domingo, 24 de diciembre de 2017

La tragedia de la piedad

El que naciera en México y fuera arzobispo de Boston, el cardenal Bernard Law, nos dejó el miércoles pasado en un hospital de Roma. El cardenal saltó a la fama con el escándalo pedófilo que encubría los actos de algunos de sus sacerdotes. Law fue cardenal unos cuantos años: dieciocho. En 1984 Juan Pablo II lo puso al frente de unas de las archidiócesis más afamadas y prestigiosas, además de acaudaladas. En el 2002, Law presentó su dimisión muy a pesar del papa. 


Bajo el mandato del cardenal Law (curiosamente Law significa Ley en español), los sacerdotes implicados en las acusaciones estuvieron de itinerantes, de parroquia en parroquia para que no se les pudiera seguir la pista. En su afán por redimirlos y practicar la misericordia entre esos pastores descarriados, especialmente con el padre John J. Geoghan, al cardenal se le pasó notificar a las autoridades pertinentes dichas mudanzas, para que así siguieran recociéndose en su indignidad. A veces, la misericordia y la creencia de que uno puede hacer cambiar a los demás, derrama más tragedia.

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