martes, 29 de octubre de 2019

Por la gloria de Roosevelt

En 1932 el informe elaborado por el doctor Wilbur, conservador y Secretario del Interior con el presidente Hoover, ya advertía que millones de americanos habían fallecido por falta de pudientes para poder pagarse las tarifas médicas y el tratamiento posterior. El mismo informe también anunciaba que otros pacientes fallecieron no por falta de dinero, sino porque a estos se les operó innecesariamente para que tuvieran que rascarse el bolsillo con un diagnóstico fingido. Hoover no hizo nada para aliviar el peso de estos datos y a Roosevelt las cifras tampoco debieron impactarle mucho. Quizás fuera la presión del lobby de los médicos especialistas y de los cirujanos, el más influyente entre los médicos, el que terminara de convencerlo.

Walter Reed Hospital, July 4, 1920

Fue gracias a la inestimable ayuda del doctor Morris Fishbein, el editor de la revista médica the Journal of the American Medical Association, (la Revista Médica de la Asociación Americana), al que debemos que aún estemos deshojando la margarita: seguro médico estatal sí, seguro médico estatal no. Fue en ese mismo año, en 1932, cuando el doctor Morris Fishbein arremete contra la Comisión que había llevado a cabo el estudio y que estaba encabezada por el doctor Wilbur, tachando su informe de incitador a la revolución, socialista y comunista. La AMA (American Medical Association o Asociación Médica Americana), qué bonitas siglas en español, decidió en 1933 que, con estos tres títulos, quedaba claro que, en los asuntillos de salud, de ahora en adelante, se abría la cruzada contra las injerencias gubernamentales. Y así nos hemos quedado. Plantados en el no. 
Ya lo decía el magnífico Phil Ochs, If you can't afford my bill don't you tell me that you're ill. (Si no puedes pagarme la factura, no me digas que estás enfermo). 

viernes, 25 de octubre de 2019

Kit de inglés 167: pearl-clutching

Y esta semana, y con la que estamos pasando en la política, una de agarrarse a las perlas y no soltarlas: to clutch the pearls. La traducción al español equivaldría a mostrar fingido disgusto por algo que no se considera especialmente provocador. To clutch the pearls es un término derogatorio del que, desgraciadamente, suelen valerse las mujeres de ideas progresistas para desprestigiarse entre sí.


La pronunciación casera: tu klach de perls. Y la buena aquí.

Aunque esta forma apareció por primera vez en un periódico australiano en 1987, fue en Estados Unidos, con el estreno de la serie In Living Color en 1990, cuando despegó. Muchas caras conocidas se pasaron por la serie: la de Jim Carrey, Jamie Foxx, Jennifer López o Rosie Pérez, por citar algunas.

Frase:

Stop the pearl-clutching.

Dejemos de fingir sorpresa. 

lunes, 21 de octubre de 2019

El cristianismo a la baja

Llevo ya unas semanas con el libro de Adam Morris, American Messiahs, (Mesías americanos) una exploración histórica, interesantísima, de las distintas tribus religiosas que se han paseado por el continente. Ya sabemos que América es un imán para esto de fundar nuevas comunidades religiosas, pero según un estudio del Pew Research Center publicado el 17 de octubre, los cristianos están a la baja.

En las encuestas telefónicas que se realizaron entre el año pasado y este, un 65% de los adultos entrevistados se identificaron como cristianos, un 12% menos que en la década pasada. Los ateos, agnósticos, los que declaran que no siguen una religión y los grupos no cristianos experimentan subida. Del 17% en 2009 al 26% actual

Los que se declaran políticamente demócratas son los que engrosan esta fila. Los protestantes bajan de un 51% en 2009 a un 43%. También los católicos, aunque su caída es más suave. De un 23% a un 20%. 

La presencia en los lugares de culto también ha disminuido. Quizás el efecto facebook y similares tenga algo que ver. El estar obligado a interactuar, sin barreras, con otros parroquianos, ya no llama.  

jueves, 17 de octubre de 2019

kit de inglés 166: too big for your britches

Esta semana, una de pantalones. Too big for your britches. Literalmente demasiado grande para tus calzones y que equivaldría a nuestro con los humos subidos a la cabeza o simplemente ser un arrogante. 

Wearing the breeches

La pronunciación casera: tu big for yor bríchis. Y la buena aquí. (Minuto 1:03-1:06)

La expresión parece que es sureña y que en 1835 ya se estilaba. De nuevo, es al bueno del congresista Davy Crockett al que parece que le debemos dicha forma. Es en su relación An Account of Col. Crockett's Tour to the North and Down East, (Relación del viaje del coronel Crockett en el Norte y el Este) donde se recoge por primera vez. 

Frase sacada de su relación:

I myself was one of the first to fire a gun under Andrew Jackson. I helped to give him all his glory. But I liked him well once: but when a man gets too big for his breeches, I say Good bye.

Yo mismo fui uno de los que dispararon un arma bajo las órdenes de Andrew Jackson. Contribuí a darle la gloria. Una vez lo aprecié. Pero cuando un hombre se vuelve un arrogante le digo adiós. 

Nótese que Crockett escribe breeches, en lugar de britches, pero los pololos son los mismos

¿Recuerdas el Maine?

Monumento a los fallecidos del Maine, inaugurado el 16 de septiembre de 1914. 

Vaya que si nos acordamos del desastre del Maine. Gracias a William Randolph Hearst, el magnate de la prensa, imposible olvidarlo. En 1911 el gobierno rescató del fondo del mar el acorazado para dar sepultura a los que perdieron la vida en el trágico suceso y, de paso, sacar los enseres de valor y un cachito del fondo del mar. En el reparto a Pittsburgh le tocó la pieza que se ve en la fotografía. El tubo lanzatorpedos y un ojo de buey. La presencia del monumento se debe a la persistencia del alcalde Charles Geyer, que también quería honrar la memoria de Friend William Jenkins, el único miembro del cuerpo naval de la zona de Pittsburgh que perdió la vida.

Al famoso cementerio de Arlington, lugar en el que descansa Kennedy, llegó el mástil. A Charleston llegó el cabrestante. En Oakland, California, tenemos una tronera, en el estado de Nueva York, el silbato, en Portland, un cañón, en Lewiston, Maine, un proyectil, en Massachusetts un ventilador, en Reading, aquí en Pensilvania, un ancla. El por aquel entonces ayudante del secretario naval, Franklin Delano Roosevelt, se la dedicó a la ciudad personalmente.

Aunque no todo lo que se rescató era pura artillería. El objeto que más dio que hablar fue la bañera de acero esmaltada del capitán Sigsbee. Un congresista de Ohio pensaba entregársela a su pueblo para ganar votos en tiempos de campaña, pero estos no cayeron en la trampa y lo despidieron con aguas destempladas. El patriotismo en este caso, no funcionó.

Por cierto, decir que el buque, aunque se sacó del agua para efectuar las labores de rescate y despiece, fue devuelto al fondo del mar, y allí sigue, en aguas cubanas.

martes, 15 de octubre de 2019

Sobre las olas

Acabo de ver en WQED, la televisión pública de Pittsburgh, Sobre las olas, un sensacional documental de la doctora Carolina Loyola García, profesora de Artes Audiovisuales en la Universidad Robert Morris, que intenta definir qué es el flamenco. La doctora también es una extraordinaria bailaora. Gracias a su pasión existe una comunidad flamenca bastante vital. Con ella podemos aprender este arte en su Centro Flamenco que tiene aquí en Pittsburgh.

Una de las personalidades del mundo de la música a la que entrevista la doctora Loyola es a Carmela Greco. Con ella estudió en una de sus estancias en España. Carmela Greco, que tiene su estudio en Antón Martín, es hija de José Greco, el famoso bailaor y coreógrafo de sangre italiana que bailaba con alma española. Greco era miembro de la compañía que la Argentinita tenía en Nueva York y en la que ingresó en 1942, tres años antes del fallecimiento de la sensacional artista. A José Greco le debemos que el flamenco se metiera con fuerza en Estados Unidos. Para que nos demos cuenta de su capacidad para atraer a las masas, decir que en 1953 Greco y su compañía lograron reunir 19000 personas en el estadio Lewisohn en Nueva York. Esta habilidad para atraer público, sin embargo, a veces no pudo contrarrestar que se le tachara de sucedáneo, una suerte de Gypsy Kings de la época.

Aquí dejo el tráiler del documental. Por cierto que, si se está por la zona, el 26 de este mes se les podrá ver en concierto en el Pittsburgh Center for the Arts.

domingo, 13 de octubre de 2019

Enfermedad pulmonar misteriosa

A ocho de octubre, llevamos mil doscientas noventa y nueve personas afectadas con una enfermedad pulmonar misteriosa. ¿Qué tienen en común? El uso de cigarrillos electrónicos o aparatos similares.  A la inhalación mediante estos sistemas se conoce por vaping y, supongo que en el ámbito hispanohablante, por vapear. Las autoridades han debido ver la cosa tan mal, que hasta el republicano Baker, el gobernador de Massachusetts, acaba de prohibir la venta de productos aromatizados dedicados a esta actividad. Washington, Oregón, Michigan, Rhode Island, Nueva York y Montana también los han prohibido. La administración presidencial aún no se ha pronunciado, aunque el mes pasado dijo que los iba a retirar.

De momento, la prohibición se extiende a los productos que contengan nicotina y THC (principal componente psicoactivo del cannabis) que vengan disfrazados con riquísimos sabores y estén destinados a la inhalación. Melón, fresa, chocolate, chiles, palomitas de maíz con mantequilla... Fuera. Decir que la prohibición es temporal. Cuatro meses. Supongo que pensarán que, para entonces, ya habrán dado con la fórmula que les saque de dudas.


En la amplia gama de sabores bautizados con nombres extremadamente creativos reside, esencialmente, el problema, ya que los hace más apetecibles al público. Los usuarios más afectados por esta epidemia son los adolescentes que, de momento, suponen más de un tercio. Muchos de ellos consiguen las cargas a través de Internet, en la tienda de la esquina o en el quiosco del centro comercial, lugares en los que no les van a pedir identificación.

Para asegurarse la adicción, el cartucho nada en nicotina. Un recambio de un JUUL, por ejemplo, equivale a fumarse 20 cigarrillos en una sentada, una caja completa. Y si la nicotina se entrega en un envase que se parece a un pendrive, la resistencia es fútil. Palabra de Borg.