miércoles, 12 de mayo de 2021

Primero fue el papel higiénico y ahora...

Los hackeamientos a la red de oleoductos Colonial que aún la tienen inoperativa, (la mayor del país, sale de Tejas y desemboca en Nueva York), ya ha despertado el nerviosismo sureño que, en cuestión de días, ha dejado más de una gasolinera chupada. 

A día de hoy, miércoles aquí, más de la mitad de las estaciones de servicio que hay en Carolina del Norte sin existencias. En Virginia, un  44% de los surtidores están a verlas venir. Georgia, un puntito por detrás de Virginia. En Tennessee, Florida, Maryland y Alabama les queda algo más, pero, de seguir así, pronto se quedarán a dos velas. 



Si Colonial no responde, la Jones Act de 1920, Ley Jones, que solo permite el transporte portuario de mercancías estadounidenses en embarcaciones con la bandera del país, se va a echar a dormir un ratito. Y es que la distribución con embarcaciones que no lleven la bandera, al ser más barata, va a solucionar el problema. 
 
Llevamos ya meses con los precios altos para lo que se estila por aquí. El galón no baja de los 3 dólares con 9 centavos en la zona en la que me encuentro. Eso sí, por aquí, de momento, no parece que flaquee mucho el abastecimiento, porque la melodiosa música de los cortacésped nos ameniza con sus humos las tardes secas.

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