
Ellos hablan español. Nosotros no. Ellos no son ciudadanos estadounidenses ni residentes legales. Nosotros sí. Ellos rompieron las reglas para entrar en este país. Nosotros no.
Blablablá, blablablá.
Resumen: Los que quieren que ellos se queden, que lo sepan, sí, que se enteren de una vez, que, aunque tienen la suerte de ser americanos, son unos indeseables. Cualquiera que quiera eso para su nación, el demócrata de turno, ese, ese es un indeseable. Porque lo digo yo, que soy de los buenos, y punto pelota.
¿Otro Pulitzer?
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