Phil, la marmota, ha dicho que nos fastidiemos. Que ha visto su sombra y que nos quedan seis semanas más de nieve. Y, de momento, no parece andar descaminada. Por lo menos en Pensilvania.
El bueno de Phil lleva desde el 2 de febrero de 1887 dándonos sus predicciones. Este acontecimiento arranca con la festividad cristiana de la Purificación de la Virgen, que también llamamos fiesta de las Candelas o de la Virgen de la Candelaria.
Era costumbre que el celebrante repartiera velas bendecidas entre los devotos. Según San Anselmo, arzobispo de Canterbury, "los cirios", que, por cierto, debían estar hechos con cera de abeja, "representaban la carne virginal del Divino Infante, la mecha, su alma, y la llama, su divinidad".
Parece que fueron los alemanes los que comenzaron a llevar a la ceremonia un erizo para que se dedicara a vaticinar el tiempo. Ya sabemos que en esa zona las nieves y los fríos no son extraños. Al llegar a América, los alemanes que se asentaron en Pensilvania lo tuvieron más difícil para encontrar erizos, con lo que tuvieron que conformarse con la Marmota monax, tan abundante por estos lares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario