
El dinero se empleará para costear un fondo dedicado a investigar las adicciones, pagar las medicinas de las personas afectadas y abonar los costos legales. La familia Sacklers, que se llevó más de 4 millones de millones de dólares entre 2008 y 2016 recetando estas pastillitas, ha dicho que lo siente mucho, pero que se le ha acabado el espíritu filantrópico y que dejará de apoyar las artes en Inglaterra y en Estados Unidos. Supongo que las instituciones agraciadas con su aportación, en nombre de la dignidad, han emitido sus comunicados respectivos con tal de no verse arrastradas por las desgracias de dicha familia y sus mejunjes.
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