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domingo, 24 de septiembre de 2023

1500 colonizadores, 17 barcos y ¿cuántos cerdos?

Si la semana pasada hablábamos del comercio ilegal de plantas y animales, esta volvemos con el cerdo, en especial el de la isla de Ossawa, en el estado de Georgia. Dice la historia que, a instancias de la reina Isabel, Colón cargó, en su segundo viaje a las Américas, precisamente tal día como hoy, un 25 de septiembre pero de 1493, unos cuantos animales: caballos, cabras, vacas, ovejas y gochos. Ocho ejemplares procedentes de la Gomera, a 70 maravedís la pieza, nos cuenta fraile Bartolomé de las Casas. Aunque es a Hernando de Soto, y no a Colón, al que se considera el padre de esta industria cárnica en el país, al traer y soltar en su expedición de 1539 a la Florida, trece especímenes puercosos que se fueron multiplicando como copos de nieve en invierno bostoniano.  

A mediados del siglo XIX, el cerdo campea a sus anchas (Dickens nos lo dejó escrito en sus American Notes de 1842) y se pone precio a la cabeza del jugoso animal. A dólar la pieza en el Pittsburgh de 1851. Un dineral. En 1818, Elisha Mills ya tenía funcionando la primera planta de procesado porcino en Puercópolis, en inglés Porkopolis, el bonito sobrenombre con el que se conocía a la ciudad de Cincinnati, líder en la producción de esta carne hasta la década de los años 60 del mismo siglo. Con la entrada en 1887 de vagones de tren refrigerados mediante una mezcla de sal y hielo, Cincinatti pierde el título de Puercópolis. Swift & Co. son los primeros en usar esta mezcla. Habrá que esperarse hasta 1947 a que aparezca el sistema de refrigeración mecánica. 

Hoy por hoy, el estado de Iowa es el Puercópolis de hace unos siglos, siendo el mayor productor porcino de los Estados Unidos. Iowa ya no solo viste el cinturón del maíz y se ha abierto las carnes para ceñirse el cinturón porcino. Unos treinta y tres millones de cerdos le pasan por la cinta transportadora al año. Aproximadamente ciento veinte millones al año sacrificados, cifra que da al país, tras China y la Unión Europea, el tercer puesto en la producción porcina. La variedad del cerdo blanco es la que más abunda.

lunes, 20 de marzo de 2023

¿Insectos o arácnidos?

Abrimos la semana con una de arácnidos. Las tan temidas garrapatas. Aún no ha llegado la primavera, y ya están dando los primeros quebraderos de cabeza a los excursionistas. El aumento de las temperaturas que nos han traído tantos metanos y dióxidos de carbonos revive estas pestes. 


Cortesia ARS USDA

En Maine, Vermont, Nuevo Hampshire, Nueva Jersey, Nueva York, Massachusetts y Rhode Island, a la babesiosis, enfermedad que transmiten las garrapatas del ciervo, ya se la considera endémica. Y los casos de babesiosis van en aumento. 

La garrapata del noreste no tiene tanta mala uva como la de Tejas, llamada Lone Star porque en el centro de su cuerpecito montero tiene una especie de estrellita amarillenta, de ahí que lleve el apodo del estado que la aloja, el estado solitario de la estrella. El caso es que este simpático animalejo, además de dejarnos sus bacterias, puede producir una reacción que sus compañeras de la zona del este ahorran a sus víctimas. Alergia a las carnes rojas (síndrome de alfa-gal), precisamente en un estado tan carnívoro. El pescado y el pollo, se libran.  

miércoles, 21 de diciembre de 2022

No más perritos.


Cortesía USDA ARS.

El que quiera ir a comprarse un perrito, gatito o conejito a una tienda de animales que se dé prisa porque, a partir del 2024, queda prohibida su venta. Nueva York no es el primer estado que se acoge a esta iniciativa. California, Illinois, Maine, Maryland y Washington ya la disfrutan. Esta decisión no se ha tomado a la ligera y es que, con más de 10000 criaderos funcionando en Estados Unidos, cada vez hay más perros, gatos y conejos que se están quedando sin techo. Los animales que no consigan un hogar seguramente tendrán que ser sacrificados. Y como somos seres buenos, racionales y nos encantan los animales, y además, estamos en Navidad, y no queremos que los animalitos acaben en un matadero, momento para recordar que hay muchos perritos, gatitos y conejitos en busca de adopción. 

Felices fiestas.

jueves, 16 de junio de 2022

Agua, por todas partes agua, y ni una gota que beber.

Como mañana, 17 de junio, nos ponemos a 50 años desde que el elefante republicano entrara en el cuartel general del Comité Nacional Demócrata en Washington a rebuscar papeles y grabaciones que llevarse a la trompa en lo que hoy conocemos por escándalo Watergate (literalmente "Verja del agua"),  esta semana dejamos las esclusas abiertas con el agua de Flint, en Míchigan, tierra del cineasta Michael Moore. 

Cortesía de USDA ARS.

Ya ha llovido desde que, en 1989, Moore nos trajera un fantástico documental sobre el cierre de la fábrica de General Motors en Flint. Y en el 2015 dejamos los estragos económicos causados por la externalización, para concentrarnos, en formato televisivo, en las aguas, contaminadas, de esta zona. Película en el 2017 y documental en el 2020. Los dos llevan por título Flint.

Aunque este asunto de ensuciar las aguas degraciadamente no se queda solo en Flint. De 1982 al 2015, entre 9 y 45 millones de americanos se llevaron a la boca aguas que no cumplían el Safe Drinking Water Act, es decir, Ley de Agua Potable. Como era de esperar, los habitantes de zonas rurales con bajo poder adquisitivo corrían mayor peligro de envenenamiento. A 4 de octubre de 2021, dejo este alarmante informe. Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, agentes químicos en aumento, en aire y agua.

Seguramente en Flint hubiera resultado beneficioso para la salud beberse las aguas, filtradas, de Detroit.

jueves, 11 de marzo de 2021

A caballo por...

Y para los cowboys, hoy, una de caballos. Según el Departamento del Interior, la población de caballos sueltos en el 2019 era de unos 72000. Nevada es el estado que acapara más de la mitad, pero los caballos salvajes y los cimarrones, los que viven en estado "salvaje" pero son descendientes de caballos domésticos que trajeron los españoles, porque los autóctonos desaparecieron hace unos 10000 años, también viven en California, Utah, Wyoming, Montana, Colorado, Dakota del Sur, Tejas, Arizona y Oregón. Y los de Oregón se multiplican con bastante rapidez. Un 20% más cada año. 

En la isla Assateague, una isla de 60 km que Maryland y Virginia comparten, (dos tercios pertenecen a Maryland y el restante a Virginia), también hay caballos. Los caballos assateague son caballos cimarrones que viven en ambos territorios. El Servicio de Parques Nacionales se encarga de la manada de Maryland, mientras que la Compañía de bomberos voluntarios de Chincoteague se encarga de la gestión y regulación de la de Virginia. La de Virginia cuenta con ciertas restricciones. No puede superar los 150 ejemplares adultos.  

Dice la leyenda, que, estos caballos, llegaron a la costa de Virginia tras un naufragio, aunque no se han descubierto huellas de dicho naufragio. Sin embargo, los expertos creen que una razón económica se esconde tras el misterio. Y es que, los vaqueros, se asentaron en la isla a finales del siglo XVII para dar esquinazo a las leyes de cercado y evitar así el pago de impuestos sobre el ganado. 

lunes, 24 de agosto de 2020

El presidente y los pollos fritos.

Y, como estamos de cabeza con el servicio de correos estadounidense, una de pollos fritos recién salidos de este horno. Una partida de 4800 polluelos enviados con USPS, el servicio postal de Estados Unidos, no ha llegado viva a Maine, su destino. El retraso en el envío ha producido que los animales perecieran de hambre y sed.

Foto de National Archief .
Este tipo de envío avícola no es nuevo, sino que se trata de una práctica que se remonta a 1918. Y parece que USPS transporta bastantes pollos, hablamos de millones, sobre todo en las semanas que preceden a la Semana Santa. Eso sí, los pollos no pueden tener más de 24 horas de vida, aunque las aves adultas sí se pueden enviar, siempre y cuando pesen entre 200 gramos y 12 kilos. Patitos, emús, gansos, perdices, gallinas de Guinea, faisanes, codornices y pavos que no superen las 24 horas también son transportables.

El envío de abejas también es bastante frecuente. Estas chicas no pueden viajar en avión, a menos que sean reinas, que sí que aguantan el tránsito aéreo, siempre y cuando vayan acompañadas de un séquito no superior a ocho. Los escorpiones tampoco vuelan, solo se mandan por tráfico terrestre. Mamíferos y animales venenosos tienen prohibido el transporte, al igual que las arañas, aunque las crías de caimán, si no alcanzan el medio metro, sí que se pueden enviar.

En unas horas el director de USPS, Louis DeJoy, le contará al Congreso que ha pasado con los pollos, aunque la atención se la llevará el presidente, no los pollos fritos.

martes, 27 de noviembre de 2018

Aguas con ligero tinte rosado. Y no es vino


[Child feeding pig with bottle]
Y ya que la temática va de gases nocivos y de estiércol, volvemos con más combustible. Esta vez le ha tocado a los cerdos de Carolina del Norte, el mayor centro productor. Los que se dedican a la cría del ganado porcino en este distinguido estado tienen dificultades para enterrar el abono que estos animales producen y prefieren apilarlo haciendo montañitas. Los ganaderos hace tiempo que se dieron cuenta de que cada vez que viene una inundación o huracán, las montañitas o bien acaban diluidas en agua o se las lleva el viento. Llevan años esperando los dineros gubernamentales ya pulidos con numerosas contratas para dar una solución.

Huy, se me olvidaba. Smithfield Foods, la empresa de propiedad china radicada en, lo que son las casualidades, Carolina del Norte, líder de producción en el sector porcino a nivel mundial, se comprometió a subvencionar un proyecto para dar salida a nuevas alternativas. El sistema para purificar las aguas, prometido hace unos años, aún está por verse. Más de nueve millones de cabezas en el estado y unos 5 kg diarios de estiércol por animal no es motivo de alerta. Algunos alocados ya han llevado al gigante a los tribunales, pero me da que el asunto se va a quedar en agua de borrajas con ligero tinte rosado.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Que se lo lleve el aire

CHICAGO [plane], just landed 1924
Hay que agradecerle a las Naciones Unidas la implantación del CORSIA, El Plan de compensación y reducción de carbono para la aviación internacional. Hace unos años que algunos ya van viendo las emisiones de CO2 pelín descaradas con el medio ambiente, aunque otros sigan empeñados en negar lo evidente. Para que nos hagamos una idea de su impacto. De Madrid a Boston unas 3400 millas ida. De Los Ángeles a Chicago unas 2000. Por la visita a California e Illinois a cada pasajero le toca en trayecto de ida y vuelta unas 1000 libras de CO2. A Madrid, echemos la cuenta. Por cierto que, Delta, la compañía aérea, ya se ha lanzado a la piscina y desde abril sus rutas más transitadas ofrecen medidas destinadas a mitigar estas emisiones.

Ya en tierra, los quebraderos de cabeza los dan las vacas y el metano que se fuga de sus cuerpos. Veinticinco veces más potente que el CO2, a día de hoy todavía no se ha podido embotellar el gas con el que nos obsequian los más de mil millones de reses (unas noventa millones made in USA) que circundan el orbe. Aunque no hay mal que por bien no venga y de la boñiga, con unos cuantos microbios, sacamos el biogás. En caso de que nos dé la vena ecológica y decidamos pasarnos al cerdo o al pollo las opciones son mejores, sí. Los cochinos nos regalan 8 kg de metano por kg de carne mientras que los pollos nos dejan un poco más de 4 kg. Pero hay que tener en cuenta que si estamos hasta arriba de ñorda vacuna, tenemos más de diecinueve mil millones de pollos picoteando la tierra. Alternativa: tirar de mejillón, dieta vegana o esperar a que algún día de estos la carne de laboratorio salga jugosita. 

miércoles, 15 de agosto de 2018

La versatilidad de la cabra puede activar los chakras


Si no bastara con la leche. De la cabra también sacamos compañía. Enseguida la podemos convertir en profesora invitada para dar la clase de ciencias naturales en la escuela que lo mismo nos sirve para quitar la malas hierbas sin que le dé acidez estomacal.

Pero ya lleva unos años que se le ha encontrado nueva ocupación: el yoga. Eso sí. Solo a las cabras africanas enanas se les permite esta práctica. El gusto del ungulado por la escalada lumbar, además de otras posiciones, hace las delicias de los yoguis. El aliento del animal, sus aguas menores y otras cosillas que el mamífero a veces tiene a bien verter sobre la esterilla del practicante contribuyen a que el yogui se sienta en plena naturaleza. No sé si la cabra logrará activar los chakras, pero sospecho que la diversión y el aroma chotuno, garantizados. 

domingo, 5 de marzo de 2017

Qué llevarse a la boca

El fallecimiento del extraordinario pensador Tom Regan, filósofo moral, pionero en el movimiento de los derechos de los animales, ha hecho que vuelva a asaltarme la eterna duda: ¿pero qué comemos?

De las aguas sacamos de todo: peces espada y atún hasta arriba de mercurio, langostinos vietnamitas que se mantienen "frescos" en hielo picado hundido en un mar de bacterias, y no precisamente de las buenas, o tilapia china, a la que, por lo visto, le dan de comer los excrementos del cerdo.

Cuando uno ha sido capaz de detectar estos tufos, decide buscarse otras mañas. Quizás pegarle al sushi. Pero la desilusión, si es que nos preocupamos por nuestra salud y el medioambiente, pronto nos juega otra mala pasada: la sobreexplotación. El atún rojo, por ejemplo, está en peligro de extinción, por esa razón, hay que cazarlo furtivamente.

Incómodos, y como nos gusta el pescado a rabiar, optamos por los criaderos. De truchas y salmones, en especial. Horror de horrores. Un bocazas nos lo tiene que estropear: si yo fuera tú, mejor ni los olía; hinchados de antibióticos. Caemos en la trampa. ¿Y eso? A maíz los tienen y, aún peor, los inflan a carne picada de vaca y cerdo.

El asco no impide que nos paremos ante el reducido mostrador de la pescadería del supermercado: unos mejillones famélicos de la Isla del Príncipe Eduardo y un pescado en filetes que se anuncia como bacalao pero que, como ya estamos tan informados, dejamos pasar, porque puede que nos quieran dar pangasius por bacalao.

En la pecera verdosa, unos cuantos bogavantes nos llaman como las sirenas a Ulises. Están vivas. Pero la maldita desilusión nos envuelve porque estamos medio concienciados, porque queremos ser ciudadanos éticos, hacer lo mejor, y, sobre todo, no dejar un pisotón en la tierra en vez de la leve huella. ¿Serán furtivas? ¿Qué habrán desayunado? ¿Sesitos de vaca? La tarea es inagotable. De cabeza a internet.

La información nos trae que algunos países se valen de esclavos para la pesca. Con un googlazo, sabemos que a otros les da por esclavizar niños, esta vez en el sector chocolate. Obama aprobó una ley el año pasado prohibiendo el consumo de pescados y mariscos que procediera de manos esclavas. Desconozco el tiempo que aguantará bajo esta administración. Al final, decidimos pasar el día en ayunas, si acaso una taza de leche de soja, hasta nueva orden.

Si de compras hay que andarse con más ojos que una cesta de peces, en los restaurantes toda cesta es poca. Y es que muchos no tienen problemas en hacer pasar el gato por liebre (sustitúyase por los animales que se quiera). Al preciado bogavante, como se pida en ensalada, por ejemplo, alguno que otro no tendrá remilgos en darle el cambiazo por langostino, esperemos que no sea vietnamita, o por las famosas delicias de abadejo.  

Y el mundo de las carnes. Ese huele aún peor. Para información sobre el tema remitirse a Upton Sinclair y a su Jungla, The Jungle, que ya en 1906 denuncia las condiciones en las que se encontraban los trabajadores de las factorías cárnicas. Uno diría que la cosa ha cambiado mucho desde entonces. No cabe duda de que las magníficas invenciones de Temple Grandin, han reformado las prácticas de esta industria, pero los mexicanos que siguen ahí, hasta que los echen, creo que dirían, (si pudieran), que a ellos no les han llegado. 

Abundan los documentales sobre el maltrato a los animales. A veces, incluyen grabaciones nocturnas con el documentalista haciendo una incursión en una de estas explotaciones. Con la Ley mordaza del sector agropecuario (Ag-gag) los captadores de las imágenes que no tengan permiso para grabar se juegan una visita, como mínimo, a los tribunales. La vaca, desde luego, no solo es sagrada en la India. 

Y nos quedan los cereales, las legumbres, verduras y frutas. Con ellos seguro que nos libramos. Pues tampoco. El agotamiento de la tierra, reverdecido a base de pesticidas que no se van por mucho que se laven, las modificaciones genéticas y las bocas de multinacionales, como Monsantodesencajadas de avaricia, con las que, dentro de poco, hasta el aire que respiramos también pasará a formar parte de su elenco de patentes, nos lo ponen muy difícil.  

Por supuesto pueden decir que lo expuesto aquí me lo he sacado de la manga, que es todo un montaje y que las fuentes consultadas, si es que las he consultado, son un atajo de trolas. Siempre queda la duda. Por si acaso, intentaremos evadir estos puñetazos. Y cómo. Cómo va a ser. Intentando mantener el gato a raya.

Creo que Tom Regan lo aprobaría.

domingo, 19 de febrero de 2017

Baja por "patarnidad"

Recién traído desde Escocia, no le vamos a quitar la paternidad, y a punto de abrir en Columbus, Ohio, BrewDog, esta empresa de cerveza promete una semana de baja por maternidad o paternidad, no hay penalización económica, para cuidar al recién nacido. Con la condición de que sea perro. Perra también vale.


Magnífica táctica económica la de estos empresarios para atraer no solo a trabajadores, sino a posibles inversores, amantes, no cabe duda, del mundo canino, y digo yo que también de la cerveza.

Desgraciadamente, esta política excluye a gatos, iguanas, monos o serpientes, por mencionar algunos ejemplares. Si yo fuera propietario me andaría con cuidado, no sea que el público empiece a reclamar su derecho a la baja para cuidar a su cocodrilo que acaba de nacer o que se encuentren con que la oficina es un zoo porque Vilma, la avestruz, o Larry, el walaró, no pueden quedarse solos en casa. Al fin y al cabo solo son bebés.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Kit de inglés 23: Jynx

Hoy el protagonista de la clase de inglés tiene que ver con un pájaro, con el béisbol y la superchería. El torcecuello, del género Jynx. De los pájaros carpinteros, tiene la habilidad de girar el cuello a cada lado más de 180 grados, lo que le sirve para imitar los movimientos de una serpiente y evitar así el ataque de los mustélidos.

Por lo visto este pájaro se usaba en la brujería y en las artes adivinatorias, y, aunque no creo que el pájaro se siga usando para hacer presagios, el caso es que su sentido mágico ha llegado hasta nosotros.

Lógicamante la palabra es de origen latino, pero fue con el béisbol donde adquirió este sentido a lo Harry Potter con el que ha llegado a nuestros días. De 1904 datan los primeros usos y que, desde entonces, se han extendido a todos los ámbitos. A nadie le gusta estar jynxed, ya que equivaldría a nuestro estar gafado o tener el mal de ojo.  

Los jugadores, algunos de ellos tan supersticiosos, comenzaron a utilizar este término para referirse a objetos o personas que les traían mal fario y que, por ende, les impedía ganar la competición.

Los niños, y los que no lo son tanto, también usan esta expresión a manera de juego. Cuando dos o más personas dicen algo al mismo tiempo, el más rápido puede jinx a los demás y obligarlos a que guarden silencio hasta que rompa el hechizo pronunciando su nombre. En España sería el equivalente a nuestro "chispa, madera, me debes un deseo".  (Por lo menos así se llamaba cuando yo era pequeña). 

Algunos etimologistas, como Douglas Wilson, han señalado que jynx procede de un personaje llamado Jinks Hoodoo de la comedia musical Little Puck de 1887.

Barry Popik ha señalado su origen en la canción tradicional Captain Jinks of the Horse Marines de 1868. 

Fuere lo que fuere esperemos que el Nuevo Año no estemos jinxed.

Una frase: Samantha Bee said she jinxed the election (Samantha Bee dijo que ella gafó las elecciones). 

lunes, 15 de agosto de 2016

Los políticos, ¿tienen mascotas?


De los insultos muchas veces aflora el ingenio. Eso es lo que sucedió gracias a las elecciones presidenciales de 1828. Los opositores del candidato demócrata, Andrew Jackson, asqueados con su eslógan Let the People Rule (Dejemos que gobierne el pueblo), aprovecharon la ocasión para tildarlo de imbécil, distinción que, en su traducción originaria, (jackass), se escoge al burro como encarnación de la estupidez. Jackson adoptó la imagen del animal en lo que le restaba de campaña.

La identificación de la testarudez del partido demócrata con este animal aparece gráficamente en una tira cómica de 1837, donde se ve a Jackson tirando de un burro que se niega a moverse, en alusión a la negativa del cuerpo democrático a seguir las directrices de Jackson. Décadas más tarde, en concreto 1864, aparecía su complemento republicano: un elefante. Pero fue el ilustrador político Thomas Nast, el que, años más tarde, consolidaría la pareja política.

Nacido en Alemania, a Nast se le consideraba el látigo de los demócratas, aunque también fue extremadamente crítico con las posiciones republicanas. De hecho, a su pluma se debe que Grover Cleveland, el candidato demócrata, saliera elegido en 1884, después de casi treinta años de mandato republicano.

La tira que inauguró esta relación asno-elefante salió en 1874 en la revista Harper's Weekly. La escena, titulada Third Term Panic (Pánico del tercer trimestre), es pretendidamente bucólica. El burro va disfrazado con una piel de león, asustando a los animales del bosque, que, a su paso, huyen despavoridos. También el elefante está desorientado, a punto de caer en un hoyo etiquetado como inflación y caos. Para que el lector sepa quién es quién en todo momento, Nast marca la piel del burro con un Caesarism (Cesarismo) y la del elefante con un Republican Vote (Voto republicano).


Ni que decir tiene que la visión que tiene Nast del burro es inferior a la del elefante, al que casi ve como una víctima del atolondramiento y estulticia del asno. Si al burro lo ve torpe y obstinado hasta la perdición, al elefante lo ve íntegro y cabal. Si, con el burro intenta llamar la atención sobre sus humildes orígenes, con el elefante busca evocar realeza y elegancia. Si, con la aparente delgadez del burro pretendía rememorar periodos de escasez apenas olvidados, la sombra de la Guerra de Secesión aún no se había desvanecido, con el elefante clama fortaleza y poder, siempre aptos para el combate.

No es raro que, con esta saca de virtudes, los republicanos se dieran prisa en hacerlas suyas, adoptando al paquidermo como su símbolo, mientras que los demócratas no quieran ver ni en pintura al équido que les ha tocado en gracia.

Curiosidad: la mascota de los libertarios es un roedor: el puercoespín.

Y ustedes, ¿con qué se quedarían? ¿Tal vez con ninguno? ¿Creen que los grupos políticos deberían tener mascotas?