Hoy nos vamos con los brownie points. No estamos hablando del mundo de la repostería. Esta es una expresión que se utiliza
para referirse a esos puntitos que nos anotamos cuando hacemos algo, sobre todo
a los ojos de un jefe, para llevarnos los honores. Marcarnos un tanto,
vamos. Su pronunciación es algo parecido a esto. Brauni points.
Su
etimología no está clara. Algunos la rastrean en las Brownies, la sección
junior femenina de las Girl Scouts. Cada vez que hacían una buena acción se les
entregaban puntos ficticios o esos brownie points. La primera vez que se
registra en este contexto es a finales de 1940. Los brownies son esos elfos que van sembrando el bien sin
pedir nada a cambio, pero que se ofenden si se les trata mal y pueden llegar a convertirse en horrendos seres.
Otros dicen que es un término militar y que deriva de la
escatológica brownnose que, con perdón, es nuestro lamerle
el culo a alguien, palabra que apareció durante la Segunda Guerra Mundial.
También los hay que atribuyen su origen a una fecha anterior, a 1886. Parece
ser que el Superintendente G. R. Brown de la Fall Brook Railroad en el estado
de Nueva York, una compañía de ferrocarril, se inventó este sistema de puntos para
recompensar a los
trabajadores que más se esforzaran. Entre medias quedan otras teorías, como la
que hace referencia a los chicos repartidores del Saturday Evening Post en
los años 30, a los que se les daba unos bonos o brownies que podían
canjear por artículos del catálogo de la empresa. O esta otra, que se remonta
al Brownie Camera Club de 1900, un club que tenía como fin enseñar a los niños
el manejo de la cámara Brownie de Eastman Kodak.
Aquí va el ejemplo:
She tried to get brownie points with her teacher (Ella intentó
impresionar al profe).
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