Esta semana una de metales. Tener oreja de hojadelata, tin ear. Pronunciación jocosa: tin ir y aquí la buena. No tener oído musical o tener un oído de madera aunque también puede indicar que alguien es un metepatas porque es un negado o negada para cierta actividad. También se utiliza para referirse a alguien incapaz de prestar atención a lo que otro tiene que decir porque básicamente le importa un comino. Una especie de Hacerse el sueco con pelín de desprecio.
La primera vez que se registra con sentido musical es en 1909. En cambio, la segunda acepción parece que entró en 1935.
Frase: Politicians have a tin ear
Los políticos son duros de oído
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