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sábado, 24 de mayo de 2025

Kit de inglés 417: pennies from heaven

Como a comienzos del 2026 los centavos dejarán de acuñarse, marchando una saca con pennies from heaven, literalmente "centavos del cielo", y que podríamos traducir por "dinero caído del cielo o buena suerte". 

loc.gov

Pronunciación terrenal: "pénis from jéfen". Y la buena aquí, con el tema musical de la película homónima de 1936. La voz: Bing Crosby.  

Esta forma ya la registra en 1928 de manera escrita el autor y editor Abraham Burstein en su libro Ghetto Messenger

Frase:

The basketball team needed some pennies form heaven. 

El equipo de baloncesto necesitaba algo de buena suerte. 

miércoles, 23 de noviembre de 2022

¿Up Where We Belong y Codeína son de?

Noviembre es el Mes de la Herencia de los Nativos Americanos, unas "574 naciones tribales reconocidas por el gobierno federal que gobiernan unos 100 millones de acres de tierra indígena en todo Estados Unidos".  Para celebrarlo, una artista, cantante, compositora, activista social y artista visual, poco conocida fuera de Canadá y de Estados Unidos. Se trata de Buffy Sainte-Marie. 

Cortesía USDA ARS.
Nacida en 1941 en la reserva cree de Piapot, en Canadá, a los dos años el gobierno canadiense se la quita a sus padres para entregarla en adopción a una familia de Mssachusetts. Con este bagaje vital, no es de extrañar que las letras de Sainte-Marie a muchos les suenen respondonas y haya quedado un tanto aislada del circuito musical. 

En su música enseguida sentimos los latidos de los pueblos indígenas. Su voz es un constante temblor con el que intensifica la emotividad de sus magníficas piezas. Aquí dejo una de mis favoritas, Cod'ine, Codeína, que la mismísima Janis Joplin, entre otros, subió al escenario en 1965. Con esta otra, Up Where We Belong, de la película Oficial y caballero y por la que Sainte-Marie se llevó un óscar, conseguimos sacar a esta artesana un poco del anonimato. 

martes, 5 de septiembre de 2017

¿Por qué se suicidó Billie Joe McAllister?

Y de puente a puente... Hace 50 años que Billie Joe McAllister saltó del Tallahatchie Bridge, el personaje imaginado por Roberta Lee Streeter en 1967 que fue capaz de quitarle el número uno de la lista al All You Need Is Love de los Beatles.

Ode To Billie Joe (Oda a Billie Joe), así se llama la canción, rezuma calor, atardecer y humedad, tan propio del estilo gótico sureño. Bobbie Gentry, así se conoce a Streeter en el mundo de la música, fue pionera entre las mujeres del mundo de la canción country, ya que era ella la que componía y producía sus piezas. Desgraciadamente, a principios de los 80 Gentry hizo sus últimas apariciones, retirándose del mundo musical y casi de la civilización para siempre. Eso sí. Por lo visto vive a menos de dos horas del Tallahatchie, el puente que le inspiró esa enigmática oda y que, de momento, nadie ha sabido interpretar y cuyo misterio gótico la autora se empeña en preservar.

He aquí la historia.

La narradora, su hermano y su padre vuelven de hacer las labores del campo. A la mesa descubren que Billie Joe se ha tirado del puente. El hermano menciona que la había visto hablando con Billie Joe después de misa el domingo anterior. La madre interviene en la conversación reforzando la hipótesis de que algo debía existir entre ellos dos al mencionar que el hermano Taylor, el predicador, también los vio juntos, esta vez tirando algo por el puente. Pasa un año y se nos cuenta que el hermano se ha casado, que el padre ha fallecido, y que madre e hija se han distanciado.
  • Por qué se suicidó Billie Joe lo desconocemos. 
  • Qué era ese algo que arrojaron por el puente tampoco se sabe.
  • Por qué se distanciaron madre e hija también es una incógnita.
Lo único que sabemos es que esta pieza es, y seguirá siendo, una maravillosa obra de arte. Aquí dejo a la artista y al enigma de su voz.

miércoles, 16 de agosto de 2017

¿Quién carga la Seat Trans?

Hoy, una de melancolía. Hace treinta años, cuando aún no existían las aplicaciones que poner bajo un altavoz para que nos soplaran la vida y milagros del que estaba sonando, uno tenía que acudir a mentes más sabias o bien dejar morir la curiosidad.

Como no me descargo aplicaciones y en su momento no acudí a los que más sabían, la tercera vía, la del olvido, parecía inevitable. Afortunadamente del aparador de los olvidos he podido rescatar una sintonía usada en un anuncio televisivo en España. El anuncio en cuestión es de 1986. Algunos o muchos lo recordarán. La Seat Trans. Aunque la letra y la voz fueron adaptadas para promocionar la venta de dicho vehículo, la música seguía siendo reconocible.

Tennessee Ernie Ford (1919-1991) fue el que popularizó 16 Tons (16 Toneladas) un título muy adecuado para vender la fortaleza de la furgoneta, aunque estas 16 Toneladas las cantó por primera vez Merle Travis en 1947 para narrar los trabajos y las adversidades de un minero de carbón en Kentucky que se ve obligado a empeñar su existencia comprando en el economato de la compañía minera para la que trabaja. Esta canción podríamos considerarla como un himno del trabajador. Y una curiosidad. En 1974 la banda de Ernie Ford fue el primer grupo musical estadounidense de estilo pop que viajó a la Unión Soviética.


Tennessee, gracias a su profunda voz de barítono, se manejaba como pez en el agua en el country, pop, gospel o la música para cowboys. En 1956 llegó a contar con su propio programa de televisión, The Ford Show, llamado así por el patrocinador del programa, el fabricante de coches.  

Aquí dejo a este magnífico. 

miércoles, 9 de agosto de 2017

Adiós

Hace unas semanas que vi un video en Youtube en el que Carol Kaye, probablemente uno de los mejores bajos eléctricos de nuestra era, le daba una clase magistral a Gene Simmons, el vocalista del grupo Kiss. Carol Kaye pertenecía al grupo denominado The Wrecking Crew. Así es como se conocía a estos músicos de estudio, profesionales a los que se contrataba para participar en las grabaciones de discos, que, durante los 60 y 70, trabajaron en Los Ángeles sin parar.

La lista con las grabaciones en las que participaron es larguísima. En un año bien podían hacer más de quinientas sesiones. Surfin' U.S.A, Be My Baby, Everybody Loves Somebody o I Got You Babe son algunas de las canciones en las que dejaron su magnífico sello.

Glen Campbell también fue componente de The Wrecking Crew. A él lo descubrí antes que a Kaye, pero no por su labor como guitarrista, a Campbell se le tenía por un mago de la guitarra, sino a través del incomparable Jimmy Webb, el compositor de MacArthur Park, no es esta una de sus mejores piezas, pero seguramente es de las más conocidas. Y es que Campbell, además de ser un guitarrista sensacional, también fue cantante. Y de los buenos. Su voz era limpia, una pura vibración de tonos nostálgicos adecuada para el country ligero. Su fuerte era todo, aunque me parece que era en las baladas donde la belleza de su voz y su técnica ejemplar nos deslumbraba. Campbell se nos fue ayer, pero su magia perdura. Aquí lo dejo con una canción de mi Top 10, Wichita Lineman, de Jimmy Webb.  


miércoles, 28 de diciembre de 2016

Ives 2

El segundo Ives de la trilogía es Charles Ives (1874-1954). Si, en literatura Mark Twain era considerado El americano, es en la música donde Ives disfruta del mismo título.

Su carácter representa el optimismo y el idealismo, atribuyéndosele la integración de lo americano con las formas de la música clásica europea. Su voz anticipa la de otro americano, quizás más conocido, Aaron Copland. 

Ives comenzó a componer a los trece, siendo el órgano su especialidad. De su padre recibió su primera instrucción, completando en Yale (Connecticut) sus estudios bajo la dirección del profesor Horatio Parker, probablemente el mejor profesor de composición de la época. Sus cuatro Sonatas para violín suponen la mejor contribución americana a este género.

A Ives se lo conoce por su pasión por experimentar y por su gusto por lo nuevo, de ahí que seguramente su popularidad solo ganara impulso años después de su fallecimiento. 

El rechazo de sus piezas y una mala salud probablemente avivaron ese monstruo que es la sequedad de la imaginación. Exhausto, aunque sin perder el sentido del humor que lo caracterizaba, dejó el mundo de los negocios (poseía junto a un socio una millonaria agencia aseguradora), al tiempo que también despedía a sus composiciones.