viernes, 22 de julio de 2016

Las placas de la vanidad

Don't tread on me no es solo una canción de Metallica, sino que también puede ser una matrícula personalizada. Por las películas sabemos que en Estados Unidos se puede conseguir, normalmente sin problemas, una matrícula hecha a medida, previo pago del recargo pertinente, que también variará dependiendo del estado. Este lema, extraído de una bandera que se remonta a la Guerra de la Independencia y que podríamos traducir como "No te metas conmigo", parece que está proliferando en algunos estados.

Ni que decir tiene que, la legislación que regula la expedición de dichas placas, varía de estado a estado y que, cada uno, se reserva el derecho de admisión. Una de las razones por las que se puede rechazar una matrícula es porque la elegida ya tiene propietario. En otras ocasiones el rechazo se convierte en prohibición. Cada estado, como era de esperar, cuenta con una lista de matrículas prohibidas. Se procede a la prohibición cuando se estima que el objeto en cuestión puede resultar ofensivo para los demás, siendo, lo han adivinado, la religión, la política y el sexo los campos más afectados.

En Ohio, algunas de las combinaciones que forman parte de esa lista negra son Fuck1, Vagina o Chingas. En Pensilvania, a su vez, miembros de la alquimia prohibida son Dopeboy (Chico drogado), R3DNECK (Paleto), o Meneatr, en Florida lo fue ATHEIST (ATEO) y en Dakota del Sur "MPEACHW", que viene a significar "procesar a George W. Bush", y así imagino que en todos los demás.

Las autorizadas también suelen dividirse en distintos campos temáticos. Tenemos a las mamás futboleras o a los papás orgullosos de su perro o a los que adoran el pollo frito. Variedad a la carta. Además de las placas de la vanidad existen las llamadas matrículas especiales que igualmente conllevan un precio adicional y que están a caballo entre las vanidosas y las normales. Normalmente las solicitan integrantes de un grupo determinado: antiguos alumnos de una universidad, un cuerpo de bomberos o veteranos de guerra. Parte de los beneficios obtenidos van destinados a la organización que patrocina dichas matrículas.

Finalmente existen las normales, algo más discretas aunque no del todo ya que, los estados, también se valen de estas para anunciarse, añadiendo una imagen o un lema que los distingue. Incluso Obama, por razones solidarias con los habitantes de Washington D. C., usa la matrícula protesta que lleva el eslogan "Taxation without representation" (Impuestos sin representación).

Estados Unidos es un país muy litigante, siempre dispuesto a defender su libertad de expresión amparándose en La Primera Enmienda. Por eso, en los tiempos de Instagram o Facebook, cuando a un estadounidense se le dice que no puede contar su historia, cuando, en una palabra, se le corta su creatividad, se enfada, porque no puede comprender que, algunas composiciones, su composición, forme parte del catálogo de obras expurgadas, ¿no están de acuerdo?                                                                                                        

No hay comentarios:

Publicar un comentario