Dentro de unas horas tendrá lugar el primer asalto presidencial. Clinton parte con un escaso margen de ventaja del que Trump podría apoderarse si consigue descentrar a la candidata demócrata.
Parte de esta estratagema de derribo, nos hemos enterado, era invitar a Geniffer Flowers, uno de los escarceos que tuvo Bill Clinton allá por los setenta, a que presenciara el debate, en primera fila, faltaba más, aunque parece ser que, alguien de su partido, ha considerado que la genialidad de este showman no iba a gustar mucho, especialmente entre las mujeres.
Ahora solo falta saber qué tendrá más tirón. Si el fútbol americano de los lunes o el debate de los candidatos con o sin la aparición estelar de Flowers.
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