domingo, 13 de diciembre de 2020

¿Cómo vamos?

Nos movemos, que no es poco. Las primeras dosis de Pfizer y BioNTech son para la Nación Navajo, unas 350000 personas dispersas en su mayoría por los terrritorios de Arizona, Utah, Colorado y Nuevo Méjico. En kilómetros cuadrados, para que nos hagamos una idea, la Nación Navajo es casi dos Pensilvanias.

El general Gustave Perna, encargado de la operación distribución relámpago, nos dice que existen 636 centros con capacidad para mantener la vacuna a 70 grados centígrados bajo cero. Mañana lunes las dosis llegarán a 145 centros, el martes a 425, y el miércoles, a 66. Cuarenta millones de dosis, veinte millones de vacunados para finales de mes. 

El criterio de selección que se va a seguir para vacunar a la población se va a dejar en manos de los estados, aunque algo ya se sabe con certeza y es que el personal de la Casa Blanca está a punto de poner el brazo. 

Estas son algunas de las recomendaciones del Centro de Control y Prevención de Enfermedades. En la primera fase, vacunar al personal sanitario, unos veintiún millones, y a los 3 millones de personas que se encuentran en los centros de asistencia prolongada. Una vez que estos grupos estén vacunados, se dará prioridad a los 87 millones que trabajan en el sector salud pero que no están en primera línea de batalla. Los seguirán los 100 millones con afecciones de riesgo. Los mayores de 65, unos 50 millones, irán a continuación. 

Algunos estados nos han dado un anticipo de sus listas. En Connecticut, Delaware, Maryland, Nebraska, Nuevo Méjico y Massachusetts, por ejemplo, el personal de prisiones y reclusos, dado el elevado número de casos, entrará en la primera fase. Y detalle que no debemos olvidar: la vacuna es voluntaria. 

Para los que quieran hacerse una idea del lugar que ocupan en la lista, el New York Times ha creado la calculadora covid.  

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