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martes, 13 de agosto de 2024

Mientras sueño en americano, ¿me lo como en?

Hace tiempo veíamos en el kit de inglés blue-plate special, y hoy, aprovechando que seguimos en periodo vacacional, nos volvemos a echar a la carretera con una entrada en los diners, esos icónicos vagones-restaurantes con luces de neón en el exterior y gramola, jukebox, dentro, en los que uno podía calentarse las entrañas gracias a un menú bastante aceitoso pero, en cuestión pecuniaria, muy apto para cardíacos (por un módico precio podías ponerte hasta arriba sin que se te quedara el bolsillo en tembladera). Aún quedan unos cuantos, especialmente en la costa este, sobre todo en Nueva Jersey. Muchos de estos vagones de película (infinidad de ellos han tenido presencia cinematográfica y seriéfila, a bote pronto se me ocurren Mulholland Drive, CasinoSpider-Man) han cambiado los precios, lógicamente para ajustarse a la inflación y sobrevivir al vendaval de gustos que nos come. Los menús también han cambiado. Hay diners que se han especializado en comida tailandesa o los que han dejado las carnes por un menú vegetariano. 

Fue Walter Scott, un aventurero de Providence, Rhode Island, el que en, 1872, se echó a la nocturnidad providenciana por primera vez, con un vagón tirado por un caballo. Y digo nocturnidad porque fue en la noche donde Scott vislumbró la oportunidad de negocio, para servir a clientes after hours que, bien a la salida del teatro o de un trabajo nocturno no tenían nada que llevarse a la boca porque los restaurantes ya habían echado el cierre. Por cierto que, otra emprendedora que vio una oportunidad de cine fue Julia Braden, la cual, décadas más tarde, comenzaría vendiendo palomitas de maíz en un carrito que cupiera en el vestíbulo de la entrada del cine.   

Para evitar las leyes de venta ambulante y las acusaciones de competencia desleal, estos vagones comenzaron a conquistar las zonas rurales y carreteras poco transitadas. Por cierto que, algunos, todavía conservan las ruedas. Samuel Jones, un propietario de este tipo de establecimiento, fue el primero que, en 1887, incluyó los famosos taburetes. Y más datos. No es hasta 1913 cuando nos encontramos con el primer diner no rodante. La constructora de Jerry O’Mahony, en Nueva Jersey, fue la que lo planta. Hacia 1950 ya contamos con unos 6000 distribuidos por el país. Por cierto que muchos de sus propietarios fueron veteranos de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad quedan unos 2000, operativos o no, de los cuales, a 28 de agosto del año pasado, quinientos treinta descansan en Nueva Jersey. 

Experiencia recomendable, aunque solo sea por una vez, adentrarse en la esencia parpadeante del gran sueño americano.

miércoles, 28 de febrero de 2024

Ansiedad, de tenerte en mi boca ...

Hace unos meses Prezzo, una cadena de restaurantes británica, nos coloca una encuesta entre los chiquitos de la generación Z. Por supuesto, la encuesta está relacionada con la comida, en concreto con el menú. Prezzo nos dice que, de los 2000 adultos que participaron en dicho estudio, un 86% de los post-millennials indicó sufrir "ansiedad del menú". Esto es, no saber qué elegir. 

Algunos de los culpables de esa congelación: la abrumadora cantidad de platos ofertados, la posibilidad de que, una vez se decanten por algo, esté peor que la hamburguesa que se descongelan en casa y que, encima, les dejen el bolsillo tiritando por el sablazo que les meten. También está la pérdida de dotes interpersonales. La covid, lógicamente, ha exacerbado esta desaparición o congelación. Y otra causa, reconozco que esta me ha pillado por sorpresa: miedo a estancarse en la pronunciación del plato. 

Para solucionar esta parálisis, el screenager, jovencito criado a los pechos de una pantalla y de la Internet de banda ancha, pide a sus comensales que le elijan el plato. Lo único que no sabemos es si, una vez hecha la elección, el paralizado les monta un pollo por haberle elegido tamaño zapato. Aunque es entre los de la generación Z donde más se acusa esa ansiedad, las otras generaciones también se llevan lo suyo, y se quedan a 19 puntos del grupo en cabeza.

Siguiendo la estela británica, en Estados Unidos también se ha hecho un estudio parecido. Aquí la ansiedad es menor, aunque también se dispara en el grupo Z, con un 41% de ansiosos a la hora de pedir frente al 15% de los que intregran las listas de la generación X y baby boomers, los hijos de la Segunda Guerra Mundial.  

Aquí, otro estudio de la generación Z, también relacionado con el cuerpo. 

viernes, 29 de diciembre de 2023

Kit de inglés 374: Throw it against the wall and see what sticks.

Y aprovechando que las cocinas dejan de resoplar, una de espaguetis con una expresión de significado idéntico al que vimos la semana pasada. Pronunciación recocinada: "zróu it egáinst deguól and siii guót sssticks". Y la buena aquí. Literalmente "tíralo contra la pared a ver qué se pega" y que podríamos traducir por poner a prueba a ver si algo da resultado.

Cortesía USDA ARS 

Y aunque los espaguetis no forman parte de la expresión, se cree que era costumbre que, en las cocinas italianas de principios del siglo XX, se lanzara un espagueti al techo para comprobar el punto de la pasta. Si el espagueti se quedaba pegado, estaban listos para hincárseles el diente al dente, esto es, pelín duritos. Otra teoría entrega a las agencias publicitarias de la avenida Madison, en la City, la exclusiva en la creación de dicha forma. 

Por supuesto, los espaguetis también cuentan con un reservado en el calendario de días nacionales. A esta pasta le guardamos el 4 de enero. No confundir la fecha espaguetiana con el día de la pasta en general, que también calienta el calendario un día octubrino. Curioso que dos expresiones con idéntico significado, el espagueti en el techo y la idea en la bandera, casi se solapen en el calendario. 

sábado, 16 de diciembre de 2023

Kit de inglés 372: There Ain't No Such Thing as a Free Lunch o TANSTAAFL

Como las fiestas las tenemos encima y es época de comilonas, marchando una de TANSTAAFL o, lo que es lo mismo, There Ain't No Such Thing as a Free Lunch. Literalmente "No hay tal cosa como un almuerzo gratis" y que podríamos traducir por Nadie da duros a pesetas o nadie da nada a cambio de nada. 

Pronunciación con la boca llena: "der éint nóu sach zin as a friiii lanch. Y la buena aquí, con el economista Milton Friedman.

Esta expresión parece que sale de los salones americanos del siglo XIX. Por lo visto, a los clientes se les daba comida gratis, siempre y cuando pagaran la bebida. Para animar a que la clientela se dejara los dineros, el dueño del establecimiento ordenaba que la comida se condimentara con abundante sal, con lo que, para apagar su sed, al parroquiano no le quedaba más remedio que pedir otra consumición que, lógicamente, vendría acompañada de su salmuera correspondiente.

jueves, 22 de junio de 2023

¿Pollo replicado?

Cortesía ARS USDA

Mientras algunos hablan de cómo se repartirán el pastel electoral en España, hablemos de pollo estadounidense. Y es que, en unas semanas, el pollo hecho en laboratorio volará hasta dos restaurantes. Y no son moco de pavo. Uno es el Bar Crenn, en San Francisco. Dominique Crenn, un Michelin de tres estrellas, es el que lleva el gorro de chef. El otro está en Washington, DC. y es propiedad de José Andrés. 

Upside es la compañía que aterriza en el de San Francisco, mientras que el pollo de Andrés sale de los corrales de Good Meat. ¿Precio? Por 300 dólares del ala podremos decir que hemos sidos de los primeros en catar este manjar. Estas empresas también quieren colocarlo en las estanterías de los supermercados, aunque, de momento, habrá que esperar. 

¿La composición del pollo? Azúcares, aminoácidos, sal, vitaminas y minerales.  


domingo, 1 de enero de 2023

¿Un queso americano?

Cerramos el 22 con pimienta y abrimos el nuevo año con una tabla de quesos. Y es que, gracias a la visita de Emmanuel Macron a Joe Biden hace unas semanas, nos hemos enterado de que, en Estados Unidos, también se puede adquirir buen queso. Una quesería del sur de Oregón es la que se encarga de dejar el pabellón bien alto, porque, aunque en el país es famoso el queso de Wisconsin, a nadie se le ocurriría servírselo al dignatario francés. 

Cortesía USDA ARS.

La quesería oregonesa Rogue Creamery se llevó, con su Bluehorn orgánico, el premio al mejor queso del 2019, competición que tuvo lugar en Bérgamo, en la categoría de los azules. Este queso cuenta con la distinción de ser el primer queso estadounidense que se lleva este galardón a nivel internacional. Por lo visto, el St. Malachi, con toques frutales, de Pensilvania, el Hudson Flower, un queso de oveja de Nueva York, y el cremoso Greensward, de Vermont, también hubieran podido compartir mesa con el de Oregón. 

Y ahora, que venga la inteligencia artificial y los clone. 

lunes, 5 de diciembre de 2022

Directo al grano.

Y mientras esperamos a ver qué pasa en el estado de Georgia en su carrera al Senado y con las fiestas a un paso, abrimos boca con una receta apta para celíacos y para los intolerantes de la lactosa, pues se puede hacer con substituto del huevo. Panqueques de trigo sarraceno y harina de patata. 

Foto de Peggy Greb, cortesía USDA ARS.

Ingredientes: 

  • una taza de harina de trigo sarraceno.
  • 1/3 taza de harina de patata.
  • 3 cucharaditas de levadura química.
  • 1/2 cucharadita de sal.
  • De 1 a 3 cucharadas soperas de azúcar.
  • Un huevo o sustituto de un huevo.
  • 3 cucharadas soperas de aceite. Recomiendo el vegetal. 
  • 1/4 cucharadita de vainilla.
  • Una taza y media de soja, leche de arroz o simplemente agua.
  • Media taza, opcional, de arándanos.
Se mezcla todo y se extiende con un grosor majo, en sartén antiadherente previamente engrasada, un poquito de la mezcla, digamos que un cuarto de taza por panqueque. En cuanto aparezcan burbujitas en la superficie, damos la vuelta al panqueque y esperamos ahora a que salgan las burbujas en la cara que falta por hacer. La fritura puede llevar entre uno y dos minutos por lado. Cuando acabemos la masa, servimos los panqueques calentitos y los regamos por encima con sirope de arce, no tiene por qué ser necesariamente de arce, fruta o nata. Y a comer. 

Este trigo sarraceno (un pseudocereal) se utiliza mucho en la cocina rusa, ucraniana y china, y, en Estados Unidos, tampoco falta. Durante los siglos XVIII y XIX era muy común en el país pero en el siglo XX casi que desapareció porque necesitaba mucho nitrógeno. Durante la Depresión vio un renacer porque crecía rápido y servía de alimento a los animales. En la década del 2000 al cultivo del trigo sarraceno se le volvió a dar otro impulso. Esta vez, porque el mercado quiso recuperar y, por tanto, apreciar, los llamados granos ancestrales. Aquí, la lista granulosa.

lunes, 29 de agosto de 2022

¿Aves turófilas?

loc.gov
Abrimos la semana con una curiosidad. Acabo de saber que los ornitólogos estadounidenses usan Cheetos, los gusanitos con sabor a queso de toda la vida, para estudiar y premiar el comportamiento de los cuervos. Parece ser que estas aves son turófilas y amigas de la comida basura, aunque el color anaranjado del producto también les llama la atención. 

Me pregunto si la pasión del cuervo por el gusanito anaranjado es un fenómeno mundial. Los cuervos de España, ¿preferirán el sabor a vino tinto con toques de queso curado?

sábado, 6 de agosto de 2022

Kit de inglés 305: Blue-plate special.

Y como estamos en periodo vacacional, esta semana nos vamos de restaurantes con blue-plate special. Literalmente "azul plato especial" y que podríamos traducir por "menú del día". Aquí, la historia de esta expresión en español. El color azul del plato lo da el óxido de cobalto.  

Pronunciación casera: "bluuu pléit sssspéshial". Y la buena en este vínculo

www.loc.gov/

La primera vez que se registra de manera escrita parece ser en 1924, en un anuncio de la Asociación Cristiana de Jóvenes Mujeres, publicado en el periódico The Decatur Review de Illinois. Aunque según el comidista Daniel Rogov, esta forma ya se usaba con anterioridad y data de 1892. Rogov defendía que "el plato azul" lo vio escrito en un menú de un restaurante ubicado en la línea ferroviaria que cubría el trayecto Atchinson, Topeka y Santa Fe, y que pertenecía a la cadena de restaurantes Fred Harvey. Fue durante la Depresión cuando esta forma alcanzó su popularidad. 

Frase: The entree is a blue plate of meat and peas. 

El plato principal es un menú de carne y guisantes.



martes, 28 de junio de 2022

¿Qué es lo que más comen los americanos?

Abríamos el otro día con las artes domésticas y hoy, al estar ya en época estival y con los pies pateando las calles, nos hacemos un combinado con fogones de restaurantes estadounidenses y con los de la cocina casera americana. 

Es época de sudar y de andorrear y necesitamos meterle al cuerpo calorías. Por eso, aquí dejo una lista de 2020, con el top 50 de los platos que más redondean el perfil corporal del estadounidense cuando va de restaurante. Espóiler: el platito que se lleva el premio gordo tiene 2590 calorías y no es de McDonald's.    

En casa, el informe de 2010 con las recomendaciones dietéticas gubernamentales nos desglosa las preferencias gastronómicas estadounidenses. Aquí otra lista con el top 10. El número uno es el que más se consume.  

Tradu:

    1. Postres que utilizan cereales, dónuts, barritas energéticas, galletas, pasteles, etc.
    2. Panes con levadura
    3. Pollo
    4. Refrescos y bebidas energéticas
    5. Pizza
    6. Bebidas alcohólicas
    7. Pasta
    8. Platos mexicanos
    9. Carne
    10. Productos lácteos

  1. Años más tarde, parece que el orden poco ha cambiado. Es decir, el americano medio sigue siendo el golosón de Homer Simpson. El que venga a Estados Unidos ya sabe lo que le espera. Ya lo dijo el Santo Padre Clemente XIV para referirse a la siesta. "Cuando se está en Roma, hay que hacer lo que los romanos". Pues eso. "Cuando se está en América, a comer como los americanos". 

miércoles, 8 de abril de 2020

Los jardines de la victoria de la corona.

Con el coronavirus encima y con el miedo a quedarse sin abastecimiento, los americanos han decidido volver a los jardines de la victoria, los también llamados jardines de la guerra o jardines de alimentos para la defensa, zonas ajardinadas de la casa o terrenos comunitarios destinados al cultivo de frutas y verduras que algunos ya han bautizado con el nombre de los jardines de la victoria del corona. Este nacimiento por supuesto ha tenido una gran acogida en las redes.

Los jardines de la victoria aparecieron en 1917, cuando el presidente Woodrow Wilson nombra a Herbert Hoover jefe de la Administración de Alimentos de Estados Unidos. Semanas antes de entrar en la Primera Guerra Mundial, Hoover desarrolló el National War Garden Commission (Comisión Nacional Bélica de Jardinería), programa que alentaba a los americanos, para evitar el racionamiento, asegurarse cierta capacidad de exportación, dar de comer a las tropas, y, de paso, levantar la moral de la población civil dándoles trabajo que hacer por la patria, el cultivo en casa y en terrenos comunitarios. La iniciativa de Hoover se ha quedado en el lenguaje americano con el término hooverizing.

Rose Hayden-Smith, autora de Sowing the Seeds of Victory: American Gardening Programs of World War I, Cultivando las semillas de la victoria: programas americanos de jardinería en la Primera Guerra Mundial, nos dice que fue el estallido de la gripe en Estados Unidos en 1918 el que convenciera a la población de la necesidad de abrir surcos en la tierra. Claro, que el agricultor que no tuviera experiencia y se lanzara a cultivar tomates y lechugas, seguramente corrió el riesgo de perderlo todo a manos del pulgón y de otras pestes o de que, como mucho, consiguiera una col.

Por cierto, que el más antiguo que aún sobrevive (es de la Segunda Guerra Mundial) está en Boston, aunque las verduras hace tiempo que dejaron paso a las flores.

martes, 12 de noviembre de 2019

Se sale del plato

Pues sí. Nos estamos poniendo como el Quico. Al menos en Estados Unidos. Desde los años 60 del pasado siglo hasta nuestros días, las porciones se desbordan. Y lo mismo pasa con los refrescos. En los años 50, se servían 6,5 mililitros por vasito. Ahora casi se llega a los 1300. La industria de  comida rápida no es la única culpable del asunto. La industria vajillera también ha puesto su granito de arena, fabricando platos cada vez más grandes.

Bureau of Standards breaks up plates for a reason. Washington, D.C., May 23. Just about everything manufactured in this country is made the subject of tests in the Bureau of Standards here. Even the dinner plates used in restaurants go through a series of tests in order that the government may known just how long it can expect them to last in usage. R.F. Galler, Chief of the White Wear section, is here operating an impact machine to determine the amount of force necessary to cause those germ-concealing chips in a plate. Previous in this test, the plate is ground with porcelain to find out how long a plate may be handled before it loses its gleam, and samples are heated to find out how much heat is necessary to cause cracks to appear in the glazing

lunes, 3 de junio de 2019

¿Para qué sirve un aguacate?

Hace ya unas semanas que tenemos las frutas y verduras procedentes de México por las nubes. Un ejemplo: los aguacates, que normalmente se pueden encontrar entre los 99 céntimos y el dólar con veintinueve, ahora no bajan del dólar con sesenta y nueve. Amparándose en la seguridad nacional, llegó el tarifazo: un 5% mensual si México no logra parar el goteo de inmigrantes. Así hasta que lleguemos a un 50%. En mayo por lo visto la entrada de inmigrantes ha sido récord, aunque se espera que, con el calor veraniego del desierto, el número disminuya. Quizás la administración Trump aproveche para marcarse el tanto del bajón. O tal vez veamos el efecto contrario: que aumente la inmigración con este estrangulamiento económico. 

Y digo yo: este tarifazo¿lo habrá diseñado el presidente para desviar la atención de un posible impichamiento? Porque no creo que sus devotos le den mucho al guacamole. A estos, como al presidente, mientras no les toquen ni las carnes ni las leches vamos bien. La hamburguesa y los helados sagrados. Y hablando de helados. Feliz cumpleaños señor presidente.  Me enteré de este grato evento por el periódico. En la versión digital del sábado, aparecía su foto pidiéndome que dejara mis mejores deseos para su aniversario que le llegará el viernes, 14 de junio, y que, curiosamente, también da en ser el Día de la Bandera. Creo que para celebrarlo iba a ir a una pizzería de Michigan con unos cincuenta amigos, pero el local ha cancelado la reserva. Lo mismo los tomates eran mejicanos y pa qué oírlo...

domingo, 31 de marzo de 2019

Se les va la mano con la...

[Bird's-eye view of hills and body of water, possibly the Dead Sea]

Abrimos la semana con sal. La voz de la industria salerosa, el Salt Institute, (el Instituto de la sal), ha cerrado sus puertas. El Center for Science in the Public Interest, (el Centro para el estudio de las ciencias en beneficio público), opina que a esta institución fundada en 1914 se le daba muy bien maquillar datos. Según el Centro, al Instituto se le iba la mano con la sal, ya que afirmaba que la cantidad consumida por los estadounidenses no es abusiva. 

En cambio, el Centro y the National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine, (las Academias de Ciencias, Ingeniería y Medicina) son de otro parecer. En marzo las Academias sacaron un estudio en el que afirmaban que los adultos no debían consumir más de 2300 miligramos de sodio al día. Y los americanos, entre el pan de molde, y los alimentos preparados de calentura en el microondas, se están dando un atracón a todas luces insalubre. Entre los 2400 y los 5500 miligramos diarios. 

Los hippies, en 1969, ya le pedían al gobierno que metiera cartas en el asunto y que regulara la ingesta de sodio. Por cierto que, a la administración Trump, también le van mucho las sales. Sobre todo en los colegios, donde niños y adolescentes se darán un baño de sales con la absorción de comidas embadurnadas en esos preciosos cristales. 

martes, 20 de noviembre de 2018

La Universidad Dunkin' Donuts

Class of 1924 University of Vermont, Oct. 1920

A eso de las siete menos cuarto de la mañana, en el penúltimo semáforo antes de llegar al trabajo, las frituras del Dunkin' Donuts son tan penetrantes que casi impregnan la ropa. En cuanto hago el giro a la izquierda y paso la oleada, la duda se aúna al tufo persistente. ¿Vendrá de la Universidad Dunkin'? Efectivamente. Dunkin' Donuts tiene universidad. Se llama la Universidad Dunkin' Donuts, y está en Braintree. Y lleva operando desde 1968. Los alumnos vienen de todas partes y por lo visto son más aplicados que los nativos. Y eso que la matrícula era, o solía ser, gratuita.

Solo Mr. Donut, en Minnesota, logró hacerle sombra una vez. El Señor Donut ya no imparte clases, supongo que la masa del Dunkin' se hizo una bola con él. Mientras tanto, en la Universidad Dunkin', los alumnos reparten su tiempo lectivo entre apuntes y pucheros. Al cumplir su segunda semana de clases, habrán hecho una media de 300 docenas de donuts. Para los finales, les tocará hacer 140 docenas en ocho horas. De ahí que me dé por pensar que las cocinas, a esa hora, ya están que arden.

Por si nos reconcome la curiosidad. He aquí las medidas del donut autorizado: ha de pesar entre los 340 y los 368, 544 gramos. Y lo mismo pasa con la circunferencia. No puede sobrepasar los 19,685 cm. cuando esté apilado.

lunes, 22 de octubre de 2018

La Guerra de los Bogavantes

Lobster fishing industry near Grindstone Inn, Winter Harbor, Maine

Pues sí. Estados Unidos también tiene su Isla Perejil y se llama Machias Seal Island (La Isla Machias Seal) aunque, de momento, no ha habido conflicto que haya requerido presencia armada. El otro país que la pretende no es ni más ni menos que Canadá. Y como no se fía, allí que ha instalado su Guardia Costera para que velen por el único faro, data de 1832, que aún les queda y que requiere fareros. Y todo por un suculento mercado: el del bogavante. Casi 70 millas cuadradas, la denominada zona gris, circundan esta isla en el Golfo de Maine. En invierno para los canadienses y en verano para los estadounidenses. Pero con el cambio climático y el consiguiente aumento de la temperatura el mercado está que se sale y todos quieren pillar bicho en la estación que sea. Casi quinientos millones de dólares en el 2016 parece que dan derecho a algunos pescadores a lanzar amenazas con tal de hacerse con las mejores aguas. Eso sí, en cuanto la temperatura suba unos graditos, los crustáceos definitivamente emigrarán a Canadá dejando a Maine a dos velas. En Estados Unidos la población de bogavantes al sur del Cabo Cod ha quedado reducido a un diez por ciento.

El conflicto ya tiene documental. David Abel y Andy Laub son los padres. Algunos lo habrán podido ver en el GlobeDocs Film Festival (Festival de Cine GlobeDocs) o tal vez en el Festival de Cine Internacional Marítimo.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Republicano hasta reventar

No sé si Jordan Peterson es republicano pero desde que se uniera por solidaridad a su hija en la práctica de la dieta del carnivorismo, Peterson está dando bastante de que hablar. Mikhaila Peterson, la hija de Jordan Peterson, hace meses que lleva practicando este régimen. Carne, sal y agua para combatir su artritis y su depresión. Según ella, la dieta parece que funciona. Peterson padre lleva seis meses menos que ella con la disciplina carnívora. En su caso no sabemos si le estará sirviendo para librarle de males, pero sí que a muchos demócratas esta decisión les está dando urticaria.

Kelly Weill, periodista del Daily Beast, apunta que el amor al filetazo, no es más que una artimaña republicana para provocar al diente consciente del demócrata, que ha optado por la soja como alternativa para aliviar el triste fin del animal y mitigar el impacto medioambiental.

Peterson no es pionero en esto de optar por la grasa animal. Mucho antes que él estuvo el Heart Attack Grill (El Grill del Ataque al Corazón). Un maravilloso restaurante que dio sus primeros pasos en Arizona, aunque luego se mudó a Dallas pero parece que por falta de pago finalmente recaló en la incomparable Las Vegas. Y ahí sigue. Con sus camareras vestidas de enfermera, sirviendo hamburguesas de una, dos, tres o cuatro derivaciones coronarias. La de cuarta categoría es casi un kilogramo de carne con sus aderezos. Patatitas fritas y Coca-Cola mejicana, hecha con caña de azúcar.  Los que pesen más de 160 kg. comen gratis. Y no está permitido compartir. Hay que comérselo todo.

Algunos han respondido muy bien al tratamiento basura porque se han quedado tiesos, incluyendo el portavoz del restaurante, un joven de 29 años, y clientes varios. El propetario del restaurante declara que no le pesa meter la dieta pornográfica por los ojos. Aquí dejo la entrevista con el doctorcito. Lo que no queda muy claro es si él y los parroquianos son republicanos hasta reventar o no se han enterado de lo que es la soja.

domingo, 24 de junio de 2018

Por el medio ambiente

Aunque al recientemente fallecido Anthony Bourdain se le han dedicado muchas alabanzas, no creo errar si digo que las comunidades vegetarianas y veganas casi que han celebrado su desaparición. Más que nada porque el famoso cocinero los calificó de extremistas con toques a lo Hezbolá.

En el 2009 el escritor Jonathan Safran Foer rompió una lanza en favor de las prácticas vegetarianas con su libro Eating Animals, Comiendo animales, y ahora, en la voz de Natalie Portman, vegana comprometidísima, acaba de salir el documental. Aquí dejo el tráiler.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Aquí apesta

De vez en cuando caigo y se me olvida que ecológico no significa sin pesticidas. Solo que los pesticidas son de origen natural. Claro, esto de natural es muy elástico, porque el azufre es tremendamente natural, pero si nos dan una buena dosis del dichoso elemento, seguro que se le coge tirria enseguida, y ya no digamos cuando nos los quieren vender al elemento como BIO y sacarnos así unos euros más. Lógicamente algo hay que echar a la planta para que nos llegue, el problema es cuando se les va la mano o el pesticida natural resulta ser más tóxico que su contrapartida artificial.



Pero por lo general, está demostrado que una exposición elevada y frecuente a pesticidas artificiales puede tener efectos adversos en el cerebro y resultar en enfermedades como el cáncer, el Parkinson o el Alzheimer, de la misma manera que también se ha atestiguado que los productos orgánicos son más saludables que los rociados con pesticidas artificiales.

En este caso, los pesticidas artificiales, por mucho que salgan de la mano del hombre, siguen siendo artificiales y como se ve, dañinos. Por muy naturales que sean estos pesticidas artificiales, ya que se crean en la naturaleza y en la nuestra, no son igual que los naturales, por mucho que le pese a Savater. 

jueves, 30 de marzo de 2017

Kit de inglés 35: cobesity

Hoy traigo una palabra recién sacada del horno y de comidas va.

Cobesity, término que acaba de acuñar el profesor Sven E. Wilson del departamento de Ciencias Políticas de la Brigham Young University de Utah.

Como se podrá intuir por el nombre, obesity significa obesidad, y su pronunciación es algo parecido a obésiti. Con este término, el profesor se refiere a la obesidad compartida entre los esposos, porque como sabemos, las penas saben a menos cuando se mojan con un par de donuts. El prefijo co incluye un segundo componente.

Este fenómeno parece que se está difundiendo como la pólvora y no para de crecer. Esperemos que las cifras disminuyan, aunque, por lo que vemos a diario, la industria alimentaria, sobre todo los azúcares y las grasas, no van a ningún sitio, solo a los estómagos de mucha gente que está sola y aburrida. Y a los de las aseguradoras médicas, no nos olvidemos de ellos que, con la cobesity, les ha tocado el gordo. Y por duplicado...