miércoles, 5 de diciembre de 2018

¿A quién le gustaba el pan y el queso?

The Baker
Y ya que tenemos al pobre Fenimore Cooper agarrado de los pelos, no lo dejamos escapar. Marchando una del círculo de los Knickerbocker. Nueva York. De 1807 a los años 30 del mismo siglo. La escuela literaria estadounidense más importante antes de que aparecieran las voces trascendentalistas de Massachusetts.

Salmagundi, la revista satírica que fundaran Washington Irving, su hermano William, y el amigo común de ambos, también cuñado, James Kirke Paulding, solo duró un año, diferencias con el editor, aunque fue lo suficiente como para que el estilo de estos, especialmente el de Irving, calara en la sociedad neoyorquina y dejara al público con ganas de leer más las crónicas de estos tarados.
El nombre de dicha escuela procede de una obra de Irving. Knickerbocker’s History of New York, (Historia de Nueva York por Knickerbocker), de 1809. A los neoyorquinos se les conoce con el nombre de Knickerbocker, de ahí la elección. En esta novela Irving también construye un personaje inexistente, un tal Dietrich Knickerbocker de profesión historiador, que probablemente fuera el que catapultara el éxito literario de Irving. De hecho, este mismo historiador (voz que satiriza los modos holandeses en el Nuevo Mundo) es el que narra lo que le aconteciera a Rip Van Winkle. Para lanzar el interés del posible lector por la obra, Irving publicó varios anuncios en distintos periódicos con el comunicado de que el joven historiador había desaparecido del hotel en el que se alojaba. El propietario amenazaba con publicar el manuscrito que no se llevó con él, si no pagaba la factura adeudada. Ni que decir tiene que el público siguió con gusto la extraña desaparición del historiador.

Cuando Irving comenzó su periplo europeo pocos años después, el grupo de los Knickerbockers comenzó a desmoronarse. Miembros como Fenimore Cooper dieron vida a otras organizaciones donde dejar su impronta. El Club del pan y el queso (The Bread and Cheese Club) es uno de ellos. La hija de Fenimore Cooper, Susan, no tenía muy claro por qué lo del pan y el queso, pero parece que, en la ceremonia de aceptación del candidato, si quedaba algo de queso del almuerzo deliberador, el aspirante era rechazado. A Fenimore le pasó lo mismo que a Irving. Que al venirse a hacer las Europas, el club se fue diluyendo, aunque aguantara como jabato unos quince años. Decir que el club perdía lustre con la ausencia de mujeres, mientras que, en el círculo de los Knickerbockers, sí que se les daba acogida. Lo que no tengo muy claro es si los Knickerbockers también se ponían a pan y queso o si se limitaban a otras delicias gustativas. O a ninguna.

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