miércoles, 5 de septiembre de 2018

Una Familia Americana



Hoy nos vamos a la caja tonta, a la serie televisiva que nos trajo lo que conocemos por reality show.  An American Family, (Una Familia Americana).  Una serie en forma de documental que salió a antena en 1973. Durante siete meses, de 9 a 10 de la noche de los jueves, unos 10 millones de personas seguían semanalmente las aventuras y desventuras de la familia Loud. Pat y Bill los padres. Hijos: Lance, Delilah, Grant, Kevin y Michele.

Un mes les costó aclimatarse a la persecución de las cámaras, luego ya ni las sintieron. Ocho habitaciones de estuco en la adinerada Santa Bárbara, California, los cobijaban. Piscina y cuatro coches, ninguno de ellos americano: Jaguar, Volvo, Toyota y una camioneta Datsun. Un caballo, dos gatos, tres perros y unos peces embellecían el complejo que, por dentro, se iba desmoronando. La familia no tuvo reparos en presentarse al desnudo: entre otras cosas, nos enteramos de las infidelidades del señor Loud, asistimos a la petición de divorcio de la esposa, o a la confesión del hijo mayor, Lance, inconcebible en tiempos de Nixon, en la que declara su homosexualidad. De hecho, Lance fue el primer personaje/actor salido de un entorno familiar que compartió ante las cámaras esta intimidad.

Pero no a todos gustó la valentía y el descaro familiar. A menudo al señor Loud le llegaban cartas en las que se amenazaba la integridad física de sus hijos. La incapacidad de algunos para digerir la decadencia y caída del sueño americano, hasta entonces retratado con alegría casi infantil, los desbordaba. Aquí dejo unos minutos a la familia.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario