miércoles, 11 de septiembre de 2019

Primero fueron los aguacates, después China y ahora...


A finales de mes nos enteraremos si ahora les toca subir a los aceites de oliva, vinos y quesos europeos. Trump ha propuesto doblar el precio de estos productos. Supongo que su vástago Eric estará dando palmas de alegría. Es propietario de una bodega en la que, por lo visto, algunos de sus caldos saben a mermelada de uva.

Si se aprueba el impuesto los siguientes serán los coches. Trump dice que se ve obligado a tomar esta medida porque el déficit comercial con Europa ha subido más de un veinte por ciento, aunque se le olvidó mencionar que fue bajo su mandato cuando se disparó el déficit. Y estos subidones, ¿repercutirán positivamente en la economía casera? Solo en casa de algunos. Sobre todo en la de los agricultores y ganaderos que con esta administración están haciendo caja. Ochocientos sesenta y siete mil millones para mitigar los estragos de la guerra con China. La National Foundation for American Policy, (Fundación Nacional de Política Americana), ha echado cuentas. Los tarifones, de momento, nos están saliendo a unos seiscientos y pico dólares por mes. Si se aprueba este nuevo paquete, el año nos saldría a 2031 dólares.

Admito que no consigo aclarararme con este proteccionismo arancelario del poder ejecutivo. ¿Pues no teníamos que dejar actuar al mercado?  ¿No es este el que decide si prefiere comer huevos de perdiz parda europea en lugar de consumir los de su pariente americana?

Pues va a ser que no. Con este liberalismo el que quiera lujos, que los pague, y si no, a tirar de goma de queso Wisconsin. Que mientras no nos toquen el bacon y la cervecilla... Eso sí que es auténtico americano: de pura cepa y hasta el cuajo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario