Parece que quitarnos los zapatos, sacarnos todo lo que llevamos en los bolsillos, incluido el kleenex usado, y que nos radien y cacheen al pasar el arco no es suficiente. La TSA (Transportation Security Administration), organización encargada de la seguridad aeroportuaria, se está pensando que pongamos los libros que llevamos en el equipaje de mano en la cinta transportadora. Lógicamante, el horror me asalta, porque digo yo que los rayos X para algo estarán. Pero parece que no es así.
Si una fuera malpensada, le daría por creer que los libros escritos en lengua no inglesa van a ser mirados con lupa y que la misma suerte correrán los que lleven una carátula del presidente.
Soluciones pocas: Llevar un tocho de fotocopias o descargarse el libro electrónicamente. Si se es muy rumboso, se puede ir bien pertrechado o pertrechada de la revista Play Girl o su equivalente masculino, para dar algo de que hablar y de ver. Si la seriedad es lo nuestro, recomiendo un buen tocho en ruso.
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