martes, 24 de septiembre de 2019

Las narices de dos hermanos

General Dwight D. Eisenhower, Supreme Allied Commander, talks with Major Gen. Matthew B. Ridgway, CG, 18th Corps, at a headquarters in Germany, during General Eisenhower's tour of the western front
Con las exposiciones siempre se aprende algo. En mi caso, con la que acabo de ver sobre la Guerra de Vietnam, he descubierto que las narices de dos hermanos, John Foster Dulles, secretario de estado con Eisenhower, y Allen Dulles, director de la CIA bajo la misma administración, son las que han puesto a este país en un estado de defensa armamentística permanente.

Eisenhower, con años de experiencia en la Segunda Guerra Mundial y Corea, en su discurso de despedida de la Casa Blanca, un 17 de enero de 1961, advierte al televidente estadounidense: we must guard against the acquisition of unwarranted influence, whether sought or unsought, by the military-industrial complex.

Debemos guardarnos de una influencia injustificada, ya sea querida o no deseada, que proceda de la unión entre lo militar y lo industrial. 

Con los dos hermanos a su mesa oficial, Eisenhower siguió la política de Truman: contener, contener y contener las fuerzas comunistas, aunque en poco tiempo se decidió por algo nuevo. El secretario, un hombre de fuertes creencias cristianas que quizás se viera como una especie de ungido o como un cristiano respondiendo a la ética guerrera de Max Weber, "Los cristianos son armas en manos de Dios y los ejecutores de sus designios providenciales", tal vez quisiera ampliar miras y por eso se decidiera a seguir o a dictar los designios del presidente.

La nueva consigna era abrirse camino en la táctica del top secret, labor que Allen desempeñó a las mil maravillas desde la CIA. Operaciones secretas por doquier, muchas disfrazadas bajo el sayón humanitario. Para no perder cobertura Allen se hizo amigo de periodistas influyentes que le dieran eco en sus columnas.

Fue su persistencia misionera y su campaña contra Ho Chi Minh la que agravó el problemita de Vietnam. La incapacidad de la administración de dar su brazo a torcer, y su temor a que América se convirtiera en el hazmerreír del mundo, nos asegura Paul M. Kattenburg, secretario del Departamento de Estado para los asuntos de Vietnam de 1952 a 1956 y también director de los Asuntos sobre Vietnam de 1963 a 1964, fueron algunos de los factores que hicieron que la Guerra en Vietnam se prolongara innecesariamente. Además, no lo olvidemos, estaban las aliadas, las multinacionales y su poder corporativista. Internacionalismo liberal, así lo llamaban. Y a estas no podía defraudarlas.

Aunque el método operación secreta no se ha perdido, parece que, últimamente, los presidentes se inclinan más hacia la técnica del o me investigas a la familia del posible adversario o no te doy los dineros que necesitas para que te defiendas. Hasta que aparezca otra.

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