lunes, 8 de enero de 2018

Tony Bennett: medalla al carrerón

Anthony Dominick Benedetto, más conocido por Tony Bennett,  acaba de recibir de la Biblioteca del Congreso el galardón Gershwin en modalidad pop. El 12 de enero nos retransmitirán la ceremonia que tuvo lugar en Washington D.C., en la asociación llamada Daughters of the American Revolution (DAR), Hijas de la Revolución Estadounidense, y cuyas Hijas, por cierto, también se encuentran en España. 

A sus 91, Bennett es un ejemplo de perseverancia y amor por su trabajo y se describe como "Un afortunado". Me parece recordar que en uno de sus libros, también ha tenido tiempo para escribir, menciona la importancia del ejercicio físico y de las largas caminatas que se pega, creencia que, supongo, ayudará a su imparable producción. Bennett es un maestro de la canción que se deja querer, las baladas, y su buque insignia probablemente es I Left My Heart in San Francisco (Dejé mi corazón en San Francisco).  


Con la suerte (y eso que participó en la Guerra) y la biología de por medio, por la vida de Bennett se cruzaron los artistas más imponentes, no solo a nivel musical. Sinatra, su gran rival, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Bob Hope, Cary Grant, Picasso... 

Con ese espíritu incansable, este año tiene programados cinco conciertos, su voz sigue deslumbrando a muchos. Bennett sabe de arte porque aún es capaz de traer entretenimiento, de adaptarse a los tiempos y, sobre todo, de dar lo mejor de sí. Por cierto, que Bennett dice de Lady Gaga que es la próxima Picasso. Pues a lo mejor lleva razón. 

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