martes, 13 de febrero de 2018

Legalmente muerto

Para el 2019 está previsto que Netflix saque la última película de Martin Scorsese, una de gángsters y Mafia de carácter biográfico que narra la desaparición de Jimmy Hoffa, el sindicalista corrupto que contaba con los servicios de la Mafia para intimidar a la patronal y a otros miembros sindicales. Esta actuación le granjeó la obsesión de Robert Kennedy, fiscal general, por echarle el lazo y meterlo entre barrotes. Finalmente en 1967 se le condenó a 13 años de cárcel, pero no por extorsionar y amenazar a propietarios y compañeros sindicales, sino por intentar sobornar al gran jurado y por uso indebido de  fondos. En 1971 Nixon le conmuta la pena, supongo que por camaradería. Como reconocimiento, a Hoffa se le entregó una pensión de 1,7 millones de dólares. Su sindicato, agradecido, que en 1960 apoyó al partido demócrata, para las elecciones de 1972 se va con el republicano.

Fue en 1975 cuando Hoffa, que ya trabajaba en sus memorias como todo político que se preciara, desapareció sin dejar rastro. Frank Sheeran, el irlandés, también sindicalista, un hombre sin alma y su matón, fue el que reclamaría la fama en la recta final de su vida, atribuyéndose el asesinato de Hoffa. El cuerpo de Hoffa nunca apareció y en 1982 se le declaró fallecido.

Y cuatro actores que también imponen. Los de siempre: De Niro, Al Pacino, Joe Pesci y Harvey Keitel.

Nota: para hacer este personaje aún más siniestro podemos añadir que una de las teorías de la conspiración que pululan por ahí es que Hoffa estaba detrás del asesinato de JFK. Curiosamente no en el del que fuera su látigo, el fiscal general Robert Kennedy.

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