La Antroplogía, la Sociología, la Biología, el Budismo. Todo le valía a la autora porque su afán estaba en recoger las angustias y las alegrías de los personajes, no en desarrollar elementos sacados de las ciencias puras y duras, como la Astronomía o la Física. Una vez le preguntaron a Le Guin quién era su héroe y contestó que Darwin. El saber por el saber. La última aventura.
miércoles, 24 de enero de 2018
El saber por el saber
Recuerdo que en Harvard hace años estaba muy mal visto impartir un curso sobre Stephen King y su obra. No sé si el ceño seguirá fruncido con el autor, pero si por un casual se le levantó el veto, espero que a Ursula K. Le Guin nunca le pusieran reparos. Le Guin se marchó el lunes al espacio intersetelar, dejándonos a los terrícolas con una buena producción que ella se negó a embalar bajo la etiqueta de ciencia-ficción. Sus lecturas incansables de Dickens, Jane Austin y Virginia Woolf le sirvieron para defender su posición.
La Antroplogía, la Sociología, la Biología, el Budismo. Todo le valía a la autora porque su afán estaba en recoger las angustias y las alegrías de los personajes, no en desarrollar elementos sacados de las ciencias puras y duras, como la Astronomía o la Física. Una vez le preguntaron a Le Guin quién era su héroe y contestó que Darwin. El saber por el saber. La última aventura.
La Antroplogía, la Sociología, la Biología, el Budismo. Todo le valía a la autora porque su afán estaba en recoger las angustias y las alegrías de los personajes, no en desarrollar elementos sacados de las ciencias puras y duras, como la Astronomía o la Física. Una vez le preguntaron a Le Guin quién era su héroe y contestó que Darwin. El saber por el saber. La última aventura.
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