domingo, 11 de julio de 2021

Bosque fantasma.

Cortesía de USDA ARS. 


Con los chuletones a la brasa y los casi 51 grados centígrados en Death Valley este fin de semana otra de calentones. Esta vez de la mano de la reconocidísima escultora y arquitecta Maya-Lin, que, con su Bosque fantasma (Ghost Forest) en el Madison Square Park, cuarenta y nueve cedros blancos del Atlántico sacados de un bosque muerto de las Pine Barrens, en Nueva Jersey, la autora da su respuesta a las consecuencias del cambio climático. Un hábitat que, en su momento, llegó a cubrir más de 500000 acres, ahora, con menos de 50000, en peligro de extinción.


Grandeza, meditación y claustrofobia. Son algunas de las sensaciones que el paseante podrá llevarse a casa. Este rincón estará disponible hasta el 14 de noviembre. Cuando termine su ciclo de observación, estos árboles sin hojas probablemente regresarán a la tierra en forma de mantillo.

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