ventilador, en Reading, aquí en Pensilvania, un ancla. El por aquel entonces ayudante del secretario naval, Franklin Delano Roosevelt, se la dedicó a la ciudad personalmente.

Aunque no todo lo que se rescató era pura artillería. El objeto que más dio que hablar fue la bañera de acero esmaltada del capitán Sigsbee. Un congresista de Ohio pensaba entregársela a su pueblo para ganar votos en tiempos de campaña, pero estos no cayeron en la trampa y lo despidieron con aguas destempladas. El patriotismo en este caso, no funcionó.

Por cierto, decir que el buque, aunque se sacó del agua para efectuar las labores de rescate y despiece, fue devuelto al fondo del mar, y allí sigue, en aguas cubanas.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Vietnam en Pittsburgh

El sábado estuve de visita en el Senator John Heinz History Center (Centro de Historia senador John Heinz). Además de albergar los decorados del Barrio del Señor Rogers, también se podía ver, hasta ayer, una exposición sobre la Guerra de Vietnam. Magníficamente comisariada por el director del Programa africanoamericano, Samuel W Black, la exposición comienza en 1945, con Truman y las tensiones que se estaban preparando con los países comunistas.

No faltaban objetos en los que fijarse, muchos de ellos han sido donaciones temporales  procedentes de unos cincuenta veteranos de Pittsburgh y de las zonas colindantes. Llama la atención una colección de mecheros Zippo, los Zippo precisamente son de Pensilvania, en la que los combatientes mandaron grabar mensajes con sus comentarios sobre la guerra. También es curiosa la colección de muñecos soldados especialmente dedicados a los niños. Los GI Joes, vestidos con los diferentes uniformes de los distintos cuerpos. Instrumental quirúrgico, sala de operaciones, rifles, jeep y sí, también un helicóptero.


El de la foto entró a funcionar en 1967 y salió del campo de batalla en 1970. Este helicóptero se utilizaba para la evacuación de soldados, de ahí la cruz, aunque también servían de transporte y de ataque. El de la foto es un UH-1H "Huey" (se pronuncia júi) y tiene un ala de casi un metro y medio. Los helicópteros se utilizaron por primera vez en la Guerra de Corea y, desde entonces, han sido parte del repertorio militar estadounidense.

Y otra curiosidad: en 1980 Ronald Reagan dijo en su campaña presidencial que el país sufría del síndrome de Vietnam. Que el país estaba inmerso en una parálisis que le impedía ejercitar su poder militar. Cuatro años más tarde, pide hacer a América grande otra vez. Parece que este lema da bastante de sí.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Más whisky

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Y otra de historia. Parece que la Rebelión del whisky iniciada por los colonos de las zonas rurales colindantes a Pittsburgh le dio bastante trabajo al tándem presidente Washington y secretario del Tesoro, señor Hamilton. Tanto, que el mismísimo presidente decidió acercarse por estos lares para apagar la insurrección popular que demandaba la eliminación de un impuesto sobre su whisky, impuesto que ya existía en otras bebidas.

Pero el federalista Hamilton era implacable. Lo acusaban de ayudar a las grandes destilerías con tarifas planas, que, sin duda, perjudicaban a los pequeños negocios. El secretario tal vez consideraba que, en la defensa de las grandes empresas, el trabajador se beneficiaría. El caso es que Hamilton no se achantó y consiguió que Washington desplegara 13000 hombres a las zonas subordinadas. El famoso impuesto entró en vigor en marzo de 1791 y es en octubre de 1794 cuando los hombres de Washington sofocan la rebelión, una rebelión que prácticamente fue inexistente, ya que la población, sorprendida con la respuesta del gobierno, acató las órdenes de inmediato. Solo se castigó a unos pocos.

Lo bueno de la visita es que dejó sus dineros, porque unos cuantos desplegados decidieron asentarse en la zona. No sé si para dedicarse a la elaboración de whisky. Las carreteras también mejoraron sustancialmente, el miedo a otra insurrección requería un acceso rapidito a la zona. El comercio se revitalizó. Restaurantes, hoteles... todo gracias al whisky. Cuando vino Jefferson, némesis de Hamilton, fuera impuesto.

En la actualidad el estado de Pensilvania lleva el negocio alcohólico. Por cierto, que las leyes de la Commonwealth de Pensilvania en esta materia son para caerse de espalda. Se necesita una guía para no perderse. Una de sus rarezas. Las bebidas espirituosas no se mezclan con la cerveza. Para comprar cerveza hay que irse a otro tipo de establecimiento. Y esta locura gracias al que fuera gobernador de Pensilvania de 1923 a 1935, Gifford Pinchot, un abstemio con un odio feroz por el alcohol. Parte de su plan era desanimar y agotar al posible comprador antes de que echara mano a la botella. No sé si lo conseguiría. Pero a datos del 2017, Pensilvania está empatada con Tejas en el consumo de alcohol per cápita. Curiosamente los estados menos bebedores fueron Utah, donde sobra el dinero pero las convicciones religiosas derrotan los placeres terrenales, y Virginia Occidental, donde no sobra el dinero para permitirse el lujo de comprar una botella con asiduidad. El estado más beodo, Nuevo Hampshire, la tierra del vive libre o morirás. Lo mismo de cirrosis. O en la carretera.

martes, 2 de julio de 2019

Amor por lo ruso

Y ya que el otro día no íbamos de viaje con su exmajestad José y su temor a ser deportado a Siberia, me ha dado por pensar en el amor por las ciudades rusas que se profesa en el país: unos treinta Moscúes, treinta y cinco San Petesburgos, un Odesa en Tejas, un Tólstoi en Dakota del Sur, una Chitá, también en Tejas, dos Sebastopoles, ocho Volgas, una Rusia en Nueva York y dos Siberias, curiosamente una, la de California, es una ciudad fantasma. Y la lista no se cierra aquí.

Moscou

Esta rusofilia, ¿a qué se deberá? No hay una explicación común. En algunos casos se elegía un  nombre ruso para llamar la atención de posibles habitantes. Muchas veces estas comunidades casi no tenían vecinos y temían desaparecer. En otras ocasiones, la palabra parte de otra lengua pero que, al resultar impronunciable para los nativos, deriva en algo reconocible para ellos y que, en este caso, se parece a una ciudad rusa. Es lo que sucede con el Moscú de Kentucky. Que partió de una palabra de las tribus nativas (Mashetow) y ya conocemos el desenlace. En otros casos la unión de dos palabras inglesas es la que da en la geografía rusa. Aquí va un ejemplo: moss y cow (musgo y vaca). De ahí Moscow. Moscoso Alvarado, de profesión conquistador, también acabó de ruso. Otro Moscow. Y luego salen los imitadores. El Moscú de Tejas le robó el nombre al Moscú de Tennessee. A veces, el nombre respondía a una impresión sensorial de los habitantes: las sierras sobre la madera a algunos les recordaba el repicar de las campanas de la catedral de Moscú. Y el toque napoleónico con el que abríamos tampoco faltaba: Los Moscúes de Maine y Minnesota conmemoran la derrota del corso.

Este amor, ¿será recíproco?

lunes, 17 de junio de 2019

Un 17 de junio de 1775

Abrimos con una de historia. Tal día como hoy, pero de 1775, la batalla de Bunker Hill. Victoria pírrica británica sobre las tropas coloniales y que sirvió para convencer a los americanos de que las fuerzas británicas podían ser derrotadas. Al mando de las fuerzas británicas los tres mejores generales que su Majestad Jorge III pudo encontrar: William Howe, John Burgoyne y Henry Clinton para socorrer al general Thomas Gage, que se las estaba viendo y deseando para contener a los colonos. Del bando opuesto el coronel William Prescott. Y desde lo que hoy se considera Quincy, Braintree en aquellos tiempos, Abigail Adams y futuro presidente Quincy Adams, papá Adams estaba en Filadelfia, en el Congreso Continental, observando la humareda.

El monumento de Bunker Hill

En 1843, con granito de las canteras de Quincy, se levantó un obelisco gracias a los esfuerzos recaudatorios de la señora Sarah Josepha Hale, editora de la revista Godey's Lady's Book, Libro para damas de Godey, la revista más influyente de la época. Aquí Edgar Allan Poe publicó sus primeros cuentos.

Y aquí al actor encarnando a un soldado americano con mosquetón. Tres disparos y solo uno cuajó.

jueves, 13 de junio de 2019

Día de la Bandera o Happy Birthday, dear president

Hoy, 14 de junio, aparcamos el kit de inglés para felicitar al presidente, que es su cumple. Y, casualidad, coincide con el Día de la Bandera (Flag Day). Para celebrarlo, parece que es típico llevar los tres colores puestos, azul, blanco y rojo, y aderezarlos con banderitas de mano. Si se es trumpista seguramente convivirán con las Haz América Grande otra vez.

La festividad no se contempla a nivel federal, aunque el presidente, si se pone en sus trece, puede obligar a que se respete. Con eso de que es su cumpleaños, y, para remate, también el de la Armada, lo mismo coge pataleta. Eso sí, el discurso presidencial no faltará.

El Día de la Bandera conmemora su adopción un 14 de junio de 1777 durante el Segundo Congreso Continental. Fue el presidente Wilson, en 1916, el que instauró la celebración, aunque fue en 1946, con Truman, el que la elevara, mediante un acta del Congreso, a categoría de día nacional. Se piensa que la idea de celebrar el cumpleaños de la bandera salió en 1885 de BJ Cigrand, un profesor de escuela de Wisconsin. Aunque fue Pensilvania, en 1937, el primer estado en elevar el Día de la Bandera a categoría de festividad estatal. Aquí, en Quincy, Massachusetts, se lleva celebrando desde 1952.

American Flag at Post Office [...]

¿Y por qué no es fiesta nacional?

Simplemente porque el calendario ya está lleno y esta pilla entre el Memorial Day (Día de los Caídos) a finales de mayo, y el fin del curso escolar. Y porque se supone que la festividad es un evento de carácter civil, no estatal. Y, lo más importante, porque aquí, el Día la Bandera, seguramente para muchos, no se pierda un día del calendario.

Para su cumple, Trump iba a contar con Kathy Berden, miembro del Comité Femenino del Partido Republicano. Veteranos de guerra, sin duda, y un eagle scout (máximo rango que puede alcanzar un boy scout) para que le enseñara a plegar la bandera. También le iban a endulzar el oído con canciones patrióticas. Incluso habían invitado a un inmigrante legal para que les explicara lo que la bandera representaba para él.

Y para amortizar la comilona, gran selección en prendas de vestir y accesorios listos para la venta: gorras, pegatinas, libros, pancartas para el jardín, y los tees, soportes que se clavan en la tierra para estabilizar la pelotita de golf antes de lanzarla, Made in America con y sin el motivo Trump Haz América Grande otra vez. 

Por cierto, que los que quieran doble celebración ya pueden darse prisa. Será en el Best Western en Birch Run, en Michigan. ¿Y por qué en Saginaw County y no en Detroit, por ejemplo? Por un hecho histórico para los del condado. Desde 1984 no ha habido candidato republicano que se lo llevara. Trump rompió la racha: 45469 votos para él y 44295 para la Clinton.

Happy birthday, Mr. President.

domingo, 19 de mayo de 2019

La cultura para unos cuantos

La arranquera, esto si que es grande apuro ya no se consigue un duro
Y abrimos la semana quejándonos: con la suspensión de pagos que impuso Trump a los funcionarios hace unos cuantos meses, los que vivimos en Quincy ya no podremos disfrutar de entrada gratuita para visitar la casa del presidente y familia. La previsión de la Red de Parques Nacionales era hacer una caja de 310 millones, pero con el cierre del gobierno han perdido unos 6 y hay que sacarlos de donde se pueda.

Para una familia de dos adultos y con pocos recursos el día les puede salir más caro que una noche de hotel. La entrada sale a 15 dólares la pieza. Y hay que comer y moverse. Y si se está desempleado apaga y vámonos porque para los parados no hay descuento.

En cuanto a los culturetas demócratas que se rasquen el bolsillo, y los que no puedan, a chupar rueda. Al fin y al cabo solo un 3% de la población de Massachusetts está sin trabajo. Es cierto que en Massachusetts hay menos personas que sufren la incertidumbre del qué voy a comer hoy, pero va al alza. Según el censo, unas 266000 familias no tienen mucho que llevarse a la boca.

Los alquileres y los precios salvajes y descontrolados de las casas son los principales causantes de esta inseguridad. En Quincy, un 58% de los niños reciben almuerzo gratuito o a precio reducido. Es cierto que los niños hasta los dieciséis no pagan entrada para ver la casa del presi. Pero tienen familia. Y les harían un favor si los que les cuidan pudieran compartir con sus chicos un día en el museo. El arte al alcance de todos, ya se ve.

lunes, 14 de mayo de 2018

Un 13 de mayo

Abrimos la semana con un presidente poco conocido y uno de los que goza de mejor consideración, a pesar de su recalcitrante apoyo a la esclavitud: James K. Polk

Un día como ayer, pero de 1846, el Congreso declara la guerra a México. El gobierno mexicano envía tropas al norte del Río Grande para defender sus límites. Polk no pierde el tiempo y se apresura a declarar que este acto supone una invasión del territorio estadounidense. Casi dos años ls costó hacerse con Texas, que desde el año 1845 ya formaba parte de la Unión. El Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848 cedió Arizona, California, Colorado, Nevada, Nuevo México, Utah,Wyoming y, por supuesto,Texas, a los Estados Unidos. 525,000 millas cuadradas y 15 millones de dólares. 

They Might Be Giants, un fantástico grupo musical de cepa masachusetana, le sacó unas letras al Presidente. Aquí dejo al grupo y esta canción tan educativa.    
  

domingo, 16 de julio de 2017

¿Qué tienen en común Lyndon Johnson, Elvis y Dolly Parton? Nancy Isenberg lo descubre en Blancos pobres. Cuatrocientos años de historia nunca contada de las clases en América.


The Cult: La revista de la tercera cultura  ha publicado mi reseña sobre el libro de Nancy Isenberg, profesora de Historia en la Universidad de Luisiana, Blancos pobres. Cuatrocientos años de historia nunca contada de las clases en América. (White trash. The 400-Year Untold History of Class in America). De momento el libro solo está disponible en inglés y no creo que vaya a editarse en español.  

Mediante un recorrido histórico de la evolución de este segmento, Isenberg determina en su estudio que en Estados Unidos la discriminación, más que un asunto racial, es una cuestión de clases y que el desarrollo del capitalismo ha aumentado las diferencias sociales.