martes, 10 de octubre de 2017

Persiguiendo a Corita

Hoy, una de arte. Hace tiempo escribí una historia que salió publicada en el número 396 de la Revista de Occidente y que también está incluida en Perro Verde. La historia se titulaba "Cosas sin importancia", y en ella recogía un momento en la vida de unas monjas. La vida de la hermana Corita Kent fue la que la suscitó. ¿Cómo supe de la hermana?  Como suceden muchas cosas, por casualidad. Mi esposo notó que la biblioteca de la universidad en la que trabajábamos acababa de exponer unos cuadros suyos. Junto a ellos, un breve panel informativo sobre su vida y arte. Icono del pop art, quedó relegada a un segundo plano, incapaz de competir con el ojo escandaloso y publicitario de Warhol.

Aún así, la hermana Corita también se hizo notar o hicieron que se notase. Supongo que agotada con las apariciones públicas y hastiada con las imposiciones de la Iglesia que la instaba a no ser tan revolucionaria en la visión artística que desperdigaba entre sus estudiantes, (con el cardenal McIntyre tuvo sus más y sus menos ya que este no terminaba de hacerse a la idea de las reformas del Concilio Vaticano II), recordemos que Corita era monja y que un Vietnam quedaba de por medio, colgó los hábitos a los 50, y se dedicó por entero a lo que le gustaba. Pintar. Lo suyo era impregnar espiritualidad y belleza en la serigrafía.

De camino al trabajo, mis ojos se topan todos los días con un gran tanque. Puedo ver que está decorado con gruesos trazos; amarillo, naranja, rojo, azul, verde y un marrón amoratado. El tanque ahora pertenece a National Grid, la compañía de gas y electricidad a la que le mando mis dineros. La obra es conocida como el Rainbow Swash (El Salpicado con el Arcoíris), pero no lleva título, solo su firma. Corita. Fue un encargo que se le hizo en 1971, aunque el original se tiró abajo y su pintura se traspasó a otro tanque. Algunos quieren ver en el azul el perfil de Ho Chi Minh que, por cierto, también vivió en Boston durante un tiempo. Corita lo pintó el año en el que nací. Aquí dejo una fotografía. Por supuesto, Corita tenía su decálogo de artista que dictó a sus alumnos en 1967 y que dejo aquí en versión original, y en traducción más abajo, dándole un poco su aire.

  • Busca un lugar que te dé confianza para trabajar y encomiéndate a él un tiempo.
  • Extrae todo lo que puedas de tu profesor y de tus compañeros de clase
  • Obligaciones del profesor: saca lo que puedas de tus alumnos
  • Considera que todo es un experimento  
  • Sé disciplinado. Encuentra a alguien con sabiduría o inteligencia y síguelo. Ser disciplinado es  seguir de manera acertada. Saber disciplinarse a sí mismo es saber seguir aún mejor.
  • Nada es un error. No hay ni vencedores ni derrotados. Solo hay intentos. (Esta es su regla más conocida). 
  • Solo hay una regla: trabajar. Si trabajas llegarás a algún sitio. Son los que trabajan los que, al final, llegan a algo.  
  • No intentes crear y analizar al mismo tiempo. Son procesos diferentes.
  • Sé feliz siempre que puedas. Diviértete. Cuesta menos de lo que crees. 
  • No hagamos caso a las reglas. Ni siquiera a las nuestras. ¿Y cómo lo hacemos? Haciendo hueco a lo que venga.


lunes, 9 de octubre de 2017

Cristóbal Colón, ¿al cuerno?

¡Y yo que me tenía por buena conocedora de Massachusetts! Ayer descubrí que hay un Museo de la Segunda Guerra Mundial en Natick, una localidad cercana a Boston. En manos privadas, tiene una colección tan extensa, que para el 2019 está prevista la inauguración de un anexo. Entre las joyitas del propietario, Kenneth W. Rendell, encontramos los dibujos y pinturas del aspirante a Bellas Artes, Adolf Hitler.  


Entre estas piezas del horror y el Día de Colón que probablemente pronto pasará a llamarse Día de los Pueblos Indígenas, me vuelve a venir a la mente una idea que presentaba en la entrada sobre el Dr. Seuss la semana anterior: que a lo mejor era conveniente dejar de hacer el rendibú a figuras de dudosa reputación. Ya lo dice el dicho: no hay mejor desprecio que no hacer aprecio. 

Hace ya algún tiempo que estados como Alaska, Minesota, Vermont o Hawái, o que ciudades como Austin, e incluso universidades, reemplazaron el Día de Colón con el Día de los Pueblos Indígenas. Berkeley, en California, fue la primera ciudad que adoptó la nueva fecha en 1991. Y es que a Colón, como sabemos, se le achaca sangre, y se le niega el descubrimiento de los nativos americanos.

La festividad colombina fue instaurada en 1937, en parte por la presión de los italoamericanos que querían en el santoral presencia, por duplicado, de un católico que fuera italiano, asegurándose así que el candidato anglosajón propuesto, Leif Erikson, quedara fuera de juego, y que las tribus indígenas no tuvieran ni voz ni voto. Eso sí, para calmar a los protestantes, el vikingo comparte fecha con el italiano desde 1954, pero prácticamente esta figura vive en el anonimato. Las tribus indígenas, como era de esperar, irreconocibles. Hasta ahora. Los nativos americanos en Boston también están presionando por su causa, arguyendo la hipocresía de la sociedad de Nueva Inglaterra. "Mucho soliviantarse con la bandera confederada ondeando al viento, y a celebrar las atrocidades del europeo".

A decidir toca. 

jueves, 5 de octubre de 2017

Kit de inglé 61: Go Pound Salt

Esta semana Go pound salt, nuestro querido piérdete por ahí. A veces también podemos encontrar Go pound sand. No he encontrado ninguna grabación para demostrar la pronunciación, así que aquí dejo las palabras, una por una.

To pound salt apareció hacia 1857, y se utilizaba para referirse a una actividad trivial. Literalmente To go pound salt significa Ir a pulverizar la sal, lo que puede ser una empresa bastante complicada, como también lo es machacar arena. (Go to pound sand). Es en el Medio Oeste, sobre todo por la zona de Chicago, donde más se oye.     

Esos ojitos negros

Coincidiendo con el Día Nacional de los Tacos, los de comer, se entiende, se acaba de fallar el Premio Nobel de Física, que ha recaído en el profesor Rainer Weiss de MIT por su descubrimiento de las ondas gravitacionales.Yo estoy pez en Física, pero creo que Einstein ya las intuyó en su Teoría General de la Relatividad. Hace dos años que se las venía observando de cerca. Estas onditas solo han tardado unos 1, 3 millardos de años en llegar al ojo del LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory: Observatorio de Ondas Gravitacionales de interferómetros láser), artilugio que el Doctor Weiss concibió hace 50 años. El choque de dos ojitos negros, uno 29 veces más grande que el Sol y el otro solo 36, es el causantes de que las ondas hayan llegado hasta nuestros días.

miércoles, 4 de octubre de 2017

¿Quién es el payaso?


No sé si Al Franken, senador demócrata por Minesota, satiricón y observador de nuestro tiempo, alguna vez apoyó su candidatura vestido de payaso, pero a Pat Payaso no le importa. Embuchado en el traje, es una declaración ambulante de que la política pertenece a la arena de la burla. Pat Payaso ha dejado el mundo de las promociones inmobiliarias para dedicarse a otros ladrillos. Candidato demócrata en las municipales de Boston, su programa se va a centrar en las escuelas públicas y en recuperar los gravámenes para los que más tienen. Por supuesto, va en su cochecito de payaso, a juego con su peluca roja.


El 8 de noviembre a votar. Entonces hablaremos los payasos de verdad.

lunes, 2 de octubre de 2017

En el laberinto

En otoño, aparte de disfrazarnos para Halloween y de las visitas a Salem, el paraíso de las brujas, también podemos perdernos en un laberinto. Sí. Esta tradición comenzó en Estados Unidos en 1993 gracias a Don Franz, que tuvo la ocurrencia de crear un laberinto a base de maíz para divertir al personal de una universidad, el Lebanon Valley College en Pensilvania. La idea le surgió con la lectura de un folleto turístico en el que se mencionaba que 1991 era el Año del Maíz en Inglaterra y en el que también se hacía un listado de las atracciones que podían verse para celebrar tal ocasión.

 Si hay algo que abunda en este país, es maíz. Franz pronto ató cabos y puso su genialidad a trabajar. Y con bastante éxito, debo añadir.

El laberinto normalmente tiene una extensión de dos millas, y suele ser temático. Algunos se valen del ferrocarril, otros de barcos fluviales, otros tienen a los relojes de sol como protagonistas, violines, vidas de los pioneros, o, lógicamente, la inevitable noche terrorífica que requiere linternas para pasarlo de muerte el 31 de octubre. Los precios por el susto varían, pero suelen ser bastante asequibles, aunque más caros este precioso día, ya que la tramoya, la puesta en escena y el efecto a lo niños del maíz no tienen precio.   

Aquí dejo una entrevista, (en inglés), con el creador.

¿Castigo o indulto?

Entre la genuflexiones de los jugadores de fútbol americano y las ofrendas lectoras de la Primera Dama llevamos unos días que no levantamos cabeza.


El mes pasado tuvimos, a nivel nacional, el día del Lee un Libro. Para conmemorar dicho acontecimiento, Melania Trump decidió enviar gratuitamente, a una escuela por estado, un lote de diez libros del Dr. Seuss, el caricaturista y escritor de libros infantiles. No sé si los destinatarios de los libros de los otros estados habrán actuado de igual modo, pero en Massachusetts la receptora de dicho lote, Liz Phipp Soeiro, además de agradecerle el envío, le ha recordado que no lo necesita porque el dinero les sale por las orejas y que quizás en otra escuela pudiera venir bien dicha contribución. También ha aprovechado la ocasión para recordarle que el afamado Doctor tenía un pequeño problemita con las cuestiones raciales y que, quizás, pudiera contribuir enviando libros con autores alternativos, por mucho que le guste este hijo de Massachusetts, Theodor Seuss Geisel.

Y es que el Doctor al comenzar su carrera como dibujante no entró con buen pie. Se le iba la mano con sus críticas gráficas a las minorías raciales, sobre todo las que representaban a la comunidad asiática. En una época en la que la amenaza japonesa planeaba sobre territorio americano, no es que fuera excusable que cargara las tintas y se le afilara el trazo, pero en cierto modo parece atenuar el hecho de que también él cayera en manos del terror y el odio. Roosevelt confió a su pluma la labor de apaciguar la voz popular que reclamaba campos de concentración para los japoneses, pero su fervor antijaponés o proamericano o una mezcla de los dos lo consumió. En 1943 acusado de haber sido el causante de llevar a América a la guerra, se alista en el ejército. Desde su cátedra como capitán comandante del Departamento de Animación ofreció sus servicios haciendo lo que mejor sabía hacer. Dibujando y elaborando documentales propagandísticos contra los japoneses en general, y los militares, (que no población), alemanes.

Sin embargo, al terminar la guerra, el corazón del Doctor se ennoblece y comienza a representar a los japoneses de manera más empática. Tanto es así, que el propio general MacArthur veta una de sus películas, Your Job in Japan, por mostrarse demasiado compasiva con el enemigo. Y en sus libros también se da la misma transformación. Incluso visita Japón donde conocerá a su gran amigo, Misugi Nakamura. De esta visita dicen que brotó en forma de libro Horton Hears a Who!, una visión crítica de la decisión estadounidense de bombardear Japón.  

No sé si conocer el pasado servirá de atenuante para convencer a la bibliotecaria. Particularmente, creo que el Doctor está sobrevalorado, para mi gusto un poco insípido, pero eso no le resta valor a su contribución. Desconozco si la Primera Dama era consciente de su historial. Recordemos que el Dr. también era un favorito de Michelle Obama, que se paseaba por las escuelas leyéndolo a los pequeñines. También lo era de Hillary Clinton y de Barbara Bush, que hacían ídem de ídem. Me pregunto si esto va a abrir una lata de gusanos que, poco a poco, se coma para siempre las figuras de John Wayne y las de otros hijos de la locura. A lo mejor es lo que deberíamos hacer. No estoy segura.