Vaya. Pues sí que la ha liado Trump con esto de quitar el español de la White House. Desconozco cuál era la entidad a cargo de las labores de traducción, pero a menos que se tratara de un equipo de voluntarios, me parece que la contrata le estará echando el mal de ojo a su nuevo presi.
Puede que a las aseguradoras médicas les toque hacer lo mismo, porque ya se sabe que, a una cuña, la siguen otras. Hasta la fecha, estos gigantes de la sanidad ofrecen información no solo en inglés y en español, sino también en otras lenguas como el ruso, el vietnamita o el chino. Recordemos que en Estados Unidos, de momento, no hay lengua oficial.
Estas compañías también cuentan con un servicio telefónico de interpretación gratuito para sus clientes, que, digo yo, la administración trumpetera querrá despachar, convenciendo a sus superejecutivos, no sabemos si con una flotilla de Chevies o con aceros de Toledo. De Ohio, se entiende.
Mal día para la economía.
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