domingo, 12 de enero de 2020

¿Qué enviaba Galdós a Estados Unidos?

Acabamos de celebrar el centenario del fallecimiento del Apóstol del progreso, Pérez Galdós. De sobra es conocida su devoción por el mundo británico y sus múltiples escapadas a las Islas en compañía de Pepe, funcionario de la Embajada e inestimable amigo, y de María, esposa de este. Su apego por el mundo estadounidense, sin embargo, no está tan claro, aunque lo que sí ha quedado demostrado, es el impacto que la obra de Galdós tuvo en algunos ciudadanos de este país.

[Benito Pérez Galdós, three-quarter length portrait, seated, facing front, arms resting on stool? holding cigar]

El primer galdosiano en Estados Unidos, el profesor H. Chonon Berkowitz de la Universidad de Wisconsin, en su estudio titulado Gleanings from Galdós' Correspondence (Recopilatorio de la Correspondencia de Galdós), publicado en 1933 y que está disponible en Jstor, previa suscripción, nos habla de este furor que incluso alcanzó a los lectores más menudos. Interés que, según Chonon Berkowitz, fue superior al británico. En el Archivo Epistolar de Galdós, el Doctor encontró la carta de un niño, precisamente de Pittsburgh, pidiéndole al escritor su autógrafo. Para convercerlo de que procediera al envío le juró y perjuró que se había leído de pe a pa unas cuantas veces Doña Perfecta y La de Bringas y que la lectura de estas obras le había producido un gran placer. Galdós, incapaz de resistirse, ya sabemos de su gran corazón que le llevó a la ruina económica y su pasión por los niños, le mandó el autógrafo.

También se lo mandó a una mujer de Cleveland, llamada Mary Calvin. A ella le mandó una fotografía con el autógrafo. En Mineápolis, Minesota, le salió otro admirador, aunque a este no le mandó foto. Quizás el retrato lo reservara para las damas. También un profesor de una universidad cercana a Filadelfia le escribió pidiéndole una lista con sus pensamientos y sentimientos. En 1891 un Club de Boston le ofreció los debidos respetos con una lectura de más que dudosa comprensión para los presentes de El 19 de Marzo y el 2 de Mayo. En un instituto de Kansas City, por cierto ciudad hermanada con Sevilla, el maestro utilizó Marianela como método para aprender español. En Nueva Jersey también tenía seguidores de sus Episodios nacionales y en Nueva York, en 1914, el editor de una revista, American Hebrew, (revista Hebrea-americana) le agradeció la defensa que había hecho  en Gloria del pueblo judío, añadiendo unos cuantos dólares a su nota de agradecimiento.

El caso es que la generosidad del escritor, ya fuera en forma de envíos de ejemplares, fotografías autografiadas o autógrafos sin imagen también desembarcó en tierras estadounidenses.

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