Hace tiempo que hablamos en este blog de las condiciones en las que se encontraban los funcionarios y los maestros en Kentucky, y, aprovechando el inicio de curso, volvemos a las aulas, esta vez a las del país al completo. Un estudio de Teachershortages.com nos confirma lo que ya sabíamos. A los colegios públicos les faltan profesores. Unos 55000. Lógicamente estas necesidades están repartidas por todo el territorio, pero parece que son los estados sureños los más afectados. Florida con sus 5294 ofertas de empleo es la que lidera el grupo. Carolina del Norte y Georgia por detrás, un poco menos asfixidas, con 3619 y 3112 plazas respectivamente. Los más holgados: Utah e Idaho.
Supongo que la caza de libros del gobernador de Florida y la poca capacidad de maniobra que se le deja al profe algo tendrán que ver con esta carestía. Del 1 de julio de 2022 al 31 de junio de 2023, tres mil trescientos sesenta y dos libros censurados a nivel nacional. Mil cuatrocientos seis se prohibieron en Florida. Texas ocupa el segundo puesto de esta lista con seiscientos veinticinco. A Texas, como nos imaginamos, también le faltan profes. Unos 1828.
Supongo que, factores como los salarios, la flexibilidad horaria, o la posibilidad de que aparezca en el centro educativo alguien portando o, lo que es peor, usando un arma, también tendrán su peso en las decisiones de aquellos que estén pensando en solicitar una plaza. Esta situación, lógicamente, ha traído y está trayendo personal menos cualificado para cubrir esas vacantes.
A veces, es el profe el que se despide. Los estados con mayor índice de renuncia. Kentucky a la cabeza. A poca distancia, Alaska. Estados como Florida o Indiana son incapaces de darnos esos datos. Decir que no solo faltan profes. Las escuelas públicas también andan cortas de personal en el comedor y de conductores de autobuses.
Para paliar esta situación, algunos condados (sobre todo los más rurales) de Nuevo México, Idaho, Colorado, Oregón y Oklahoma han reducido la jornada laboral de sus profes a cuatro días y así hacer estas plazas más atractivas. No sé cómo funcionará en estos estados, pero imagino que el currículum hay que darlo, con lo que, probablemente, se habrán tenido que aumentar las horas de instrucción, lo que supone que, al terminar las clases del jueves, tanto alumnos como profesores acaben desplomados de cansancio. Ese aumento de horas tal vez también pueda perjudicar la capacidad de retención de los estudiantes.
Por si esto fuera poco, agregamos el problemita de siempre. El dichoso dinero. Muchos padres trabajarán, con lo que, cada viernes, si uno no quiere que el niño se quede solo en casa, habrá que soltar la mosca para dejarlo con alguien.
En fin, vamos a ver si el empeño de algunos gobernadores por dejar la escuela pública por los suelos, da sus frutos.
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