miércoles, 31 de marzo de 2021

Día Nacional de Déjalo Todo y Lee gracias a...

Como precisamente se acaba de fallar el premio Pipi Calzaslargas y aún estamos en el Mes de la Mujer, nos despedimos con Beverly Cleary, una de las voces más respetadas de la literatura infantil y juvenil estadounidense que, a los casi 105, nos dejó hace unos días. Esta nativa criada en un valle remoto de Oregón hasta los seis años, casi siempre trabajó de bibliotecaria, con algún escarceo en el mundo editorial. En el estado de Washington conoció al que sería su esposo y de allí se mudaron a California en 1940. 


Los personajes de Cleary captan perfectamente la esencia del niño americano de clase media, labor que no se había alcanzado antes, de ahí su ingente público. Más de noventa y un millones de ejemplares vendidos por todo el mundo desde que saliera en 1950 el primer libro de su serie Henry Huggins. El habla realista de sus personajes sin duda también contribuyó a levantar esa legión de seguidores. Si añadimos una lectura fácil y amena, y su humor, salpicado de toques satíricos, no es extraño que sus personajes hayan hecho las delicias de padres e hijos. A Ramona Quimby, una niña con mucha imaginación a la que es difícil poner freno, se la recuerda con particular afecto. 



Por cierto que, desde que Cleary cumpliera los 90 el 12 de abril, a propuesta de HarperCollins se viene celebrando el National DEAR Day (Día Nacional de Déjalo Todo y Lee) para dar así un empujoncito a la lectura en familia. Aquí, una entrevista con esta brillante renovadora del género infantil y juvenil. 

domingo, 28 de marzo de 2021

¡Feliz cumpleaños a...!

Abrimos la semana con una de celebraciones. La Radio Pública Nacional estadounidense, en inglés NPR, está de cumpleaños. Y es largo porque nace un 26 de febrero de 1970 bajo la presidencia de Lyndon B. Johnson, aunque el primer programa no sale a las ondas hasta el 20 de abril de 1971, con la retransmisión en directo de las sesiones del Comité de relaciones internacionales en el Senado, en las que se hacía un repaso de las atrocidades de la Guerra de Vietnam. Un joven llamado John Kerry testificaría dos días después. 

Cortesía flickr.

NPR cuenta con dos sedes. La primera se estableció en Washington, D.C. La otra está en Culver City, California, y lleva allí desde el 2002. Con más de treinta millones de oyentes semanales y una red de unas novecientas emisoras, (comenzó con noventa), tiene dos programas que son los más escuchados del país: en segunda posición All Things Considered, (En conjunto), y que salió un 3 de mayo de 1971 con el presentador Robert Conley. El primer puesto para Morning Edition, (Edición matutina), con ocho años menos en las ondas.

¡Feliz cumpleaños!

jueves, 25 de marzo de 2021

Kit de inglés 237: I hear you.

Esta semana, una de entendederas. I hear you. Literalmente "Te oigo" y que podríamos traducir por Te entiendo perfectamente.  


Cortesía de USDA ARS


La pronunciación para salir del paso: "Ai jíer ju". Y la buena aquí (Segundos 18-20). 

Según Urban Dictionary se trata de una expresión de los años jipis. Como se ve en el gráfico, es en los años 70 del siglo pasado cuando esta forma toma carrerón. 


miércoles, 24 de marzo de 2021

El que tuvo, retuvo. (O no).

Termino la lectura de Having and Being Had, (Tener y haber tenido), de Eula Biss, una fina colección de ensayos intimistas en los que, primordialmente, la autora reflexiona sobre la labor de las artes en el sistema económico en el que estamos inmersos. Biss, que es profesora en la Northwestern University en Chicago y ha recibido multitud de galardones por su obra, nunca deja de recordarnos en su libro que su visión es la de una mujer acomodada, y que, aunque ha conocido los sinsabores de la vida, por lo menos, en el plano económico, ha logrado endeudarse con la deseada hipoteca, afianzada con la seguridad de un trabajo bien remunerado.

Gracias a Biss, he descubierto a Elizabeth Magie, activista feminista, trabajadora, escritora y, especialmente, inventora, a la que, las patentes y el sexismo, practicamente la dejaron sin blanca y sin apenas reconocimiento. Magie, que era hija del abolicionista James Magie, periodista que acompañó a Lincoln en sus debates políticos con Douglas, fue el que la introdujo al movimiento georgista. Henry George, con su obra Progreso y pobreza, de 1879, probablemente fuera uno de los superventas de su época. George era defensor de lo que se conoce por impuesto único, un impuesto sobre el alquiler de la tierra. Hay que dejar claro que George no era socialista. Según él, ni individuo ni corporación debían ser dueños de la tierra. En su lugar, defendía que ese alquiler se devolviera a la sociedad, legítima propietaria, ideas que, por cierto, tuvieron profundo calado en España. 
 
Magie, de profesión tipógrafa, con sus 10 dólares por semana, era plenamente consciente de que vivía con un salario muy ajustado, aunque Magie era una de las pocas solteras de la época que contaba con casa a su nombre. Para llamar la atención de su precariedad laboral y la de otros como ella, Magie tuvo la audacia de colgar un anuncio en un periódico, anunciándose en venta. "Joven esclava americana". El escritor Upton Sinclair, conmovido con su denuncia, le envió dinero. Pero esta respuesta fue la excepción. Su ofrecimiento causó un gran escándalo, más entre los ofendidos burgueses que entre aquellos que habían sido esclavizados. Todo porque esta jovencita se había atrevido a denunciar el carácter económico de esta santa unión. 

Thomas E. Powers. LOC
En enero de 1904, basándose en los principios georgistas, Magie patenta su juego The Landlord's Game, (El juego del rentista), y que no es, ni más ni menos, que el que luego se dará a conocer como Monopoly (Monopolio)Magie patentó, varias veces, su juego, pero eso no evitó que un tal Charles Darrow, auspiciado por los hermanos Parker, se quedara con las royalties de por vida. A Magie los hermanos le sacaron las patentes con 500 dólares. Este no es el único juego que Magie patentara pero, sin duda, es el más conocido. 

Para su creación, Magie se basó en el Zohn Ahl, literalmente Arroyo, madera, el juego del pueblo Kiowa afincado en Oklahoma. De este juego de mesa, Magie sacó numerosas ideas, siendo estas dos las más destacadas. Si un oponente caía junto a la bolita o cuenta del adversario, debía comenzar el juego desde el principio. Y, por supuesto, he aquí la segunda, debía pagar con una de sus cuentecitas. 

El pueblo Kiowa tampoco se llevó el reconocimiento merecido y mucho menos pago alguno. Resulta curioso que, el Monopoly, un juego en el que se trata de dejar al otro sin tierra, parta de una invención de uno de los pueblos nativos.         

domingo, 21 de marzo de 2021

Una hija del samurai.

Aprovechando que es el Mes de la Mujer y que la semana pasada presentábamos una expresión de origen asiático, abrimos la semana con A Daughter of the Samurai (Una hija del samurai) de Etsu Inagaki Sugimoto. Escrita en 1925, obra que, por cierto, acaba de salir al domino público, normalmente se encuadra bajo el epígrafe de obra autobiográfica aunque, como ya sabemos, muchas veces lo autobiográfico se tiñe de ficción.    

La heroína, Etsu-bô, es una joven japonesa criada en Nagaoka. Su padre es un reconocido samurai, que, cuando el hijo lo abandona para huir de un matrimonio de conveniencia, deposita todas las esperanzas en la pequeña, a la que proporcionará una instrucción masculina, pero sin abandonar la tradicional reservada a las mujeres de la Era Meiji. Etsu-bô repasa sus años en Tokyo y su vida de casada, cómo viajó a Cincinnati sola para casarse con un hombre de negocios al que no conocía. Al enviudar, Etsu-bô regresa a Japón con sus dos hijas pequeñas. Sugimoto cerrará el libro con referencias a otros viajes que hizo por América.   

La autora, que escribiría tres novelas más después de esta, Daughter of the Narikin, (Hija del rico advenedizo) de 1932, A Daughter of the Nohfu (Una hija del granjero) de 1937 y Grandmother O Kyo (Abuela O Kyo) de 1940, con ninguna logró la calidad y la expresividad de la primera que, por cierto, escribió a los cincuenta y un años. Una hija del samurai gozó de gran popularidad, especialmente hasta la Segunda Guerra Mundial. De hecho, sabemos que Rabindranath Tagore y Albert Einstein fueron lectores suyos por las cartas, de alabanza, que le escribieron.  

Sugimoto, una mujer con muy buen ojo para los negocios y de gran espíritu conciliador, tuvo la agudeza de publicar su obra al año siguiente de la Inmigration Act, (Ley de inmigración), también llamada The Johnson-Reed Act, por la que se prohibía la entrada a Estados Unidos de inmigrantes asiáticos y se establecían cuotas para otros países. El miedo al famoso "peligro amarillo" respondía a la actuación japonesa en China. No cabe duda de que esta hija del samurai, con su bella prosa, delicada estética y su llamativo folclore, entró con muy buen pie por los ojos americanos, grandes desconocedores del mundo japonés.

Y, aunque la generosa contribución de Sugimoto es innegable, no se debe pasar por alto la relevancia que dos americanas tuvieron en la vida literaria de SugimotoFlorence Wilson (1861-1932) y Florence Wells (1881-1966), sus colaboradoras, y que hoy en día llamaríamos escritores fantasma. Sin ellas, Sugimoto no hubiera podido sacar adelante su deseo de presentar al público occidental la vida del Japón. 

Con Wilson trabajó en la primera obra. Con Wells en las restantes. El nombre de Wilson ha resistido los temblores del tiempo pero el de Wells, que en un primer momento incluso se llegó a dudar de su existencia concediéndole a Wilson la autoría, ha desaparecido. Quizás porque su prosa, más recogida y menos sentimental que la de Wilson, no gustara tanto. Eso sí, hay que romper una lanza en nombre de Sugimoto ya que esta quiso que el nombre de las autoras, sobre todo el de Wilson, apareciera en el libro. Wilson prefirió continuar en el anonimato. El caso de Wells es un caso extraño, ya que su contribución se reconoce en los dos primeros libros pero no en el último, y eso que, según Wells, fue precisamente esta última obra a la que más tiempo le dedicara. Fuere lo que fuere, estas tres grandes conocedoras del mundo japonés bien merecen una lectura.   

sábado, 20 de marzo de 2021

Kit de inglés 236: Gung-ho.

Y esta semana una expresión de origen asiático: gung-ho. El término procede de la forma gōngyè hézuòshè, acrónimo originado a partir de Chinese Industrial Cooperatives (Cooperativas industriales chinas). Gung-ho es un adjetivo que podríamos traducir por entusiasta o por estar muy animado con la idea de hacer algo.

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La pronunciación casera: gang-hóu. Y la buena aquí

Estas cooperativas industriales, fundadas por los países occidentales, se establecieron en China en los años 30 del pasado siglo. Fue en 1942, cuando Evans Carlson, mayor de la Marina estadounidense, consolidara la expresión. Una visita a la cooperativa que fundara su amigo neozelandés, Rewi Alley, fue la que le diera la idea. Por lo visto, Gung Ho, trabajar juntos y en armoníaera el lema de las cooperativas y el mayor, que necesitaba algo para armonizar a sus marines, se llevó la expresión bajo el brazo.   

Decir que en 1941, el periódico Oakland Tribune, menciona la forma Gung Ho para referirse a una película bélica en la que aparecía el actor Regan McCray. Y hablando de películas, fue en 1943, con la película Gung-ho protagonizada por Randolph Scott, cuando la forma despegó.     

Frase: He is all gung-ho about Korean food. 

Le (a él) apasiona la comida corena. 

miércoles, 17 de marzo de 2021

El 17 de marzo es San...

Y hoy, 17 de marzo, Día de San Patricio, muchos hogares estadounidenses se vestirán de verde, beberán cerveza verde y comerán su repollo con carne estofada. En las casas más humildes, la carne se verá sustituida por el bacon, más económico. Este truco, el de sustituir una carne por otra, los inmigrantes irlandeses lo sacaron de sus vecinos judíos.

El segundo desfile de San Patricio del que se tienen noticias se celebró en 1737 y fue auspiciado por la Boston's Charitable Irish Society. El tercero fue en Nueva York, en 1762, y en Filadelfia el cuarto, en 1780. Su celebración se debía a la morriña de los soldados irlandeses, al servicio de Su Majestad, desplegados en América. 

Y he comenzado la lista por el segundo desfile porque fue en San Agustín, Florida, por aquel entonces colonia española, un 17 de marzo de 1601, donde tuvo lugar el primer desfile para honrar la figura del Santo, que, por cierto, no era irlandés. Se cree que procedía de Escocia. Fue el vicario irlandés, Ricardo Artur, el encargado de organizarlo.  


Primera flor de primavera en mi patio. Si hay algún botánico en la sala capaz de identificarla...

En cuestión de importancia, es el desfile de Nueva York, desde 1848, con un recorrido de casi 2 km y medio que se tarda en cubrir poco más de 5 horas, y con sus más de 150000 participantes, el que se lleva la palma. Y a los de Boston y Filadelfia, hay que añadir los de Chicago y Savannah, en Georgia. Decir que en el 2020 no hubo desfile por las razones que todos conocemos y que, la edición del 2021, también se ha vuelto a cancelar. Lo que no se ha cancelado es la tradición chicagüense de teñir el río Chicago de verde. Tradición que se viene haciendo desde 1962 y que los de Savannah reclaman como suya. Por lo visto fue a un hostelero llamado Tom Woolley, al que se le ocurrió teñir el río de Savannah de verde en 1961, y, aunque su idea se llevó a cabo, el color no logró la intensidad deseada. Sea lo que fuere, la alcaldesa de Chicago el fin de semana tiñó el río, y este es el resultado

Para los interesados, el verde es un tinte vegetal que se echa al río para detectar el vertido de residuos. Para minimizar el daño mediombiental, no se echan más de cuarenta libras, pero en esta ocasión han debido de echar bastantes más, ya que se necesitan unas cien libras para que el tinte dure siete días y lleva verde desde el fin de semana.    

domingo, 14 de marzo de 2021

Nickel And Dimed: On (Not) Getting By In America.

 Y ahora que Nomadland se ha llevado un montón de premios, que el salario mínimo interprofesional de 15 dólares la hora se ha desestimado, que Amazon, a lo mejor permite a sus empleados de Alabama que tengan su sindicato, y que estamos en el Mes de la Mujer, una autora brillante e indispensable, Barbara Ehrenreich, que, en el 2001, viera publicado su magnífico libro, Nickel And Dimed: On (Not) Getting By In America (Por cuatro duros: cómo (no) poder apañárselas), una obra que denuncia la precariedad salarial de los trabajadores en Estados Unidos, y que continúa rezumando la misma validez que alcanzó entonces. El libro no tiene desperdicio. Es ameno, engancha, y sobre todo, es real. Tanto, que se sale sudoroso de la experiencia. 

En 1998, Ehrenreich, haciéndose pasar por divorciada, se echó a las carreteras estadounidenses en busca de trabajo. Casi dieciocho meses fuera de casa y empleos en distintos estados: Florida, Portland, Maine, Minnesota. Ehrenreich hizo de todo: camarera, asistenta por horas, trabajadora en una residencia de ancianos, dependienta en Wal-Mart... Todo para llegar a la misma conclusión: para poder malvivir, un adulto con dos niños necesitaba al año unos ingresos mínimos de 30000 dólares o, si se prefiere, 14 dólares a la hora. Y han pasado veinte años. Según Ehrenreich, entre 1998 y 2000, solo un 40% de los americanos ganaba este mínimo necesario, con lo que, si echamos cuentas, más de la mitad vivía por debajo de ese umbral. Ehrenreich llegó a esta conclusión con trabajos en los que no cobraba más de ocho dólares la hora. Y otro datito. Los que ganaban menos de 8,89 dólares a la hora, que se olvidaran de alquilar un estudio con una habitación. Si querían sobrevivir, les tocaba compartir piso.

Y si Ehrenreich se muestra crítica con el capitalismo, tampoco tiene reparos a la hora de sacar los colores a la masa trabajadora. Ehrenreich, por ejemplo, no entiende cómo algunos trabajadores son capaces de justificar el trato vejatorio que les dispensa el patrono. Los someten a test de drogas, los vigilan con cámaras, y no se quejan. La respuesta: si ellos fueran los dueños, tendrían comportamiento similar. El trabajador aguanta porque tiene la convicción de que, algún día, su sueño dejarará de serlo. Otra práctica que enfada a Ehrenreich es la habilidad de los empleadores para manipular a sus trabajadores y hacerlos creer que no merecen un salario mejor. La conciencia del Tanto ganas, tanto vales, marcada a hierro. Para empeorar las cosas, la ingenuidad del trabajador de por medio. Algunos incluso se vanaglorian de su exiguo salario, aduciendo que, en cuanto quieran, pueden permitirse el lujo de pedir una subida de sueldo y pasar a cobrar 7 dólares con 50 centavos, sin temor a que les rechacen la petición o los despidan. 

En otras ocasiones, la periodista observó que las tácticas de la compañía era confesarse con el trabajador y apelar con su "te comprendo perfectamente, todos estamos pasando lo mismo, pero si quieres seguir con nosotros toca apretarse el cinturón", recurso especialmente esgrimido por empresas con mayores beneficios. En algunos lugares, se les acallaba el estómago con dónuts gratis y con arengas, también gratuitas, para levantarlos la moral. En fin, técnicas que no nos han abandonado. Solamente se han ido puliendo. Pero eso merece relato aparte...  

viernes, 12 de marzo de 2021

Kit de inglés 235: Good fences make good neighbors.

Y ya que el miércoles hablábamos de caballos y de cercados, esta semana Good fences make good neighbors. Literalmente "buenas verjas hacen buenos vecinos", expresión que, con gran atino, recoge a las mil maravillas el famoso carácter americano. Un equivalente al español podría ser cada uno en su casa y Dios en la de todos.  

Pronunciación casera: "gud fénsis méik gud néibours". Y la buena aquí, en boca del poeta estadounidense Robert Frost.

Muchos piensan que fue Robert Frost el que acuñó este proverbio, pero es de origen desconocido. Lo que no se puede obviar es que Frost, al incluirlo en su poema Mending Wall (Reparar el murode 1914, le dio un impulso considerable a su uso. 

En cuanto al significado de la valla, no existe unanimidad de criterio. Algunos ven en su reparación una ocasión para trabajar juntos. Otros, la obvia división. 

jueves, 11 de marzo de 2021

miércoles, 10 de marzo de 2021

A caballo por...

Y para los cowboys, hoy, una de caballos. Según el Departamento del Interior, la población de caballos sueltos en el 2019 era de unos 72000. Nevada es el estado que acapara más de la mitad, pero los caballos salvajes y los cimarrones, los que viven en estado "salvaje" pero son descendientes de caballos domésticos que trajeron los españoles, porque los autóctonos desaparecieron hace unos 10000 años, también viven en California, Utah, Wyoming, Montana, Colorado, Dakota del Sur, Tejas, Arizona y Oregón. Y los de Oregón se multiplican con bastante rapidez. Un 20% más cada año. 

En la isla Assateague, una isla de 60 km que Maryland y Virginia comparten, (dos tercios pertenecen a Maryland y el restante a Virginia), también hay caballos. Los caballos assateague son caballos cimarrones que viven en ambos territorios. El Servicio de Parques Nacionales se encarga de la manada de Maryland, mientras que la Compañía de bomberos voluntarios de Chincoteague se encarga de la gestión y regulación de la de Virginia. La de Virginia cuenta con ciertas restricciones. No puede superar los 150 ejemplares adultos.  

Dice la leyenda, que, estos caballos, llegaron a la costa de Virginia tras un naufragio, aunque no se han descubierto huellas de dicho naufragio. Sin embargo, los expertos creen que una razón económica se esconde tras el misterio. Y es que, los vaqueros, se asentaron en la isla a finales del siglo XVII para dar esquinazo a las leyes de cercado y evitar así el pago de impuestos sobre el ganado. 

martes, 9 de marzo de 2021

A 5 de marzo...

Estados Unidos, mejor dicho, la industria farmacéutica, ha metido la directa con la vacuna. A día de hoy, casi un 10% de la población ha recibido dos dosis y un 18,1%, una. Para los que no sepan inglés, en el primer gráfico se puede consultar el porcentaje de la población que ha recibido una sola dosis. Y si se presiona sobre Fully vaccinated, nos dará el porcentaje de la población que ya ha recibido las dos dosis. En el segundo gráfico, podemos ver el porcentaje de las vacunas enviadas que se han puesto. (Percent of delivered shots administered).

A este paso, se cree que, para mediados de mayo, estaremos todos vacunados. También es de agradecer que haya bajado el porcentaje de los dudosos. Según el Pew Research Center, en noviembre, un 60% de la población estaba por la labor de ponérsela. En febrero, esa cifra subió situándose en un 69%.   

Foto cortesía de USDA ARS.
El problemita es qué hacer con los díscolos. Los expertos piensan que, para alcanzar la famosa inmunidad de rebaño, al menos se necesita que un 65%  de la población esté totalmente vacunada, aunque esa cifra puede que esté más cercana al 85%. Y ese 85%, a menos que se haga obligatoria la vacuna o exista algún tipo de motivación/penalización, me parece que, Estados Unidos, no lo consigue. 

Si me preguntan, premiar a los reticentes me parecería un feo bastante horroroso. No es de recibo que, a aquellos que cumplan consigo mismos y con el prójimo, se les pasee por las narices la piruleta que les hubiera correspondido de haberse cruzado de brazos. Así que, muchas opciones, no quedan.     

lunes, 8 de marzo de 2021

Música, maestro.

Y para amenizar el Día Internacional de la Mujer, música de la poco conocida compositora Florence Beatrice Price. Aquí, su Sinfonía n.º 1 en mi menor.  

viernes, 5 de marzo de 2021

Kit de inglés 234: Hit the hay.

Y esta semana descansamos con hit the hay. Literalmente "golpear el heno", esta expresión equivale a nuestro irse a la cama a descansar.  

Pronunciación de andar por casa: "jit de jéi". Y la buena aquí, con NRBQ. 

Fue el periódico The Oakland Tribune, en 1903, el primero en registrar esta forma de manera escrita. Esta era la frase: 



Sam' Berger, the Olympic heavyweight [...] was sleepy and he announced that 'he was going to hit the hay.' 

Sam' Berger, el peso pesado olímpico,  [...] tenía sueño y anunció que se iba a la cama.

miércoles, 3 de marzo de 2021

Jim Crow, ¿existió?

Mañana jueves, hoy ya para algunos, la Cámara de Representantes iba a presentar a votación la Ley George Floyd de justicia policial (presentación de momento cancelada por las amenazas al Capitolio), y he recordado que no hemos hablado del famoso Jim Crow. ¿Y quién era este tipo? Parece ser que el personaje pertenece al mundo de la ficción. Thomas Dartmouth, más conocido por “Daddy” Rice, fue un actor blanco que, a principios de la década de los años 30 del siglo XIX, alcanzó la fama interpretando, de manera grotesca y jocosa, a un esclavo al que dio en llamar Jim Crow. Para que nos hagamos una idea, era una especie de Al Jolson en el Cantor de jazz pero anterior. Según Rice, la idea le vino en Louisville, Kentucky, mientras escuchaba a un hombre afroamericano cantar la pieza titulada Jump Jim Crow (Salta, Jim Crow). 

La interpretación de Rice fue un número bastante aplaudido que cosechó grandes éxitos tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña. Con el éxito, el personaje Jim Crow se fue afianzando hasta convertirse en un nombre utilizado para identificar a las personas afroamericanas. Fue en 1896, con el caso Plessy contra Ferguson, en el que el Tribunal Supremo decidió que el estado de Luisiana tenía derecho a separar vagones para blancos y vagones para pasajeros africanoamericanos, cuando a Jim Crow se le da un buen empujón. Y ese empujón no nos abandonó hasta los años 70 del siglo pasado, cuando al bueno de Jim se le adjudicó un paquete de leyes que, desgraciadamente, fueron las infames leyes Jim Crow, creadas para justificar la segregación racial.    

lunes, 1 de marzo de 2021

Rodilla Herida...

Y salto al pasado. Volvemos a los años de Nixon. Esta vez para recordar el enfrentamiento que tuvo lugar en Wounded Knee un 27 de febrero de 1973. Unas doscientas personas del pueblo siux, acaudilladas por miembros del American Indian Movement (AIM), Movimiento de los pueblos nativos de Estados Unidos, (Russell Means y Dennis Banks fueron dos de sus líderes más conocidos), ocupan Wounded Knee, en la reserva Pine Ridge en Dakota del Sur, lugar desgraciadamente conocido por la masacre de 1890, en la que, 300 personas del mismo pueblo, perdieron la vida a manos del no menos conocido Séptimo de Caballería.  

No fue el segundo episodio de Wounded Knee el primer conflicto con los pueblos nativos americanos al que tuviera que hacer frente la administración de Nixon. Un fuego provocado en un centro para nativos americanos en San Francisco en 1969 fue el que activara las protestas. Ese mismo año, Walter J. Hickel, secretario de interior, tuvo la feliz ocurrencia de proponer que Alcatraz se convirtiera en parque nacional. Es cuando el AIM entra en acción y, el 20 de noviembre, cincuenta nativos americanos invaden la isla con la esperanza de que les sea cedida. Y allí están entrando y saliendo hasta junio del 1971, cuando los agentes federales los dispersan. Pero el malestar no se disipa. Es más, sigue creciendo. En noviembre de 1972, miembros del AIM toman la Oficina federal que lleva los asuntos de los nativos americanos. Y Nixon, al que algunos (como el influyente Peter MacDonald, presidente de la tribu navajo) llegaron a colgar el apelativo de "el Abraham Lincoln de los pueblos nativos americanos", se sintió estafado con esta muestra de ingratitud. Nixon nunca volvió a recuperar su optimismo, aunque siguió adelante, tratando de encontrar soluciones a la cuestión de los pueblos nativos. Así, hasta llegar al incidente de 1973 en Wounded Knee, una de las comunidades más pobres del país.      

Nixon, curiosamente, era partidario del Indian New Deal de Roosevelt de 1934, y prefería eliminar la política de asimilación, aquí lo llaman política de terminación india, que despegó en la década de los años 40. Esta motivación respondía a distintos motivos. Y uno era de carácter humano. Nixon sentía un gran aprecio por el jefe cheroqui Wallace Newman, su entrenador de fútbol americano en la universidad. Nixon sin duda era consciente de que estos pueblos seguían siendo los grandes olvidados. Quizás le pareciera que, al no llegar al millón de habitantes, le resultaría más fácil alcanzar un acuerdo con ellos que resolver el problema afroamericano. En 1970, Nixon pide al Congreso que apruebe leyes para abrir el camino a su autodeterminación, decisión por otro lado perfectamente calibrada, ya que esta prepara el terreno a su Nuevo Federalismo, su política para desmantelar el poder federal y ponerlo en manos de las autoridades locales. 

La ocupación de Wounded Knee duró 71 días, aunque la violencia no se apagó. En 1981, después de que el AIM se desintegrara porque casi todos sus dirigentes estaban encarcelados, todavía hubo más ocupaciones, como la de Black Hills en Dakota del Sur. Como el Congreso no se decidía a respetar los tratados indios que se rompieron, muchos pueblos nativos tuvieron que aflojarse el bolsillo y pagar para que su caso se oyera ante los tribunales. 

Nixon, que por entonces ya había dejado el cargo, tuvo la suerte de ver cómo el Congreso finalmente aprobaba en 1975 la Indian Self-Determination Act, Ley de autodeterminación de los nativos americanos.