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domingo, 25 de septiembre de 2022

Compostorizar o no, esa es la cuestión.

Y ahora que nos acercamos a octubre, mes del horror que muchos celebraremos metiéndonos para el cuerpo un Nosferatu, una de compostorizar el cuerpo humano, tendencia funeraria sostenible que a uno lo devuelve a la naturaleza en forma de abono.  Y ha cogido tanta tracción que, el gobernador de California, Gavin Newsom, ya ha firmado una ley que permite esta práctica. 

loc.gov

Aunque California no es el primer estado que se abre a esta nueva tendencia ecológica. Washington fue el primero en legalizarla en el 2019. Colorado y Oregón la admitieron en el 2021 y Vermont acaba de autorizarla hace unos pocos meses. Por supuesto, esta medida no ha agradado a todos, entre ellos a la Conferencia Católica del estado de Nueva York, que considera que al cuerpo se le debe un respeto y no se le puede dar el mismo uso que "a unas verduras o a unas cáscaras de huevo".   

De momento, no hay compostorización para mascotas, aunque todo se andará. 

lunes, 5 de octubre de 2020

A por el torio...

Y, mientras recuperamos al presidente, otro que también se recupera, y por mandato presidencial estadounidense. El uranio. El 30 de septiembre Trump firmó una orden ejecutiva declarando al uranio estadounidense especie amenazada. 

Lógicamente, la incapacidad china y rusa a la hora de comprometerse a disminuir su producción, ha hecho que el gobierno estadounidense, que, desde el 2015 ha ido bajando considerablemente la suya, vea la seguridad del país y su estabilidad económica  amenazadas.  

De momento, la independencia estadounidense de proveedores extranjeros queda garantizada por la gran cantidad de existencias con las que cuenta. Para las armas nucleares, que tiran de tritio, isótopo radioactivo que se usa como combustible nuclear, esa independencia alcanza hasta el 2041. La Armada, que necesita uranio enriquecido para mover los reactores nucleares, está de suerte, ya que se prevee que, por lo menos, hasta mediados del 2050, tenga existencias. La preocupación del gobierno no es infundada, ya que, de momento, los proveedores extranjeros tienen prohibido vender uranio con fines militares. 


Es en Utah, Tejas, Colorado y Arizona donde se encuentra el mayor número de minas de uranio del país. Sin embargo, muchas tuvieron que cerrar porque no eran rentables. Pero el uranio no solo tiene usos militares. TESLA, sin ir más lejos, necesita uranio para traernos el futuro a casa. Y ya que está por el mercado sostenible y las energías limpias, quizás Musk no tenga inconveniente en dejarse unos ahorrillos para estudiar fuentes alternativas, como el torio. China y La India ya llevan años experimentando con este combustible.

Y para los escépticos que piensen que las energías que no sean de origen fósil no pueden saciar la sed mundial y que necesitamos los combustibles fósiles como agua de mayo, aquí va un estudio, recientito, de la Universidad de Leeds. Según el estudio, con que, para el 2050, se aumentara un 17% la producción de energías de origen no fósil, los diez billones de personas que habitarán la Tierra en esa fecha podrán llevar una vida bastante digna y tendrán sus necesidades energéticas cubiertas.

Andrew Yang, uno de los pretendientes de la Casa Blanca en estas eleciones, ya se atrevió a ensalzaren su programa electoral los valores del torio como combustible alternativo. Y aquí, años antes, en el  2012, el ingeniero Kirk Sorensen, anunciando las posibilidades del mismo.

miércoles, 2 de octubre de 2019

Las delicias de Greta Thunberg


Y hoy una entrada de una mujer que haría las delicias de Greta Thunberg: Rachel Carson, pionera de los movimientos ecologistas, y que también es hija de Pensilvania, de Springdale, una localidad a unas quince millas de Pittsburgh.

Carson, que tenía un talento literario extraordinario, se valió de la escritura para hablar de su otro gran amor: la naturaleza. Especialmente la marina. En lo que hoy es la Universidad de Chatham, aquí, en Pittsburgh, y que antes se conocía por el Pennsylvania College for Women (Universidad de Pensilvania para mujeres), se graduó Carson en Biología junto a dos compañeras más.

Aunque a Carson se la conoce especialmente por su la publicación de su Silent Spring (Primavera silenciosa) en 1962, dos años antes de su fallecimiento, su prestigio como escritora científica comenzó años antes, con la publicación de su "trilogía marina". Under the Sea Wind(Bajo el viento marino) de 1941, que no le reporta muchos beneficios aunque tuvo buenas críticas. Es gracias a los artículos que publica en distintas revistas durante este década, con los que consigue mayores ganancias y difusión. 

En 1951 publica el segundo libro, The Sea Around Us, (El mar que nos rodea) con la Oxford University Press porque era difícil colocarlo en los Estados Unidos, pero una vez que se publica logra mantenerse casi dos años en la lista de los mejor vendidos del New York Times. Fue este el que le dio estabilidad financiera, siempre muy precaria, y la catapultó a la fama. En 1955 sale el tercero, The Edge of the Sea (El borde del mar). 

Carson, que vio el mar por primera vez en 1929, cuando le dieron una beca en el Laboratorio Marino de Woods Hole, en el cabo Cod, Massachusetts, fue la primera mujer que tendría la suerte de bajar en escafandra, una especie de Cousteau, a las profundidades marinas con una expedición federal años después. Carson comenzó prestando servicios en el Departamento de Comercio. En 1949, por oposición con la mejor nota, asciende al Departamento de Interior, donde será la editora en jefe de las publicaciones científicas del Servicio de pesca, fauna y flora (Fish and Wildlife Service).

Desde que se incorpora en el Servicio de pesca, fauna y flora, Carson muestra un interés especial por los peligros de los pesticidas o biocidas, término que Carson prefería aplicar para referirse a ellos, para la naturaleza. Carson, sin evidencia concluyente, no se pronuncia sobre los efectos de los pesticidas en la salud humana.

Fueron sin duda los horrores de la bomba atómica los que exacerbaron su preocupación por el medioambiente. En su Primavera, Carson denuncia los efectos nocivos del DDT, un insecticida que, además de usarse para el control de infecciones causadas por insectos, también se utilizaba para rociar jardines y cosechas. 

La reacción de la industria química no se hizo esperar. El por aquel entonces presidente de Monsanto la tachó de fanática defensora del equilibrio de la naturaleza. En cuanto al gobierno, Kennedy solicita una investigación de los hechos que Carson documenta con rigor científico. Un 4 de junio de 1963 Carson testifica. No es hasta 1972 cuando definitivamente se prohíbe en Estados Unidos el uso del DDT con fines agrícolas. 

El éxito de Carson fue compartido. De su madre, Maria McLean, una mujer sin estudios con hambre de conocimiento que vendió la vajilla para que su hija pequeña pudiera ir a la universidad, retuvo el valor del saber y el amor por la naturaleza. De su escritor favorito, Beatrix Potter, conservó el lirismo literario. Más adelante, su labor científica estará en deuda con los trabajos de W. C Hueper, del Instituto nacional del cáncer, o con los de Malcolm Hargraves, de la Clínica Mayo. 

Un éxito del que ahora, aunque sigamos con los estragos de los Roundups de los Monsantos y de los Bayers, aún podemos seguir disfrutando. 

Ánimo Greta. 

lunes, 18 de junio de 2018

La madre de la ecología

Aprovechando que algunos ya están de vacaciones y otros a punto de tomarlas, abrimos la semana con una invitación a recorrer lo que se llama el Boston Women's Heritage Trail, (La Ruta Cultural de las Mujeres de Boston), todas ellas un ejemplo de perseverancia.

Hoy escojo a Ellen Swallow Richards (1842-1911), la primera mujer que logró estudiar en el prestigioso MIT y también la primera que consiguió impartir clases en esta institución. Aquí le permitieron graduarse en Ciencias, pero le pararon los pies cuando quiso hacer un doctorado en Químicas. El doctorado honoris causa tuvieron a bien dárselo unos añitos después, en 1910 y fue con Smith College.

En 1875 Swallow Richards fundó un laboratorio para mujeres costeado con fondos de la Asociación de Mujeres por la Educación, hasta su clausura en 1883. 

Sus mayores preocupaciones se concentraban en los temas que tenían que ver con la salud, la economía doméstica y la Ingeniería Ambiental, haciendo numerosos estudios de la calidad del aire, el agua y la comida. Se dice que fue ella la que creó la palabra "ecología".
Mañana, otra grande.