Y en el Google Doodle de hoy lunes la Teacher appreciation week. ¿Y qué es eso? Una manera de agradecer a los maestros estadounidenses que sabemos que están ahí y que valoramos su trabajo. Y nada mejor para celebrarlo que clases abarrotadas, pocos recursos, (me refiero a la escuela pública, lógicamente), una pensión no garantizada, y unos salarios que, más que modestos, son indecentes. Algunos estados, como Montana u Oklahoma, han encontrado una razón para seguir remarcando la semana en el calendario. Al fin y al cabo las tradiciones no se deben borrar así como así. Además, tampoco debemos olvidar que cuanto mejor sea el distrito educativo, más padres se sentirán atraídos por la zona y más casas se venderán.
A pueblos remotos donde solo hay un bar y está medio vacío, los maestros dicen que no van. Pero este problemita algunas localidades de Montana lo han atajado la mar de bien: el que quiera darle a la tiza, que se suba a uno de los autobuses fletados para reclutar maestros recién salidos del horno. Eso sí: 35000 dólares. Ni uno más. Alguno pica y de paso, gana experiencia. Pero, desgraciadamente, al terminar el curso escolar, casi todos los maestros salen por piernas. Solución: visas para maestros filipinos. Tres años con capacidad de renovación por otros dos más. Y estos maestros aguantan. Porque con 35000 dólares les da para vivir y mandar un poco a casa. En Oklahoma, que también deben pagar una cantidad parecida. No ha habido una subida de sueldo sustancial en diez años. Esta vez son los chinos los que, ojo avizor, están reclutando a los maestros estadounidenses para que enseñen inglés. La paga: tres veces superior a la que ofrece América a los americanos. No cabe duda de que esta dedicación merece una señal de apoyo:
¡Feliz semana de agradecimiento a los profes!
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