domingo, 1 de septiembre de 2019

La caja para los mocos es mía

Como era de esperar Bayer va a apelar. Habrá pensado que si las empresas que se dedican a la elaboración de material sanitario y otras farmacéuticas están barriendo en los hospitales, nadie les va quitar el derecho a barrer su polvo. Y es que los costos de hospitalización en Estados Unidos dan urticaria. Aquí van unos ejemplillos. Pastillita de tylenol (paracetamol) le cuesta el paciente unos quince dólares. Bolsita de plástico para depositar objetos personales mientras se está en el hospital a ocho dólares. Pañuelito para sonarse la nariz de los que vienen en caja, no en paquetitos, la unidad también nos sale a ocho. Guantes sin esterilizar, el par sale a cincuenta y tres dólares, si está esterilizado mejor ni preguntar. Tacita de plástico para traer los medicamentos con la dosis de la mañana, la media mañana, tarde, media tarde y noche, a diez el envío, el punteo que deja el lapicerito para marcar por donde hay que abrir, a unos dieciocho dólares, tomar la tensión, veinte dólares, dar la pastillita al paciente, unos siete, hisopos, a veintitrés la unidad. Con estas facturas trae cuenta apelar. Las veces que se puedan. Y el paciente cuando esté medio tieso y listo para marcharse, que no se ponga gallito y reclame sus cajitas: a sonarse los mocos con la caja del vecino.
[Red Cross nurses serving food to soldiers in hospital, during Christmas season]

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