martes, 28 de abril de 2020

A Trump, ¿qué le pone los pelos como escarpias?

Parece que a Trump, la posibilidad del voto por correo en las elecciones del martes, 3 de noviembre, le está poniendo los pelos de punta. ¡Fraude! nos chilla el presidente. Las del 2016, como corroboraron algunos miembros de su partido, no se libraron de esta mácula, así que, tal vez, con el frío aleteo del coronavirus soplándonos en las sienes, quizás no sería una mala idea pensar en la salud del votante.    

Fue Oregón el primer estado que abrió el voto por correo a sus ciudadanos en el 2000 y la verdad es que, en cuestión de fraude, no le ha ido nada mal, ya que al infractor que se pille manipulando el voto, le cae una buena encima. En veinte años, solo se han encontrado dos casos de fraude. 

Labor leader a voter--Samuel Gompers, president of the American Federation of Labor, casting his ballot in his home district
Seguramente hacer las cosas bien no debe ser tarea fácil, sobre todo para estados como Pensilvania, que solo permite la votación por correo si se está ausente. Entre otras cosas, hay que imprimir millones de papeletas con instrucciones en múltiples idiomas, instrucciones que no siempre son claras y que necesitan de personal que las explique, no solo en inglés. También hay que corroborar el domicilio del votante registrado. Para garantizar el éxito de estas labores es imprescindible la coordinación con las oficinas de correos. Pero ya sabemos que preguntando se llega a Roma. Seguro que Oregón, Colorado, Utah, Hawái o Washington, estados que también votan por correo, no pondrán ninguna pega en ayudar a los novatos, con o sin intereses. 

En estos momentos de pandemia, Trump probablemente tema que la memoria del votante no le beneficie. Los demócratas, que huelen la sangre, ya se han puesto las pilas y están preparando anuncios en los que se enseña a cómo votar por correo. De momento, solo se podrán ver en estados clave, como Pensilvania, a través de plataformas digitales.

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