martes, 23 de enero de 2018

El saber por el saber

Recuerdo que en Harvard hace años estaba muy mal visto impartir un curso sobre Stephen King y su obra. No sé si el ceño seguirá fruncido con el autor, pero si por un casual se le levantó el veto, espero que a Ursula K. Le Guin nunca le pusieran reparos. Le Guin se marchó el lunes al espacio intersetelar, dejándonos a los terrícolas con una buena producción que ella se negó a embalar bajo la etiqueta de ciencia-ficción. Sus lecturas incansables de Dickens, Jane Austin y Virginia Woolf le sirvieron para defender su posición.


La Antroplogía, la Sociología, la Biología, el Budismo. Todo le valía a la autora porque su afán estaba en recoger las angustias y las alegrías de los personajes, no en desarrollar elementos sacados de las ciencias puras y duras, como la Astronomía o la Física. Una vez le preguntaron a Le Guin quién era su héroe y contestó que Darwin. El saber por el saber. La última aventura.

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