martes, 13 de diciembre de 2022

De Sargent a Zóbel.


Isabella Stewart Gardner. Autor Singer Sargent
loc.gov 
Hace unos días asistí, virtualmente, a una conferencia del profesor Felipe Pereda, comisario de la exposición Zóbel. El futuro del pasado, y que se puede ver hasta principios de marzo en el Prado. 

En uno de los cuadernos de apuntes de Zóbel que nos mostrara el profesor Pereda, aparecían numerosos dibujos. Uno de ellos era un apunte de El Jaleo, una de las primeras obras maestras (es de 1882) del pintor estadounidense John Singer Sargent. 

La pieza, que desde diciembre de 1914 duerme en el Spanish Cloister, el Claustro español del Isabella Stewart Gardner Museum, es, sin duda, una de las más importantes de la colección. Allí, bajo la luz tenue de farolillos japoneses, por aquel entonces el Claustro también hacía las veces de sala de conciertos, la mecenas agasajaba a sus invitados con piezas musicales de Bach, Mozart o Schumann. 

Fue en Londres, en 1886, cuando el reconocido escritor, Henry James, le presentó al pintor, dando así comienzo a una profunda relación artística. Tanto es así, que Gardner adquirió más de sesenta obras de Sargent. De su mecenas hizo tres retratos. Uno de ellos es el que acompaña a esta entrada y que también podemos ver en el Museo.

El Jaleo es una clara evocación del primitivismo andaluz. Incluso podemos apreciar pinturas prehistóricas en las paredes de la taberna, tras los cantaores. Las pinceladas son rápidas, propias del impresionismo, y la cavernosa iluminación que sale del cuadro gracias a una vela en una silla de estera nos recuerda a las pinturas de Goya. El cuadro se alza tras un arco polilobulado, no cabe duda de que Gardner tenía la intención de acrecentar el andalucismo y, con ello, propiciar un encuentro espiritual con la pintura. Y Gardner lo consigue. En 1916, Sargent, cuando vuelve a ver su obra, ocupando el puesto de honor, quedó tan encantado que, como agradecimiento, años más tarde le regala a su mecenas el libro con los apuntes preparatorios del cuadro. Poco podía imaginar Sargent que, tiempo después, Fernando Zóbel, alumno en Harvard, acabaría reinventándolo. Para los que estén por Boston estas Navidades el Museo bien vale una visita. Las que se llamen Isabella están de suerte porque cuentan con entrada gratuita. De por vida. Y los que estén en Madrid a por Zóbel.

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