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jueves, 7 de noviembre de 2024

¿Elecciones turbulentas?

Y nos agarramos al asiento porque hay más turbulencias. El grupo Anonymous ha echado cuentas y dice que no se cree los números. 

En las elecciones del 2020, Biden obtuvo 81 millones de votos. Trump se llevó 74. En las del 2024, Harris, sigue el conteo, habría obtenido unos 68 y Trump unos 73. 

Esto quiere decir que 14 millones de demócratas y 1 millón de republicanos se han quedado en casa, en unas elecciones de tamaña importancia. 

La revancha está cerca.

Parece que la revancha está cercana para el presidente electo. Según los datos, unos cinco millones de votos lo separan de la candidata demócrata. No analizaremos las causas de la derrota de Harris y que, como poco, igualan en número a los americanos que no la han votado. El 20 de enero, Trump tomará posesión del cargo, suponemos que con una agenda más agresiva iluminada por el Proyecto 25

Por cierto que, los céspedes de mi zona no se equivocaron y vaticinaron, correctamente, la victoria de Harris.   

lunes, 4 de noviembre de 2024

El año de las luces

 A un día de las elecciones, un buen amigo me pregunta qué es lo que se ve y se oye. 

De momento, huele a chamuscado. Algunos de los irritados seguidores del candidato no han perdido el tiempo y se han dedicado a prender fuego a los buzones habilitados para los votos por correo, unos contenedores de metal rojo. El conteo no puede comenzar hasta mañana. De momento, los estados afectados por estos pirómanos son Arizona, Washington y Oregón, aunque hoy puede que haya alguno más. 

El resultado tardaremos en saberlo porque, independientemente de quien gane, creo que se impugnarán las elecciones. Recordemos que aquí lo que pita no es el voto popular, Hillary Clinton lo ganó pero perdió las elecciones, sino los votos del Colegio Electoral. En caso de que los dos candidatos se lleven el mismo número de votos del Colegio, 269 cada uno, sería al Congreso al que le tocaría decidir. Mencionar que, bajo estas circunstancias, sería factible que el presidente y el vicepresidente pertenecieran a partidos distintos. Correcto. Hemos oído bien. Un gobierno Trump + Walz o Harris+Vance.

Dicen que, donde yo estoy ahora mismo, cerca de Pittsburgh, (Obama, Clinton y Harris han venido a cortejar la ciudad), es el termómetro del país. Si los céspedes de mi barrio hacen de termómetro, en estas elecciones se han colgado más pancartas electorales apoyando a los candidatos que en los comicios del 2020, ganaría Harris por los pelos. 

La paranoia entre algunos demócratas está desatada. Muchos tienen miedo de Musk y Kennedy Jr., que pillarían cacho en forma de cartera. Musk no sabe nada de política, solo de dinero. Es de suponer que no quiera restricciones demócratas, especialmente ambientales, que coarten sus subidones a la luna. Por su parte, Kennedy Jr., enemigo acérrimo de las vacunas y devoto en la creencia de que estas son invento judío, se quedaría con sanidad. La militar y congresista hawaiana, Tulsi Gabbard, es probable que, en un gobierno Trump, también pescara algo gordo.  

Vamos a ver si podemos celebrar un año de luces. 

jueves, 26 de septiembre de 2024

Al día

Hace unos días hablábamos de la propaganda republicana electoral y de su originalidad. Comentaba la perseverancia del partido, que tengo el buzón que echa fuego. Y hablando de fuego. En Tempe, Arizona, el 23 de septiembre la oficina de la candidata demócrata, tiroteada. Afortunadamente no ha habido que lamentar daños personales. Por lo visto esta misma oficina la semana antes también fue asaltada. 

Más. A la candidata verde, Jill Stein, la han sacado de la papeleta de candidatos en el estado de Nevada, y eso que iba representada por un letrado que había defendido a Trump en causas anteriores. Por lo visto en este estado la diferencia de votos entre Harris y Trump es nimia. Lógicamente la presencia de Stein podría alterar los resultados, en especial los demócratas. 

Otro. En la carretera también tenemos al equipo Trump. Tulsi Gabbard y el jovencito Kennedy, al que también le ha salido escándalo faldero por una relación fotográfica con una periodista del New York Magazine, abrieron telón en Las Vegas. 


Otro. Ayer Harris volvió a Pittsburgh, aquí parece que se decidirá el futuro del país, para hablar de economía y sus planes para invertir en nuevas tecnologías, sobre todo en inteligencia artificial y blockchain. Recordemos que Pittsburgh es la ciudad del acero. La pervivencia de este producto se respira en toda la zona. Incluso el equipo de fútbol americano le rinde honores. 

Y en Pittsburgh seguimos sin recibir las papeletas electorales para emitir el voto por correo, y eso que la carta con el voto dentro tiene que llegar a la oficina electoral pertinente antes del 5 de noviembre, esto es, el día de las elecciones. Por fin el Partido Demócrata ha contactado con sus vecinos. En mi caso lo hizo a través de dos fotocopias en blanco y negro. Mejor dicho, tres, una hoja a dos caras. Recibí la entrega precisamente al día siguiente de publicar esta entrada, en la que mencionaba la inexistencia de propaganda electoral de este partido.

Colgaba la ropa en el tendedero cuando una mujer menuda y rubia llamó a la contrapuerta. Conocía nuestros nombres. Me preguntó si íbamos a votar por correo y pareció quedar satisfecha con la respuesta. Le comenté que era la primera persona del Partido Demócrata en dejar propaganda electoral. Respondió a este comentario diciéndome que ella pertenecía al AFL-CIO, la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales, la federación de sindicatos más grande de Estados Unidos. La Federación apoya, para el Senado de Estados Unidos, a Bob Casey, y, para el Senado estatal, a Nick Pisciottano. Desde esta visita no ha habido más propaganda electoral ni fotocopias de este partido, apelando al dicho de "a buen entendedor", y, de paso, aportando un tanto al beneficio ambiental.     

El partido verde de Jill Stein y el libertario de Chase Oliver sí aparecerán en las papeletas de Pensilvania. 

lunes, 16 de septiembre de 2024

¿Mala Kamala?

Treinta. Para hacer honor a la verdad veintinueve. Veintinueve cartelones con propaganda electoral republicana son los que, de momento, me ha dejado el cartero. Los tenemos para todos los gustos. En uno de ellos, Trump no aparece. La que sí que aparece es Harris, enmarcada de blanco en el margen inferior derecho.

En la foto está sentada en lo que parece ser un sillón ejecutivo. Es de piel gris y le sobresale por encima de la nuca, dándole una especie de malvada aureola que corroboran el dedo índice de su mano izquierda, sobre la sien, y el pérfido anillo que lleva en el dedo corazón. Toda esta perversión viene acompañada de un traje chaqueta de solapas desbocadas sobre las que, tímidamente, buscan acomodo las puntas blancas de una blusa descocada. Nada más ni nada menos que tres botones lleva sin abrochar la candidata. El pelo liso, largo, la mirada fija y perdida, y una media sonrisa que le dan un aire entre bruja y Mata Hari.

Otros, en cambio, borran la parte de Mata Hari y únicamente se quedan con la de bruja, exacerbando su monstruosidad en la grisura de unas manos descomunales y huesudas que le dan una apariencia terrorífica. Mi favorito es uno que, me parece, tiene gran talento narrativo y que evoca al longevo Expediente X. Se trata de una escena nocturna en un callejón que nos recuerda mucho a esas calles inglesas victorianas en las que, en cualquier momento, nos puede salir un asesino de novela Arthur Conan Doyle. Las casas, de ladrillo, brillan con suciedad de hollín. ¿Una vieja Pittsburgh, tal vez? Apenas hay luz, tan solo un par de farolas de luz amarillenta. El cielo está enrojecido con unas llamas, también amarillentas, que, a la candidata, le salen de detrás de la cabeza y que le dan un toque infernal. Tras un poste ensombrecido, la candidata. De nuevo, lleva traje chaqueta. Esta vez va de oscuro. Y la camisa también es negra. Un collar de perlas le puntea la garganta. Una loba de cacería en la nocturnidad.

La mayoría de los cartelones combinan la imagen de los dos candidatos. Lógicamente Trump es el que mejor parado sale. Las fotografías nos lo muestran con cara de buena persona, sonríe, y a veces levanta el puño o el pulgar. Y va bien vestido, alterna la corbata azul con la roja. La otra cara es otra historia. La de mala Kamala o la pérfida Harris. A veces tiene micrófono en mano, la yugular hinchada de rabia. En otras ocasiones sus manos desfiguradas agarran un megáfono. Cuando la candidata se toma un respiro vocea o ríe despiadadamente.

Un diez al equipo de publicidad que se ha encargado de estas maravillas narrativas. El partido republicano siempre me ha parecido mucho más ingenioso y creativo que la aburrida sobriedad que atenaza al demócrata. No he hablado de los titulares que tampoco desmerecen el conjunto y son la mar de divertidos. Algunas joyas: soy radical, peligrosamente liberal o su variante no es solo peligrosa, también es liberal.

Desgraciadamente no puedo decir nada de la publicidad demócrata porque no me ha llegado ni un solo cartel. No sé a qué pueda deberse. No creo que sea por dinero porque los demócratas son los que más caja han hecho.

Y tres por ciertos:

el primer por cierto es que las papeletas para votar por correo aún no han llegado. Parece ser que las primeras salieron el viernes 13.

El segundo que el cartelón publicitario que hace el número treinta es de Robert F. Kennedy Jr.

Y el último por cierto y que ya se sab en España es que Trump y su equipo han estudiado Historia. A raíz de los disparos en el vecindario de Trump, el equipo de prensa republicano ha tenido ocasión de anunciar su versión del comunicado que Churchill diera a sus compatriotas un 4 de junio de 1940 para subirles la moral. Churchill apelaba a los suyos incluyendo we shall never surrender!, ¡nunca nos rendiremos! y Trump y su equipo escriben un nunca me rendiré, I will NEVER SURRENDER. En mayúsculas. Nos alegramos mucho de que el expresidente esté bien. Vamos a ver si terminamos con buen pie estas elecciones.

domingo, 28 de julio de 2024

Hilar, devanar, doblar

Mientras la vicepresidenta se decide entre el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, y el senador Edward Kelly, de Arizona, esposo, por cierto, de Gabrielle Giffords, la congresista demócrata que fuera víctima de un atentado en el 2011 en el que casi pierde la vida, vamos a darnos un respiro artístico con Dora Wheeler, hija de la renombrada Candance Wheeler, y a la que muchos consideran la primera diseñadora de interiores. 

Después de que su madre rompiera su relación profesional con el mago de los vidrios, Louis Comfort Tiffany, Dora (1856-1940) y su madre abrieron una empresa en 1883 dedicada al diseño textil. Por cierto, que dicha empresa cuenta con el honor de ser uno de los primeros negocios que se pusieron a funcionar en Estados Unidos con plantilla únicamente integrada por mujeres.

Para conocer a Dora, podemos irnos hasta el Museo de Cleveland. Allí nos saluda, sentada en la mecedora que tiene en su ático-estudio en Nueva York, con vestido azul hasta los tobillos y ojos bien abiertos que parecen estar llamando al que la contempla. William Merritt Chase es el pintor. Dora fue su primera alumna neoyorquina después de regresar de Europa. Es un jueves de 1882. Dora está esperando a que lleguen sus invitados para tomar el té. Detrás del inmenso jarrón sobre la mesa, se extiende un precioso tapiz amarillo con toques florales que cubre toda la pared. 

Dora comenzó a vivir entre algodones. Su padre, el señor Thomas Mason Wheeler, se dedicaba a los  negocios navieros en el puerto de Nueva York. Era un hombre de mentalidad progresista, lo que contribuyó a que tanto la madre como la hija pudieran desarrollar sus habilidades artísticas. En Nueva York asistió a una escuela cuáquera, aunque algunos años estuvo escolarizada en Alemania y en Suiza.  

Además de ser muy hábil en el manejo textil, también dominaba la ilustración de libros y los retratos. En 1886 estuvo en casa de un tal Mark Twain, gran amigo suyo, para retratarlo a él y a su querida familia. Twain no fue el único que posó para ella. También lo hicieron otros grandes, como Harriet Beecher Stowe o Walt Whitman. Su obra textil, Penélope deshaciendo su trabajo de noche, de 1886 y que está en el Museo Metropolitano de Nueva York, es bastante conocida, aunque fue su mural colgado en el Pabellón de la Mujer de la Exposición Mundial Colombina que se celebró en Chicago en 1893, la obra por la que, probablemente, alcanzara mayor reconocimiento, tal vez por su destino trágico, ya que en 1911, alojada en el edificio del capitolio de Nueva York, en Albany, quedó destruida en un incendio.

En cuanto a su vida personal. En 1859 casó con el abogado Boudinot Keith el cual fallecería en 1925. Dos hijos tuvieron juntos. Un hijo, Elisha, que también iba para artista pero que, desgraciadamente, se lo llevó la infame batalla del Somme, en la Primera Guerra Mundial. Y una hija, Lois, madre de Henry L. Stimson, secretario de guerra  con el presidente Taft, y de estado con Hoover, Franklin D. Roosevelt y Truman. 

A reengancharnos con sus maravillos hilos.

domingo, 21 de julio de 2024

Y prosperó

Si hoy hubiéramos tenido Kit de inglés, sin duda alguna me hubiera ido por las ramas con to eat crow, literalmente "comer cuervo", y que podríamos traducir por admitir que se está equivocado. Una expresión que salió de la pluma de Rudyard Kipling en 1885, y que nos dejó en su terrorífica historia "La extraña cabalgata de Morrowbie Jukes". 

Efectivamente, Biden se ha retirado de la carrera a la presidencia, no sin antes recibir la calurosa, elocuente y exquisita despedida del que fuera y pudiera volver a ser máximo dignatario de Estados Unidos, Donald J. Trump, que lo ha despachado con su acostumbrado crooked, en español, chalao, y que tiene reservado para sus mejores momentos.

En agosto la Convención Demócrata decidirá si Harris se queda al timón. De momento, el nombre de Michelle Obama ha vuelto a cobrar nuevos bríos. También el del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, al que se ve como apetitoso candidato para contrarrestar el efecto Vance, recordemos que el nominado a la vicepresidencia republicana es originario de Ohio, estado bisagra, aunque el conflicto con Palestina pueda perjudicarlo, sobre todo entre los votantes más jóvenes. De momento, el debate vicepresidencial, en el aire. 

Por cierto, que tenemos muy olvidados al candidato independiente, Robert F. Kennedy Jr. Si Trump le ofreciera un puestecillo en un ministerio, ¿aceptaría retirarse de la carrera a la Casa Blanca? 

lunes, 15 de julio de 2024

¡A la bim, a la Vance, a la bim bom bam!

Debate vicepresidencial en la CBS. El delfín Vance todavía no ha recogido el guante. Fecha aún por determinar, pero se barajan el 23 de julio y el 13 de agosto. Temas estrella: aborto e inmigración.

Biden dice no. ¿El elefante y el burro en la sala?

Y hablemos del elefante, burro, en este caso, en la sala: la negativa de Biden a marcharse. Del 19 al 22 de agosto tendremos en Chicago la Convención Nacional Demócrata, bastión demócrata. Allí, supuestamente, los delegados del partido volverán a nominar a Biden y a su vicepresidenta. En caso de que el motín para sacar a Biden prospere, la carta de los posibles nominados a la presidencia no parece muy amplia. Sin duda, dos son los favoritos: Gretchen Withmer, gobernadora de Michigan, y Gavin Newsom, gobernador de California.


Por detrás tenemos a J.B. Pritzker, gobernador de Illinois, a Andy Beshear, gobernador de Kentucky, a Wes Moore, gobernador de Maryland, de origen africano, tal vez pelín joven para el puesto, tiene 45 años, a Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania, que, de ganar, se convertiría en el primer presidente de origen judío, al secretario de Transportes, Pete Buttigieg, o a la propia vicepresidenta, Kamala Harris.

Newsom ha jurado y perjurado que, aunque Biden decida retirarse de la carrera presidencial, no se presentará a la nominación. Pero si el Partido, tal y como se ve, se lo pidiera, seguramente cambiaría de parecer. Sin embargo, creo que su elección no sería estratégica, y es que el gobernador no tiene mucha tracción con la clase obrera. Recordemos que es un hombre de negocios, ni más ni menos que hijo de San Francisco. 

La que sí que tiene tracción, y mucha, es la gobernadora de Michigan. Esta mujer es un todoterreno, y el azote de los republicanos. Y le ha pasado de todo. En octubre de 2020, miembros del grupo extremista Wolverine Watchmen, relacionado con el movimiento boogaloo, fueron arrestados por planear su secuestro. Añadir que hace años, en su época de universitaria, también fue agredida sexualmente, con lo que conoce de primera mano lo que son estos horrores. Es afable, de personalidad abierta, se expresa muy bien, y tiene inmensa capacidad para sacrificarse por el Partido. Dicen los rumores que era uno de los candidatos vicepresidenciales pero que se retiró, no sin antes recomendar la elección de Harris, conveniente por su mestizaje. 

Pero Harris no termina de cuajar. Ni siquera entre los propios demócratas. Parece ser que sus asesores no le aguantan largas temporadas. Y los posibles votantes la ven demasiado rígida. Harris acude a los problemas raciales a los que, sin duda, tuvo que enfrentarse, para sacarse esa elusiva aprobación, pero eso no puede borrar que pertenezca a la clase alta, y encima con tufo intelectual. Sus padres eran profesores universitarios. Como Newsom, también es californiana, lo que termina distanciándola un tanto del público. Quizás un doble ticket, como lo llaman aquí, con Withmer al frente y Harris en la vicepresidencia, pudiera ser más atractivo, y, sin duda, histórico, con dos mujeres en la Casa Blanca.

De momento, tenemos a una sección demócrata intentando convencer a Jill Biden para que apee a su esposo, nuestro presidente, del burro. No creo que suceda.                

domingo, 22 de noviembre de 2020

¿Para qué sirve un vicepresidente?

Prácticamente para nada. Ya se quejó el primer vicepresidente, John Adams, cuando le tocó ocupar la vicepresidencia en 1791, de la insignificancia del cargo. Además de tener que estar siempre con la maleta hecha, asesorar al presidente cuando este se lo pida o la de ocupar la segunda plaza en la línea sucesoria presidencial, la principal tarea con la que se reconoce al vicepresidente es con la presidencia del Senado. 


Pero la Noche de Reyes en Georgia puede darle una sorpresa a Harris, y tal vez pudiera acogerse al acertijo, respondido, que nos dejara Adams. Soy vicepresidente. Con este cargo soy nada, pero puedo ser todo. Y es que en caso de que los candidatos demócratas de Georgia se lleven los dos escaños en juego, (hay que votar de nuevo ya que en las elecciones del 3 de noviembre ningún candidato alcanzó el 50% requerido para asegurarse el asiento), Kamala Harris entrará en acción para romper el empate del Senado. 

De ser así, regalo de Reyes para los demócratas...

jueves, 13 de agosto de 2020

Poco originales.

Y el primer anuncio contra el tándem Biden-Harris de la mano del presidente. Phony Kamala (la falsa de Kamala) y Slow Joe (Joe, el lento), así ha bautizado el ala republicana al dúo. Aunque creo que los creadores de tales etiquetas no se las han trabajado lo suficiente. ¿Qué tal un Sloppy Joe para Biden? Y para Harris, algo que rime con Kamala. Ahora mismo no se me ocurre nada, pero mucho mejor hubiera sido elegir camaleón, en inglés chameleon, no por lo de reptil, sino por su versatilidad para el camuflaje.


Lo dicho: poco originales.     

lunes, 10 de agosto de 2020

Ferrarísimo.

Pues parece que Susan Rice va a tener problemas para ser la elegida, ya que le han plantado un Geraldine Ferraro en toda regla. Sus multimillones y sus acciones en TransCanada, la empresa propietaria del oleoducto Keystone XL, se lo están poniendo difícil. Su esposo también posee acciones en la misma compañía.

Foto de Stephen Ausmus.  Cortesía de USDA ARS.

La administración Trump ha dado su visto bueno a la candidata, pero los demócratas están bastante alterados con su posible nominación a la vicepresidencia. Dicen las malas lenguas que Kamala Harris anda detrás de este rechazo y que se está Kamelando a los demócratas con sus malas artes para llevarse el cargo. Y los demócratas ya sabemos que son de paladar exigente y que no perdonan estos deslices. Ferrarísimo.

jueves, 7 de mayo de 2020

Las mujeres de Biden.

Con el virus encima y las elecciones a tiro de piedra, Biden se anda con ojo. Quiere que, de salir elegido, la vicepresidencia la ocupe una mujer. Eso sí. Indispensable que esta le defienda a capa y espada en lo relacionado con las presuntas elegaciones de acoso sexual que le vayan saliendo. También es deseable que, en caso de que la edad le diera algún sobresalto, la vicepresidenta fuera más joven. Por supuesto, la afinidad de ideas políticas, sería de agradecer.
Front view of White House
Entre las nominadas aparece el nombre de Elizabeth Warren, que, ya vimos, se negó a apoyar a Sanders por dejarse la puerta abierta a un posible cargo. La edad de Warren puede que a Biden le eche para atrás, al igual que su naturaleza protestona, aunque la impresionante capacidad que tiene la excandidata a la presidencia para recaudar fondos quizás le sirva de reclamo. De momento me he pasado por el podcast de Biden, y Warren no ha sido invitada, con lo que no me da muy buena espina, aunque las encuestas la den claramente como vencedora.

No ha sido este el caso de Amy Klobuchar, que además cumple todos los requisitos. Más joven y de ideología centrista. Lo único que pudiera dificultar su elección es que los minesotanos desde los años 70 no han dejado de votar a los demócratas, feudo que Biden ya tiene en el bolsillo, con o sin Klobuchar.

Quizás una vicepresidenta de color, aunque fuera de California, estado tradicionalmente demócrata, pudiera granjearle más votos. Pero recordemos que con Kamala Harris, Biden tuvo un roce durante las primarias, el asunto de la niña de color en el autobús que, tal vez, aún le siga escociendo al candidato.   

Gretchen Whitmer, la gobernadora de Michigan, en cambio, sí que pudiera darle a Biden los votos que busca. Michigan es un estado tradicionalmente demócrata pero que en las elecciones pasadas sucumbió a los encantos de Trump. Whitmer también ha sido invitada en Here is the Deal, (Esto es lo que hay), el podcast de Biden. Y otro dato a tener en cuenta. Whitmer, que ha sido víctima de acoso sexual, ha salido a defender a Biden en su último asuntillo con las mujeres. El llamado caso Tara Reade. Su apoyo sin duda le daría a Biden una burbuja de credibilidad.

En julio, la elegida.