lunes, 10 de julio de 2023

Quo Vadis.

No hay muchos países en los que, para ir a comprar una barra de pan, uno tenga que coger el coche. Estados Unidos, por supuesto, es uno de ellos. El coche, ese caballo de metal, es una necesidad de primer orden. No es de extrañar que, el poseer uno, o simplemente poder contar con uno, ya sea porque nos lo prestan o nos llevan hasta el lugar al que necesitamos desplazarnos, marque la diferencia entre morirse de hambre o morirse un poquito menos. En Estados Unidos, los sin coche, y, por tanto, los que están en la cuerda floja, a fecha de 2021, suponen un 8, 3% de los hogares estadounidenses. Normalmente las cabezas de familia de estos hogares son madres solteras o personas pertenecientes a alguna minoría. 

loc.gov

Para paliar esta agonía, algunas ciudades ya están experimentando con el transporte gratuito. La lista aún es corta: Kansas City, en Misuri, Raleigh y Richmond, en Virginia, Olympia, en Washington, Tucson, en Arizona, y Alejandría, también en Virginia. Por su parte, algunas ciudades, como Denver, en Colorado, han reducido tarifas. Boston tiene tres rutas de autobuses gratuitos, mientras que Nueva York comenzará con la gratuidad de autobuses en cinco líneas. Lo que ahora hace falta es que estos medios de transporte sean puntuales, frecuentes y que la limpieza no brille por su ausencia. 

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