martes, 11 de febrero de 2020

Al Estado de Granito

Con la política a cuestas. Hoy, en el Estado de Granito, uno de los cuatro apodos de Nuevo Hampshire. Los otros tres son Madre de Ríos, el Estado de la Montaña Blanca y la Suiza de América.

Sanders parte como favorito y Buttigieg a seis puntos. Los premios de consolación están bastante reñidos. Warren un punto por delante de Biden y de Klobuchar, que están empatados en intención de voto. Las urnas se abrieron entre las 7 y las 8 de la mañana (cada municipio señala la hora que le venga bien) y se cerrarán entre las 7 y las 8 de la tarde, hora de Pittsburgh. Para Biden, después de la debacle en Iowa, repetir derrota le dejaría muy tocado, y a Warren, un tercer puesto otra vez, le pondría muy nerviosa.

Dos estados más, Nevada y Carolina del Sur, antes del Supermartes (3 de marzo), cuando votarán catorce estados.

Dada la cercanía de Vermont, es probable que Sanders recoja el efecto afectivo y se haga con el primer puesto. Esperemos que, esta vez, el conteo, que se hará a la antigua usanza, no falle.

lunes, 10 de febrero de 2020

Con la pelambrera no se juega

Está claro que a nuestro presidente le molesta que le retoquen el pelo. Era allá por diciembre del 2015 cuando Trump le echaba la culpa a Obama de que, en algunos lugares a los que iba, no se pudiera lavar el pelo en condiciones. El chorreón de agua que salía de las duchas era un desastre, según él, y esta semana, seguimos con la pelambrera a cuestas. Esta vez no ha sido culpa de Obama, sino de algún degenerado que le ha pillado desmelenado, aunque esta vez el corte lo ha achacado al viento, y con un bronceado que parece que acaba de salir de una cabina de centro de estética. Noticias falsas, les dijo a los curiosos y a sus seguidores en Twitter.

Curiosamente hace un par de días estuve viendo The brainwashing of my dad, (El lavado de cerebro de mi padre), un documental del 2016 que no tocaba ni los pelos ni la cara de Trump, sino la impresionante capacidad que ha desplegado la derecha para captar mentes. Los intentos de la izquierda, como este photoshop que le han hecho al presidente, a la altura del betún.

Ya mencioné la impagable labor de Rush Limbaugh, presentador de radio que acaba de salir condecorado por los servicios prestados a la causa con la Medalla Presidencial a la Libertad. Un hombre que, como nuestro presidente, no para mientes en repartir piropos: una poderosa artillería es su repertorio para sacar adelante el programa.

Tampoco podía faltar Roger Ailes, presidente de la FOX fallecido en el 2017. Consultor de medios para algunos presidentes republicanos desgraciadamente tuvo que salir por la puerta de atrás acusado por veintitrés víctimas de acoso sexual.

Grover Norquist es otro peso pesado de la obra republicana, incansable en su labor por calentar los ánimos de la grey. A su iniciativa de reunirse los miércoles, (actividad que vienen haciendo desde 1993), solo se accede previa invitación, se la ha denominado la estación Gran Central del movimiento republicano.

In "barbers' row." There are forty of these crude, improvised barber's chairs in a row along the quay in the Piraeus, the sea port of Athens This victim is being shaved. Is [i.e. when] his hair were being cut the wind would blow his shorn locks down the quay.

También tuvimos otros jugadores, como Bob Grantque pusieron su granito de arena en esto de jugar a meter miedo en el cuerpo y extender la duda. Hoy en día los twittazos con la palabra mentiroso y sus derivados, mejor si se escriben en mayúsculas, he observado que, al menos en Estados Unidos, parecen ser muy efectivos. Frases cortas, sin duda, que nos lleguen bien a todos y que retumben mejor en las neuronas.

Ha debido ser un niño o un demócrata muy torpe el que haya manipulado el pelazo y la cara de Trump.

jueves, 6 de febrero de 2020

Kit de inglés 180: a snowball's chance in hell

Cortesía de USDA ARS
Con el esperado desimpichamiento del presidente, qué menos que una de política. A snowball's chance in hell. Literalmente oportunidad de una bola de nieve en el infierno y que debería traducirse por no tener ninguna posibilidad de que algo salga adelante o por nuestro ni de broma o cuando las ranas críen pelo, pues es evidente que la nieve, con el calorcillo infernal, no aguantaría ni un asalto en terreno tan inhóspito. Aunque, con un poco de ayudita, como se puede ver en el experimento de GE (ver vínculo que aparece a continuación), hasta una bola de nieve se puede salvar de la quema.

La pronunciación para salir del apuro: a sssnóubols chans in jel. Y la buena en este experimento con explicación de la expresión. (Segundos 14-25).

Y parece que la forma sale de Detroit en 1880, con el periódico Detroit Free Press. La expresión denostaba a George Congdon Gorham, candidato a gobernador de California en 1867, y crítico con la administración del presidente republicano Rutherford Birchard Hayes.  

Frase: 

Team Trump Laughs at Mayor Pete: He’s Got a ‘Snowball’s Chance in Hell.
El equipo de Trump se ríe del alcalde Pete: no tiene ninguna posibilidad. 

miércoles, 5 de febrero de 2020

Economía pura y dura

La sorpresita sanitaria del estado de la Unión: Trump anima al Congreso a que aprube normativa que contemple la bajada de los precios de algunos medicamentos. La propuesta la trajo al Senado el representante republicano Chuck Grassley, pero, héteme aquí que, sorpresa otra vez, Mitch McConnell, la voz cantante de la mayoría republicana del Senado, ha dicho que ni harto de sopas, y lo que es voluntad de senador que no la borre presidente.

Los demócratas ya habían propuesto la HR3, la Elijah E. Cummungs Lower Drug Costs Now Act, una propuesta aprobada por el Congreso pero que no pasará la criba del Senado. Con la HR3, el gobierno tendría que negociar directamente con las farmacéuticas, y es práctica prohibida desde el 2003. Dosciento cincuenta medicamentos en la propuesta, también la insulina, y por ahí, con eso del cuasi monopolio de tres farmacéuticas, sale un dineral.

También otro grande de las líneas republicanas fue condecorado anoche con la Medalla Presidencial a la Libertad: Rush Limbaugh. El presentador de radio con una misión que atrapa semanalmente más de trece millones de mentes, su programa es el de mayor audiencia en Estados Unidos. Aunque sus filas sin duda andan más flojas en orejas de color. Para contrarrestar el momentáneo mal sabor de boca que este reconocimiento pudiera dejar, el presidente, que no consigue que la población de color lo quiera más, las encuestas dicen que 8 de cada 10 lo consideran racista, les ha prometido que les dará más puestos de trabajo y que aflojará la presión fiscal para los inversores que quieran o puedan reavivar áreas mortecinas.

Y el discurso de la gobernadora: atacar el estado de la economía. Y la pastilla obligada de que el gobierno trabaja duro por nosotros. 

Y en menos de cinco horas más teatro. Mitt Romney, uno de los dos republicanos que votó junto a los demócratas a favor de traer testigos al procesamiento de Trump, hablará a las 2 de la tarde de aquí, 8 en España.

martes, 4 de febrero de 2020

¿Cómo está la Unión?

Anda que no hay apretujones en la agenda de esta semana. Aún no tenemos los resultados de los caucus, se esperan a partir de las 8 de esta tarde hora de aquí, y el presidente va a dar su tercer estado de la Unión a las 9 de la noche, y al día siguiente el Senado votará los dos artículos del impeachment a Trump, abuso de poder y obstrucción al Congreso, que, seguramente, no saldrán adelante, y mucho menos culminen con su sustitución. No veo muy probable que veinte senadores republicanos le den calabazas a su líder. Los demócratas acabarán tirándose de los pelos y con la reputación más mermada con esta maniobra.

Algo más gordo y que no pudiera ocultarse, capaz de ofender al votante republicano y que le afectara directamente, no unos ucranianos, esos están muy lejos, me parece a mí, tendría que ser, para que Trump se viera obligado a dejar el cargo. Unas declaraciones grabadas impichatorias a lo Watergate con la voz del presidente me parece a mí que tampoco surtirían el efecto deseado. A menos que, su locura por probar su inocencia en el caso impeachatorio, sacara a relucir una ignominia contra el pueblo y las instituciones americanas.     

¿Y de qué va a hablar el presidente? Del gran resurgimiento americano. La economía sin lugar a dudas será su adalid. Motivado por las propuestas demócratas quizás mencione una sorpresa que nos tiene preparada en el tema sanitario. Con la inmigración y la seguridad nacional se llevará de calle a sus votantes y pescará unos cuantos (o unos muchos) indecisos y otros tantos demócratas, que, convenientemente adoctrinados por los haceres, entre otros, de la Fox, acabarán convencidos de los males de la inmigración.

Dos invitados a la Casa Blanca. Tony Rankins, veterano de guerra de Afganistán y Raúl Ortiz, subdirector de la vigilancia fronteriza estadounidense. Y dos mujeres  para responder al discurso de Trump: Gretchen Whitmer, gobernadora de Michigan, y en español, Verónica Escobar, diputada por Tejas.

Sorpresa...

El día 2 de febrero habló Phil, la marmota, confirmando que ya tenemos la primavera encima y no se ha equivocado, porque hoy lunes, hemos llegado a 15 grados en Pittsburgh. Phil no es el único que ha abierto la boca: también lo han hecho las asambleas ciudadanas de Iowa. Y han declarado (a las 12:33 de la noche) que Biden no es el que más gusta. Y, con Dana Remus, su consejera, ya está en la carretera de camino a Nuevo Hampshire. Sanders en cabeza, seguido de Warren y, muy cerca, Pete Buttigieg. Pero estas posiciones pueden variar porque, por lo visto, el recuento de votos va para largo. Problemas técnicos. La aplicación móvil no se deja descargar y les está haciendo trabajar duro. Y no, no son los rusos.

lunes, 3 de febrero de 2020

De quita y pon

En Estados Unidos hay una obsesión (a veces necesaria) con emparedar. Ahí tenemos al pobre del yerno de Trump, que, además de vérselas con la seguridad en el Medio Oriente, en Estados Unidos tiene que lidiar con la reforma del sistema de la justicia penal y el paredón que le ha encargado el suegro para separarlos de México. Mientras tanto, el nivel del mar sigue subiendo y Trump, aconsejado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, se está pensando si levantar una barrera marina. Y quiere empezar por Nueva York. Y en la más modesta Pittsburgh, otra de paredes gracias al movimiento tiny houses, casas pequeñas.



En Pittsburgh, que anda sobrada de casas, es cierto que en muchas hay que entrar con piqueta, pero en otras solo hace falta una pequeña reforma, una empresa, basándose en el modelo de las viviendas incrementales del arquitecto chileno Alejandro Aravena, que a su vez bebe del proyecto de la vivienda de autoconstrucción PREVI en Lima de los años 60, indiscutiblemente nutridos por las ideas del davincesco Buckminster Fuller, te monta una casa en dos días. Tejado plano y reciclable, al igual que las paredes. Casa prácticamente hermética, los recursos no salen por la ventana. Apenas hay clavos y las paredes se hacen a medida. El único punto que no trata Module, así se llama la empresa dedicada a estas casas prefabricadas, es el carácter social de la vivienda. Lógicamente, el despacho de arquitectos está para ganar dinero y puede poner los precios que le dé la gana, pero cuando en Garfield, una especie de Carabanchel, se piden 435000 dólares cuando por 178000 se puede encontrar algo bastante decente en la misma zona, no hay otra manera de llamarlo: pasada.

La compañía reconoce que hay una crisis inmobiliaria nacional, supongo que se referirá a la incapacidad de un habitante potencial para comprar una casa con su mermada nómina. Es cierto que las facilidades de pago de las viviendas sociales que da el método Aravena, el -cuando la economía lo permita hago un ensanche o quito una habitación- concepto de “vivienda progresiva”, la casa crece o disminuye según las necesidades de los habitantes, las retoma esta empresa, aunque claro, con los 435000 que le piden a uno por el proyecto inicial, no sé a quién le iban a quedar ganas para meterse en obras sucesivas.

Aquí dejo un ejemplo de una colonia, project lo llaman, de casas pequeñas subvencionadas en Oregón. Los inquilinos son personas que han salido de la cárcel y no encuentran casero que se arriesgue al arrendamiento. Esa es nueva construcción para todos. El modelo que Module nos trae a Pittsburgh, una de las ciudades más debilitadas por la economía, es para los que ya están arriba. Y bien arriba.