lunes, 9 de agosto de 2021

Abolicionista o esclavista a golpe de piedra.

Hace unos días escuchaba Sailing to Philadelphia de Mark Knopfler. La pieza musical, inspirada en la monumental Mason & Dixon de Thomas Pynchon, nos cuenta las peripecias de los  topógrafos y astrónomos ingleses Jeremiah Mason y Charles Dixon en la América colonial. Mason y Dixon dieron por terminado su viaje al Nuevo Continente un 20 de octubre de 1767, después de haberse pasado cinco años delimitando las tierras que se porfiaban los Calvert de Maryland y los Penn de Pensilvania. Las dos familias llevaban ochenta años disputando las tierras, que, por supuesto, habían recibido de mano real. Unas 4000 millas cuadradas fronterizas en lid. Y los habitantes de estas zonas, sin saber a quién darle sus dineros. No era de extrañar entonces que en este limbo económico los conflictos bélicos fueran constantes. 

Library of Congress, Prints & Photographs Division. Frederick Tilberg. Mason-Dixon Line Marker, Zora, Adams County, PA. Reproduction number [HABS PA,1-ZORA.V,1--1] 

Unas 400 piedras traídas de Inglaterra con su correspondiente escudo de armas, aún es un misterio por qué se usó cantería de la metrópoli en lugar de la autóctona, ¿otra cuestión pecuniaria?, templó los nervios. El combinado inglés comenzó con un equipo de cinco y terminó con ciento quince personas, casi todas empleadas en el transporte de los instrumentos de medición. Uno de ellos, el primer telescopio cenital que se usó en América, lo fabricó John Bird en Londres. La minuta a cuenta de Thomas Penn. Este instrumento era tan frágil, que tenía que ir en colchón. Para moverse por aquella jungla, tuvieron que abrirse paso talando, a hacha, lógicamente, unos cuantos árboles. 

Parece ser que sus mediciones no fueron perfectas. El efecto de la gravedad. Las montañas, por ejemplo, engañaban la plomada, inclinándola o desviándola de la vertical correcta. Pero nadie se quejó de las demarcaciones porque venían de mano de profesionales. Tres mil quinientas dieciséis libras con 9 peniques, unas 500000 libras de nuestros días, fue lo que se les pagó. Y, aunque esta cifra pueda parecer astronómica, ninguno de los dos se hicieron ricos.  

Dixon falleció a los 45 en 1779. Ávido bebedor y de costumbres reprochables, al menos para su iglesia, se le expulsó de la comunidad cuáquera a la que pertenecía, aunque se supone que volvió a congraciarse con ella, ya que descansa en un cementerio de esta Sociedad de los Amigos. Se desconoce el lugar en el que reposa, pues era costumbre cuáquera el no identificar las tumbas. 

Mason no corrió mejor suerte. Años después de terminar la linea de demarcación volvió a Filadelfia. En el viaje se puso malo. Sabiendo que el final estaba cerca, escribió a su amigo Benjamin Franklin para que le encontrara un lugar donde enterrarlo ya que no quería "imponer los costos ni a su esposa ni a su familia". Franklin le encontró ese hueco, pero a fecha de hoy, tampoco se conoce su paradero.

Cuando ya se barruntaba la Guerra de Secesión, la línea que trazaran Mason y Dixon volvió a coger impulso con el llamado Compromiso de Misuri de 1820, un intento por mantener el equilibrio entre los estados abolicionistas y los esclavistas. Hay que tener en cuenta que Pensilvania era abolicionista y Maryland, esclavista. Con el estallido de la Guerra Civil en 1861, la demarcación de los ingleses aún se hizo más profunda, de ahí que el territorio que quedara al norte se identificara con la libertad y lo que estuviera al sur, con la esclavitud. 

Una linea invisible que cruza muchos patios, incluidos los de la actual Delaware. De hecho, aquí comenzó su trabajo, en un lugar llamado Middle Point, para el que quiera acercarse. Brown's Hill, en Virginia Occidental, la cierra. La pareja inglesa no pudo rematarla. Uno de sus guías mohicanos les dijo que era imposible continuar hacia el oeste. William Penn había firmado un tratado con la Confederación Iroquesa, las Seis Naciones, que les denegaba el paso. Faltaban 36 millas que, en 1774, puso David Rittenhouse, topógrafo de Filadelfia. Es de agradecer que Rittenhouse no quisiera hacerla suya y que conservara el nombre de estos dos científicos. 

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