miércoles, 25 de agosto de 2021

La originalidad de la nada.

Esta tarde quería sacar a pasear a la creatividad, pero la lluvia de Pittsburgh, también los truenos, son una maravilla, con lo que me he quedado en casa, pensando en la labor creativa. El psicólogo y economista inglés, Graham Wallas, en su Arte de pensar de 1926, esboza los cuatro pilares en los que, según él, se sustenta el proceso creativo. A saber: preparación, incubación, iluminación y verificación. Trece años más tarde, en su A Technique for Producing Ideas (Técnica para producir ideas), el estadounidense James Webb Young, empresario de gran de éxito dedicado al mundo de la publicidad, atacará el proceso creativo en 5 pasos

  • Investigar y evaluar la información con la que contamos
  • Digerir el material
  • Dejarse llevar por el inconsciente, nada de forzar las cosas para
  • llegar al momento eureka y
  • poner en práctica la idea, una vez sometida al criterio de unas cuantas mentes de buen juicio.  
Cortesía USDA ARS. 

Para explicar sus teorías, Webb Young se vale de las ideas que el también economista, ingeniero, sociólogo y filósofo italiano Vilfredo Federico Pareto (1848-1923) expuso en su Tratado de Sociología General (también conocido por La mente y la sociedad). Pareto señalaba, entre otras cosas, que el comportamiento del ser humano es ilógico y que, para entenderlo, hay que ahondar en sus instintos, (para el sociólogo las supersticiones o las ideas preconcebidas son parte de esos instintos). De su combinación saldrá ese ladrillo que llamamos creatividad. En una palabra. Nada es completamente original. Ni siquiera la lluvia. 

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