Las malas noticias siempre jarrean. A la desgracia de hoy añadimos una nota de mal gusto a la que unos cuantos estados unidos de América están intentando pararle los pies: según estos, ha existido una conspiración entre varios gigantes de las industrias farmacéuticas. Por lo visto, son dieciocho las compañías que acordaron ponerle el mismo precio a los genéricos.
Conclusión: el mundo que tenemos ahora se divide, esencialmente, entre los que viven de engañarnos y los aplicadores de mundos fantásticos. Peces gordos, generalmente talluditos, contra imberbes. Trabajo de verdad, como bajarse a las tripas de las alcantarillas o meterse en las aulas con adolescentes, ya queda poco. Ni siquiera los médicos son capaces de resistir los cantos de sirena de las grandes farmacéuticas, que con sus maletines de vendedores ambulantes y crecepelos de postín, nos quieren seguir metiendo gato por liebre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario